
La sofisticación de las herramientas para la defensa y el ataque en los entornos digitales plantea grandes retos para gobiernos y empresarios en la lucha contra la ciberdelincuencia.
Por: Felipe Ruiz, vicepresidente de seguridad de la información, CISO en Liberty Latin America.
En un mundo cada vez más interconectado, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad ineludible. Las empresas, conscientes de la creciente sofisticación de los ciberdelincuentes, se ven en la necesidad de adaptarse a las tendencias emergentes en este campo para resguardar sus activos digitales, los cuales hoy más que nunca hacen parte de su presente y futuro.
La nube se ha convertido en el corazón de muchas operaciones empresariales, pero su seguridad es un punto crítico. La encriptación de extremo a extremo y otras soluciones se vuelven esenciales para proteger la integridad y confidencialidad de los datos.
La Inteligencia Artificial (IA) y el Aprendizaje Automático también están revolucionando la ciberseguridad al permitir la detección en tiempo real de patrones de comportamiento y anomalías. Esta tecnología ofrece una defensa más sólida contra amenazas cada vez más sofisticadas. Sin embargo, los ciberdelincuentes también aprovechan esta tecnología para automatizar ataques y crear malware que desafía la detección. Un estudio de Karspersky reveló que cada minuto, en América Latina, hay 544 ataques que utilizan IA para crear contenidos de estafa. Sumado a esto, las vulneraciones a infraestructuras críticas y las tensiones geopolíticas en el ciberespacio también son parte de este nuevo normal.
El Internet de las Cosas (IoT) es una realidad creciente, y con ello vienen las preocupaciones de seguridad. Las empresas deben implementar medidas sólidas para protegerse de las vulnerabilidades y ataques relacionados con los dispositivos IoT.
Por esto la gestión de identidades digitales y la autenticación multifactor son ahora elementos clave. La seguridad de identidad y acceso se ha vuelto crucial para prevenir accesos no autorizados y robos de identidad. El enfoque de «Seguridad de Confianza Cero» implica que nadie o nada se considere automáticamente confiable, lo que requiere una verificación constante. Esta mentalidad puede ser una estrategia efectiva para abordar las amenazas en constante evolución.
Para las empresas, la inversión en ciberseguridad es una necesidad. Evaluar riesgos, implementar medidas avanzadas y proporcionar capacitación a los empleados son pasos esenciales. Aunque el retorno de inversión puede variar, la protección de activos, la preservación de la reputación y la reducción de costos a largo plazo son beneficios clave de esta inversión.
En Colombia se hace urgente, la creación de una agencia de seguridad digital y espacial que podría fortalecer la protección de activos digitales y espaciales, siempre que esté bien financiada y se enfoque en objetivos específicos. La colaboración entre entidades es fundamental para su éxito y su capacidad para adaptarse a las amenazas emergentes en estos ámbitos.
En un mundo digital que evoluciona constantemente, la ciberseguridad se convierte en la línea de defensa que protege nuestro futuro digital. Las empresas y los gobiernos deben estar preparados para enfrentar los desafíos que plantean las tendencias y amenazas en constante cambio en el ámbito cibernético.
Para lograr esto, es crucial que la ciberseguridad esté respaldada por una inversión adecuada y se enfoque en objetivos específicos. Además, la colaboración con otras entidades, organizaciones de investigación y agencias gubernamentales, para mantenerse al día con las amenazas emergentes y adaptarse a ellas de manera efectiva.