Fueron varias las anécdotas, dolores de cabeza y ‘corre-corre’ que se presentaron ayer en medio del paro de taxistas en la capital boyacense.
Pues uno de esos episodios únicos lo vivió monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, el arzobispo de Tunja, quien quedó en el carro que lo traía hacia la catedral a celebrar la tradicional misa de 10:00 de la mañana en la que el arzobispo impone la ceniza en el comienzo de la cuaresma, en la variante de la doble calzada, es decir lejos para llegar a pie.
Pero además no quedó solo. También quedaron atrapados en el trancón que generó el bloqueo en el sector del barrio Patriotas la buseta que traía al coro de los seminaristas que lo acompañarían en la misa.
Pues en medio de lo recursivo del alto prelado se decidió a ‘negociar’ con los taxistas que aunque no se resistieron a permitirle el paso, sí le pidieron que les pusiera la ceniza ahí en el punto de bloqueo en el que se encontraban, a lo que monseñor accedió gustoso.
Los taxistas quedaron con la señal de la cruz impuesta directamente por el arzobispo, y monseñor pudo llegar a celebrar la importante eucaristía en la catedral.