Poli-tik-tok – Carlos David Martínez Ramírez #Columnista7días

Columnistas 7 días Carlos David Martinez

El prolijo intelectual alemán Max Weber, abogado, economista e historiador, reconocía en 1919 que se consideraba más un científico que un político, planteaba que “el político debe y tiene que llevar a cabo compromisos… el científico no puede hacer ningún compromiso y tampoco oculta las contradicciones”. Esta afirmación general puede tener muchos matices, posiblemente se planteó en un contexto educativo, frente a un grupo de estudiantes, de hecho, en el cual se sigue la idea de Marie Curie en el sentido que se debe enseñar cómo pensar, pero no necesariamente qué pensar. Claramente los científicos sí pueden comprometerse, como la han hecho para promover que algunos avances tecnológicos no se usen con fines bélicos, sólo por poner un ejemplo, digamos, clásico.

Mientras para algunos la idea de Voltaire de “la política como el arte de mentir”, se valida como una tradición para llegar al poder o se entiende en el marco de comunicaciones estratégicas donde se prioriza los resultados por encima de la verdad; para los científicos, o en el mundo académico, la búsqueda de la verdad, por lo general, es un valor que guía la gestión del conocimiento.

De esta manera, mientras el intelectual entiende que hay diferencias entre una opinión (doxa) y el conocimiento (episteme), el político busca presentar su opinión como el conocimiento único y real, por lo que la demagogia se disfraza de pedagogía.

Mientras en una sociedad ilustrada, digamos en una cultura de (con) libros, puede resultar más viable la atención a los argumentos y los debates intensos, en la contemporaneidad nuestras democracias parecen palidecer frente los nuevos formatos comunicacionales con restricciones de 140 caracteres o 30 segundos de vídeo.

Si bien en la capacidad de síntesis es posible rastrear razonamientos intensos, la realidad es que en la actualidad la hipersimplificación de los contenidos limita la calidad de los debates; por eso las discusiones en redes sociales generan muy pocos resultados; un tik tok es unidireccional así permita chat interactivo; vivimos la paradoja de la enunciación permanente de que estamos inmersos en comunidades, pero con vidas dispersas donde la verdadera colectividad se desdibuja.

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