Hay semanas y meses agitados pero en diciembre confluyen los astros, los sentimientos, las creencias y hasta los resultados.
No es que se deba mantener la rutina sino que llegan por inercia, porque es la Divina Providencia, porque lo prevén para dar golpes de opinión y hasta vaticinios que orientan las actuaciones conscientes de quienes son administradores de lo público, trabajadores por contrato o independientes, que toman parte de órdenes de prestación de servicios, para lograr los objetivos propuestos, cumplir presupuestos y controlar que los recursos lleguen a su destino.
Pero es que en los recientes días ver y tener que leer, escuchar y sentir los análisis de expertos sobre ésa maliciosa forma de gobernar que se traduce en sacar o acabar decretos, normas, acomodarlas, y poner a una sinnúmero de sus seguidores a traducirlas, explicarlas o seguirlas ajustando a sus conveniencias, no se compadece con una sociedad que no confía de lleno en su presidente, pues debería ser el que ponga la cara a lo que quiere decir o hacer y no generar controversias inocuas para saciarse, polarizar y confundir tratando de popularizar necesidades que van degradando a nuestros niños y jóvenes y de verdad son urgentes medidas serias y no burlas o interpretaciones.
Y le cambian los nombres a las entidades para seguir confundiendo, con respuestas como “Mmmmmmmm”, y así se oculta que vuelven los macabros secuestros y ya van más de 90, tocando tierras de paz -como la nuestra- y cuidado se pone el tema porque genera ronchas y ataques.
Y es que hasta negociando el salario mínimo hay taches arriba, dicen los sectores que hacen de las suyas con las manifestaciones, en especial a los educandos, que a propósito bajaron sus resultados en pruebas de conocimientos y eso si debiera preocupar a profesores, pues pasarán a la historia con ese prurito. Hay casos que salvan a educadores responsables, serios y segundos hogares…
Ceremonias de reconocimientos a empresarios, a gobernantes, a deportistas y estudiantes ejemplares, utilización de desusadas carrileras para tan productivos trenes, inversiones en iluminaciones para atraer visitantes a municipios que despiden gobernantes y se preparan para los que prometieron mejorar la calidad de vida… graduaciones, balances de la implementación del acuerdo de paz, votaciones de proyectos de ley -con dudosas reformas-, posesiones de líderes de centro, izquierda o derecha, escándalos en entidades y hasta Intimidaciones, demandas y contrademandas, petición de revelación de fuentes y que no falten los anuncios de los próximos integrantes de gabinetes, los titulares del regreso a las grandes ligas… son algunas de las guirnaldas y adornos, que vemos en un árbol que es la vida diaria en Colombia, de sus regiones y con sus gentes pujantes y con unos personajes que hacen daño pero donde los buenos somos más, y mucho más.
A pocos días de iniciar la tradicional novena vamos a hilar oraciones con deseos, villancicos con peticiones, buñuelos, empanadas, natilla, refrescos y un trago suave, para esperar los hogareños del 24 y 31, y esperando que si nos cohesionamos en lo fundamental vamos a superar estas penurias, que vinimos acumulando a regañadientes y las soluciones se las pasaron por las fajas y con mentiras.
Que llegue la estrella para el Júnior, con jugador boyacense en su onceno, o para Medellín, que es del pueblo, que celebremos la ya de Millonarios; pero con temas de fondo no los dejemos al garete, para que la llamada gobernanza se dé en dimensiones de grandeza y sin tener que llorar de nuevo.
Ahora a entregar los informes, las evidencias, pasar las cuentas de cobro, rebajar para garantizar un trabajito, ofrecer los servicios y sacar tiempo para compartir, son las prioridades, de hoy y mañana.
*Por: Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago