Lo que deja la pandemia – Fabio Medrano #ColumnistaInvitado

Especial Alcaldia de Paipa Fabio Medrano

Hace unos días me preguntaron: ¿cómo lo cambió la pandemia?, me quedé en silencio un par de minutos, cerré los ojos y pensé… Esta pandemia es una experiencia única en la vida, en especial para nosotros los gobernantes que iniciamos el período lleno de motivación y esperanza, y a tan solo tres meses, nos tocó cerrar y cancelar todo.

No solo fue una crisis sanitaria. El impacto social que tuvo en el mundo la existencia de este virus fue demasiado grande. Hoy la sociedad vive con miedo; nos tuvimos que enfrentar a una situación sin precedentes, y lo que parecía ciencia ficción o quizás una película de terror, se trasladó a la vida real.

Luego de tres años de pandemia, es inevitable no pensar en las diferentes acciones que realizamos para evitar que el Coronavirus llegara a nuestro territorio. Todo lo que nos decían que podía funcionar para mitigar el contagio, lo hacíamos: lavar calles, decretar toques de queda, pico y placa, implementar una plaza móvil, banderas verdes, distanciamiento social… en fin. Tantas estrategias de las que hoy me siento orgulloso, porque gracias a esto, logramos mantener a Paipa con bajo índice de contagios, teniendo en cuenta que las principales ciudades con más contagios reportados como Tunja, Duitama y Sogamoso, se encontraban muy cerca.

Uno de los días más difíciles para mí, fue cuando recibí un correo del Ministerio de Salud, en donde se me solicitaba establecer un lote para enterrar a los muertos por COVID – 19. Tenía que dar respuesta en un lapso máximo de 24 horas.  No podía creer que eso estuviera pasando, el solo hecho de pensar en que podían morir mis paisanos, mi familia, o mis vecinos, me derrumbó.

Gracias a este trabajo duro, fui elegido para representar la Vicepresidencia Segunda, ante la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el ‘V Encuentro Regional de Alcaldes y Alcaldesas por Municipios, Ciudades y Comunidades Saludables de la Región de las Américas’, este triunfo no es solo mío, es de un gran equipo de trabajo que camina a mi lado todos los días sin desfallecer.

Hoy, tres años después, solo puedo darle gracias a Dios por la oportunidad de liderar los destinos de mi amada Paipa durante la pandemia. Muchos dirán que no se hizo nada, pero ¿cómo juzgar a un gobierno que estuvo encerrado, ingeniando estrategias para salvar la vida de los habitantes, durante dos años?

Cuatro años de gestión se redujeron a dos. Hemos gestionado para Paipa más de 19 mil millones de pesos, pudieron ser más, ¡Claro!, pero siempre serán más importantes las vidas que las vías.

Me queda un poco menos de diez meses de gobierno, y cuando todo esto acabe, con humildad y orgullo, volveré a ser el hijo del señor que arregla los radiadores y los exostos de Paipa. Siempre con la satisfacción del deber cumplido.

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