El abogado, docente y escritor tunjano Hernan Olano, acaba de llegar de Roma luego de lograr cumplir otro de sus sueños: estar frente al papa Francisco, hablar con él y hasta traerse un recuerdo único del Santo Padre.

Ocurrió luego de hacer la solicitud en varias oportunidades ante la Prefectura de la Casa Pontificia, que es como la oficina de protocolo de la Santa Sede, hasta que finalmente le autorizaron la participación en la audiencia de la catequesis de los miércoles y con un espacio para poder hablar con él, sí con el Papa.
Pero no solo pudo saludarlo y hablar durante unos minutos. Este boyacense pudo hacer el histórico momento del ‘intercambio del solideo’ que es casquete o bonete que lleva el Papa en la cabeza. “Se le entrega el solideo y él se lo pone en la cabeza y puede quedarse con el que acaba de recibir, entregar el que ya tenía puesto, o usar el nuevo por unos segundos y devolvérselo, convirtiéndose en una reliquia”, dijo Olano a Boyacá Sie7e Días.
Este accesorio únicamente se puede comprar en Roma, en la sastrería eclesiástica, que es donde se hace toda la ropa del santo padre. El intercambio del solideo es una tradición que se da desde que empezaron las audiencias con los papas en épocas de pio XII y el doctor Olano le había escuchado el tema a un profesor de derecho canónico, y recordó que el único solideo que había visto como reliquia, era uno de Juan XXIII en el museo del Ejército en Madrid, por lo que se dio a la difícil tarea.
Y lo consiguió. Germán Olano sería el único colombiano que en este momento tiene un solideo de un Papa. Pero no es la primera vez que este boyacense está frente al máximo jerarca de la iglesia católica.
El 11 de mayo de 2004, ya había podido hablar con el papa Juan Pablo II a quien le entregó uno de sus libros, tras ser invitado a Roma por haber participado en un libro por los 25 años de su pontificado, en un evento al que por Colombia solo estaba este boyacense y el excardenal Castrillón.
Hernán Olano ha hecho completa la carrera en derecho canónico: bachillerato, licenciatura, maestría y doctorado y es uno de los 22 abogados canonistas que en Bogotá pueden litigar en derecho canónico, pero adicionalmente desde hace cuatro años es el defensor del vínculo y promotor de justicia, que es como el fiscal, autorizado por Roma, en el Tribunal eclesiástico de Fontibón.