El año 2024 se perfila como un año de grandes avances tecnológicos. La inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas (IoT), el metaverso y la computación cuántica son algunas de las tendencias que tendrán un impacto significativo en la sociedad.

Sin embargo, estos avances también plantean una serie de retos que deberán ser abordados por el sector tecnológico. Entre los principales retos se encuentran:

La ciberseguridad: La creciente sofisticación de los ataques cibernéticos pone en riesgo la seguridad de los sistemas informáticos, las redes y los datos. Las empresas y los gobiernos deberán invertir en medidas de ciberseguridad para proteger sus sistemas y datos.

Por otra parte, algo que no muchos relacionan con la tecnología y es ‘la ética’: El desarrollo de tecnologías emergentes, como la IA, plantea una serie de dilemas éticos. Por ejemplo, es importante garantizar que la IA se use de manera responsable y que no se utilice para discriminar o perjudicar a las personas. Y un concepto que no es por moda, ‘la equidad’: El acceso a la tecnología sigue siendo un reto en muchas partes del mundo. Las empresas y los gobiernos deberán trabajar para garantizar que todos tengan acceso a las tecnologías que necesitan para prosperar.

Hablando de ciberseguridad, en los últimos años, los ataques cibernéticos se han vuelto cada vez más sofisticados y dañinos. En 2023, se estima que los ciberataques costaron a las empresas y los gobiernos del mundo más de 6 billones de dólares, Colombia fue uno de los países más afectados por los ataques cibernéticos.

Para hacer frente a este reto, las empresas y los gobiernos deberán invertir en medidas de ciberseguridad más avanzadas. Estas medidas deben incluir el uso de firewalls, antivirus, sistemas de detección de intrusiones y otros sistemas de seguridad.

Además, las empresas y los gobiernos deben educar a sus empleados sobre la ciberseguridad. Los empleados deben ser conscientes de los riesgos de los ataques cibernéticos y saber cómo protegerse.

La ética: El desarrollo de tecnologías emergentes, como la IA, plantea una serie de dilemas éticos. Por ejemplo, es importante garantizar que la IA se use de manera responsable y que no se utilice para discriminar o perjudicar a las personas. Algunos de los retos éticos que plantea la IA incluyen: La transparencia: Es importante que las personas entiendan cómo funcionan los sistemas de IA. Esto les ayudará a tomar decisiones informadas sobre cómo usar estos sistemas. La responsabilidad: Es importante que las empresas y los gobiernos sean responsables de los sistemas de IA que desarrollan y usan. Finalmente, y nuevamente se aborda la equidad: Es importante garantizar que los sistemas de IA no se usen para discriminar o perjudicar a las personas.

Los gobiernos y las empresas deberán trabajar juntos para desarrollar normas éticas para el desarrollo y uso de la IA. Estas normas deben garantizar que la IA se use de manera responsable y que no se utilice para dañar a las personas. Colombia está muy lejos de estos temas hablando de legislación.

El acceso a la tecnología sigue siendo un reto en muchas partes del mundo. Las personas que viven en países en desarrollo tienen menos probabilidades de tener acceso a Internet, ordenadores y otros dispositivos tecnológicos.

Para hacer frente a este reto, las empresas y los gobiernos deberán trabajar para reducir el costo de la tecnología y hacerla más accesible en los países en desarrollo, (esto se llama equidad, de lo que tanto habla el actual gobierno colombiano, que está en sincronización con el pensamiento global). También deben proporcionar educación sobre la tecnología para ayudar a las personas a comprender cómo usarla.

Las empresas tecnológicas también pueden ayudar a hacer que la tecnología sea más accesible mediante el desarrollo de productos y servicios que se adapten a las necesidades de las personas de los países en desarrollo.

El año 2024 se perfila como un año de grandes avances tecnológicos. Sin embargo, estos avances también plantean una serie de retos que deberán ser abordados por el sector tecnológico, los legisladores, el gobierno y los usuarios.

Si las empresas y los gobiernos trabajan juntos para abordar estos retos, la tecnología puede ser una fuerza positiva para el mundo.