La subteniente Laura Camila Chavarro Pineda, demuestra todos los días el papel preponderante que tiene la mujer para el Ejército Nacional de Colombia.

Luego de cuatro años de una estricta formación y entrenamiento, muy similar al de cualquier hombre, en una ceremonia especial en el campo de paradas Batalla de Boyacá en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, recibió su primera estrella que la acreditaba como subteniente del Ejército.
Fue en Garagoa, su pueblo natal, en donde tomó la decisión de servir a la ciudadanía como oficial del Ejército Nacional. Laura Camila ingresó a la escuela militar a realizar su carrera de armas, donde desde el comienzo se destacó por su disciplina y liderazgo, virtudes que toda persona que ingresa a la institución debe tener en su ADN y que genera esa vocación de servicio que los caracteriza.
Desde muy pequeña, sintió la vocación de ayudar a las personas en momento apremiantes y hoy, convertida en oficial de la institución militar es una de las mujeres responsables de demostrar que ellas también pueden ser comandantes, gracias a su liderazgo, berraquera y fortaleza ante las adversidades.
La primera unidad a la que salió destinada esta boyacense fue el Grupo de Caballería Montado N° 16 Guías del Casanare, donde demostró su liderazgo y de allí fue trasladada al Grupo de Caballería Mecanizado N.° 1 General José Miguel Silva Plazas, en Duitama, para ser la comandante del pelotón Alazán 5 del primero de Caballería.
Para esta militar, liderar soldados profesionales en el área y con ellos realizar operaciones de seguridad propias de la misión institucional, es una gran satisfacción y un orgullo saber que sus superiores ven sus fortalezas para realizar la labor encomendada.

La subteniente Chavarro, dice que a la gente se le hace raro verla patrullando con el pelotón bajo su mando, porque muchos no creen que una mujer se pueda desempeñar en ese ámbito.
Cuanta que en una ocasión un campesino al verla patrullando junto al grupo de hombres, les dijo: “¡Ah, es que ahora los soldados pueden patrullar con la esposa!”. “No, no señor, ella no es la esposa de ninguno de nosotros, ella es nuestra comandante de pelotón”, le indicó un soldado.
Se siente orgullosa de hacer lo que hace, de recorrer las veredas al mando de un pelotón, “todos los días hacemos tareas ayudando a nuestra comunidad boyacense, esa es nuestra consigna principal”, asegura y añade que como mujer se emociona ante el reconocimiento de las comunidades que valoran su trabajo. Su consigna es servir haciendo honor a la tierra que la vio nacer.
Esta soldado sueña con mostrar que las mujeres tienen la capacidad de hacer cosas, profesionalizarse y enseñar a los soldados más conocimientos y estrategias, sueña con ayudar a romper los paradigmas de que las mujeres no pueden hacer algunas cosas, o desempeñar ciertos roles y profesiones.
“Mi mensaje para las mujeres es que no nos cansemos de luchar, que no nos cansemos de trabajar, que no nos cansemos de hacer las cosas bien, porque los limites sólo están en nuestra mente, todo se puede cuando hay ganas y siempre de la mano de nuestro Dios”, recalca la subintendente Chavarro Pineda Laura Camila, una mujer que con las botas puestas asume el reto de servir a Colombia.