La Sociedad de Nazarenos de Tunja tiene sus orígenes en la mitad del siglo XVI, cuando el cura párroco de Tunja, Juan de Castellanos, organizo la semana Mayor, que ha tenido una tradición de más de cuatro siglos y medio en Tunja.

Los antecedentes de esta comunidad están en las hermandades de Semana Santa, que aún hoy se encuentran en las organizaciones de los “Tronos”, o pasos que sirven de base para representar el Viacrucis o drama de la pasión en sus diversas expresiones y cuyos conjuntos artísticos se presentan estéticamente decorados en Sevilla (España).
Desde el siglo XVI, los Nazarenos de Tunja, han organizado los pasos en las procesiones: el paso de la Sentencia, el paso de la Oración en el Huerto, Cristo Atado a la Columna, el Santo Ecce Homo, Cristo con la Cruz a Cuestas, el Señor Caído, San Pedro con las Llaves, las Tres Marías, la Verónica, la Magdalena, la Crucifixión, el Santo Cristo, el Cristo del perdón, Jesús en Brazos de su Santísima Madre, la Dolorosa, el Santo Sepulcro; el Lidnun Crusis, entre otros.
Con el paso del tiempo se organizaron las cofradías, para llevar los pasos en las procesiones. Cada cofradía cuidaba sus pasos y se reunían varias veces en el año para precisar la asistencia social a sus miembros, elegir nuevos dignatarios y tratar diversos asuntos de la corporación.
Así, siguiendo la tradición de las Hermandades sevillanas, las familias Tunjanas, tradicionales se encargaban de organizar los pasos y posteriormente no se tuvo en cuenta la tradición de la nobleza, sino de las familias tunjanas, y el grupo de personas con espíritu cívico y religioso que se unen para la organización, decoración y la relación con los demás pasos en las procesiones a través de una tradición se ha transmitido de generación en generación.
En aquel entonces las familias adornaban los pasos con joyas y telas muy finas, encajes e hilos de oro traídos desde España, al igual que las imágenes, aunque otras eran esculpidas en Tunja a mediados del siglo XVI iniciando la Escuela de Arte de Tunja con influencia quiteña y barroca.
Las familias desfilaban de Negro en el Centro Histórico de la ciudad. Luego de la muerte de Juan de Castellanos, las hermandades tunjanas se encargaron de organizar las procesiones con cerca de 30 pasos.
La tradición se ha sostenido por ya casi cinco siglos en los que las personas que desean pertenecer al grupo deben pasar por un periodo de escuela, que dura mínimo dos años, en el que un jefe de paso y el comité evalúan si la persona logra cumplir con los requisitos fijados en los estatutos de la Sociedad.

La vestimenta usada por los Nazarenos en las procesiones es una túnica de cuerpo completo, que simboliza el hábito de Cristo, conformada por un cordón o cíngulo a la altura de la cintura, para demostrar disciplina y obediencia y un capirote para cubrir el rostro como signo de humildad.
En las túnicas el color blanco simboliza la purificación de los Nazarenos, pero en las procesiones de liturgia, Jueves, Viernes y Sábado santos, se usa el color oscuro y morado, como signo de respeto y luto. Aunque los colores se mantienen, periódicamente hacen algunos ajustes, por ejemplo recientemente los 18 cargueros del Paso de la Verónica mantuvieron una túnica negra, pero con banda dorada y capirote dorado, como símbolo de luto y respeto por la muerte de Jesucristo.
El capirote es la prenda que cubre el rostro del penitente como signo de humildad. “El Nazareno no necesita ser admirado y tampoco ser reconocido en su penitencia”, dice el presidente de esta sociedad, Manuel Montero.
Son 24 pasos que hacen procesión por las principales calles de la ciudad desde el viernes anterior al Domingo de Ramos. Se necesitan en promedio 18 cargueros por paso para llevar sobre sus hombros los cerca de 400 kilos que pesa cada anda con su imagen.
En la Sociedad de Nazarenos las mujeres cumplen una labor muy valorada, en el diseño y arreglo de las prendas y hoy día también hacen parte de las procesiones. Un año dedican las 320 personas de la Sociedad de Nazarenos en organizar la Semana Santa de la ciudad de Tunja.