
Cuando se creía que el 29 de octubre de 2023 existiría un resurgimiento en la política de nuestro departamento, la opción corrupta y clientelista que existe hace 8 años continuará haciendo de las suyas en Boyacá, ya le cuento el cómo y el por qué.
El 26 de octubre de 2003 empezaría una nueva era en el departamento, un proyecto político que a lo largo del tiempo ha tenido diferencias políticas, o es lo que se supone que ha ocurrido en el partido de la Alianza Verde. El 1 de enero de 2004 llega a la Gobernación de Boyacá Jorge Eduardo Londoño, líder natural de este partido, quien con bajas y altas hizo una gobernación decente, dejando una obra de gran impacto para la movilidad en Tunja que es el viaducto Juan Nepomuceno Niño, que hoy en día es la obra más importante que ha dejado una gobernación para la capital boyacense, pues descongestionó el tráfico del centro histórico de la ciudad hacia el norte de la capital.
Entre muchos más eventos, Londoño logró a través de su maquinaria política poner nuevamente un gobernador de la Alianza Verde para que lo sucediera por los siguientes 4 años, quien fue José Rozo Millán elegido por una mínima diferencia contra su rival Pedro Alonso Sanabria de tan solo 4.497 votos, quizá la elección más reñida por alcanzar la Gobernación de Boyacá. Rozo Millán una vez llegó al Palacio de la Torre se alejó de toda pretensión política y clientelista del que fue su gestor para llegar a ser gobernador del departamento, quien trabajó con independencia alejado de intereses políticos del partido que lo eligió y que su pretensión política solo duro sus 4 años de mandato.
El 1 de enero del 2012 llega a la Gobernación Juan Carlos Granados Becerra, rompiendo la tradición de 8 años del Partido Verde. Granados fue un gobernador que potencializó a Boyacá como un atractivo turístico en el país a través de su proyecto de las ‘7 de maravillas de Boyacá’, basado en el mejoramiento de infraestructura y generación de empleo en todo el departamento, donde también buscó un mejoramiento en la malla vial, dejando igualmente proyectada y contratada la nueva terminal de transportes de Tunja, obra que hoy es de gran impacto en el departamento y que es de las mejores terminales de transporte del país, pero que luego su sucesor solo tenía que terminarla y así lo hizo, adueñándose de un proyecto que fue ajeno a su gestión y sí, estoy hablando de Carlos Amaya, quien decide no continuar con parte de los proyectos dejados por Granados que le hacían bien al departamento.
Amaya llega a ser gobernador para el periodo de 2016-2019, quien fue representante estudiantil de la UPTC, la universidad más importante de los boyacenses, y llega obviamente por el Partido Verde de la mano de su entonces coequipero político Jorge Eduardo Londoño, quien también lo avaló para ser representante a la Cámara por el Partido Verde, pero que luego al ver que su pupilo se convierte con el paso de los años en un político sectario y clientelista, decide abandonar la idea política de Amaya.
El entonces gobernador dedica gran parte de su mandato a constituir una fortaleza política en el departamento, logrando en el 2018, a través de la maquinaria política de la Gobernación y sus institutos departamentales, tener dos curules en la Cámara de Representantes por la Alianza Verde, teniendo a Wilmer Leal y a Neyla Ruiz, quienes solamente durarían un periodo en su paso por el Congreso.
Carlos Andrés Amaya no solamente fortaleció su maquinaria política, sino también favoreció a la familia de su esposa, esto con quien sería su nuevo representante a la cámara Wilmer Castellanos en el 2022, pero quien para la época era el alcalde de Sutamarchán, alcaldía que perdieron el pasado 29 de octubre por Miguel Andrés Rodríguez, quien demostró que sí se puede derrotar al clan de Amaya, municipio donde el suegro de este señor adquirió un predio por un valor de 53 millones de pesos, pero no solo eso, sino que luego de adquirido el predio, 19 días después se anunció la pavimentación de la vía por donde está ubicado el lote, ¿¡qué curioso esto, no!? No sabemos si el suegro de Amaya es muy suertudo en los negocios, pero claramente el lote logró una valorización increíble, al pasar de ser un camino destapado a ser toda una vía pavimentada que conduce a Villa de Leyva, una evidencia más de la corrupción de Amaya, quien al salir este escándalo fue castigado en dicho municipio.
Por otro lado, en Paipa Amaya también pierde el 29 de octubre, pero ¿por qué? No solo por la mala gestión del alcalde que ayudó a poner en el 2019, Fabio Medrano, también de la Alianza Verde, sino por otro favorecimiento a la familia de su esposa, quien construyó cerca del lago Sochagota sin las licencias ambientales, pero que luego les otorgarían estas licencias para continuar con la construcción de su mansión, las licencias otorgadas por Corpoboyacá y por su gerente Herman Amaya, quien llegó a dicho cargo ya saben por quién…
Amaya termina su periodo de gobernador en el 2019, curiosamente entregando más de 70 tractores a distintos municipios en el departamento, lo raro es que después de la entrega quedaron parqueados en los municipios por más de 6 meses, pues después los alcaldes de cada municipio tendrían que pagar las pólizas, combustible y esperar a técnicos especializados en el uso de esta maquinaria, pero Amaya hizo la entrega de estos tractores solamente dos días antes de las elecciones regionales, y que llegó a hacer la entrega montado en uno de los tractores mostrándose como el que más le colaboraba a los campesinos, pero que tendría un mayor propósito que fue hacer elegir a su amigo Ramiro Barragán.
Si hablamos de pérdidas electorales, podemos referirnos a que en uno de los municipios donde no ganó el verde en estas elecciones fue en mi municipio, Sotaquirá, donde se esperaría que arrasara el partido de la Gobernación, pues tienen hoy un congresista, Jaime Raúl Salamanca, quien elección tras elección ha bajado de votación por su falta de gestión al departamento y un poco por su prepotencia. Es grato saber que la mayoría de los sotaquireños despertaron y se dieron cuenta de que no podían seguir regalándole votos a un partido corrupto y clientelista, y decidieron en democracia por otra opción a la Gobernación y a la Alcaldía, donde su candidata perdió, apoyada por la maquinaria de la Gobernación y por un congresista, que poco o nada ha hecho por su municipio.
Boyacá despertará, hoy está elegido Amaya por los próximos cuatro años, desearle el mal sería ser egoísta con mi tierra que tanto amo, pero estoy seguro de que en las próximas elecciones seremos más los boyacenses que creeremos en una propuesta distinta, basada en el amor a su gente y sobre todo basada en la verdad, y ahí estaré yo, para acabar con un clan político que no le ha dejado progreso sino a unos cuantos y a sus bolsillos.
Confío en que seremos mayoría para las próximas elecciones y elegiremos lo mejor para nuestro departamento porque a Boyacá la cuidamos todos.