Este municipio duró un año y 25 días sin casos positivos del virus.

Un pueblo de Boyacá se convirtió en noticia nacional entre el 2020 y el 2021 debido a que, mientras en las diferentes poblaciones de Colombia cundía el COVID-19, esta localidad boyacense mantenía cerradas sus puertas al coronavirus.
Ese municipio que se resistió a la llegada del virus un año y 25 días es Campohermoso, ubicado en la provincia de Lengupá, con una población de 3.400 habitantes, a 128 kilómetros de Tunja y con una temperatura de 23 grados centígrados.
El territorio del actual municipio de Campohermoso fue el centro de la cultura indígena tegua, que se distinguió, entre otras cosas, por sus conocimientos de los poderes medicinales de las plantas, según Basilio Fernández de Oviedo.
A fray Pedro Simón le llamó la atención la longevidad de los teguas, de la que escribió: “pasan su vida hasta llegar a cien años… pues solo el simple manjar de unas raíces y hormigas les acrecienta un año sobre otro… hasta llegar a más de ciento y al cabo mueren sin enfermedad”.
Pues, aunque parezca sorprendente, los descendientes de los longevos teguas mantuvieron a raya por más de un año el mortal coronavirus, tal vez por su genética o su dieta, pero, además, por las medidas que se tomaron en esa población.
El alcalde de Campohermoso, Jaime Yesid Rodríguez Romero, dijo que en su municipio se aferraron a la creencia de que Dios los protegió contra el COVID-19, sobre todo por intermedio de su santo protector San Roque, patrono de la localidad y abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias.
“Además, a Dios rogando y con el mazo dando, esto también se debe a la coherencia que tuvo la comunidad en recepcionar nuestras recomendaciones, que no fueron inventadas sino replicadas de lo que nos enseñó el Ministerio de Salud en especial”, precisó el alcalde.
En Campohermoso se unieron todas las autoridades contra el coronavirus: la Alcaldía, las iglesias, el sector de la salud y la Policía, para a través de la emisora local intervenir a diario o cada tres días con el fin de informarle a la comunidad los riesgos del COVID-19 y cómo poder evitar su contagio con la aplicación de los protocolos de bioseguridad.
“Recalcamos mucho en que cada uno cuidara a su familia y para eso había que usar tapabocas y todos los protocolos de bioseguridad. Yo nunca impuse ley seca, solo impuse dos toques de queda”, explicó el mandatario municipal.

Contó que, por presión de la comunidad, mandó fumigar dos centros poblados de los tres que tiene el municipio, porque la gente sentía tranquilidad con esa acción.
“Cerramos unas vías para poder controlar el ingreso, porque no podíamos cerrar todo el municipio pues nos bloqueábamos el abastecimiento de productos”, recordó el mandatario.
Recalcó que el hecho de que no se hubieran presentado casos de coronavirus en su municipio por más de un año no fue porque existiera una fórmula secreta o una varita mágica para evitarlo, sino porque se trabajó muy fuerte en la pedagogía para que la población estuviera enterada de lo que le podría ocurrir si no acataba los protocolos de bioseguridad.
Finalmente, a mediados de abril del 2021 se registró el primer caso de COVID-19 en esta población de la provincia de Lengupá, donde las autoridades y la comunidad habían hecho frente común para evitar que la enfermedad llegara a su territorio.
Este paciente era un adulto que en Semana Santa de ese año viajó a Tunja y Bogotá, y cuando regresó presentó los síntomas. Aun así, Campohermoso es uno de los municipios de Boyacá con menos casos reportados de coronavirus, menos de 50, y un solo fallecido por causas asociadas al COVID-19.
De acuerdo con los datos más recientes, en esta población no se encuentran casos activos del virus actualmente.