Hace unos meses me encontré un artículo en la web que llamó mi atención, era del The New York Times, y se titulaba: ‘Los buzones para bebés generan preocupación en EE. UU.’[1]

Todo parte de la sentencia proferida por el Tribunal Supremo de Estados Unidos del 24 de junio de 2022 que anuló el histórico fallo ‘Roe contra Wade’ de 1973, cuya tesis central fue la de elevar a derecho federal la decisión de la mujer sobre su maternidad. Aquella decisión dividió en tres trimestres el embarazo: en el primer trimestre la mujer era totalmente libre de decidir sobre su condición; en el segundo, se le daba la facultad a cada estado para regular el aborto, sin prohibirlo, dependiendo de la salud de la madre, y, en el tercero, los estados podían prohibir el aborto, salvo si los médicos consideraban que era necesario para preservar la vida o la salud de la madre.

Con la anulación de la sentencia ‘Roe contra Wade’, el derecho de la mujer de decidir si se es o no madre dejó de ser un derecho federal y quedó a merced de la legislación interna de cada Estado. Se conoce que varios Estados de la federación al enterarse de la anulación de la sentencia ya tenían listo un paquete de disposiciones normativas para prohibir el aborto.

Pues bien, Indiana es uno de ellos, donde como consecuencia del cambio de precedente su gobernador firmó una ley que prohíbe los abortos, con excepciones muy limitadas.

Según el artículo del The New York Times, en agosto de 2022 había más de 100 buzones para bebés en todo el país. Estos son semejantes a los usados para depositar libros, y al dejar allí el bebé, luego de un tiempo muy corto, que no sobrepasa el minuto, se activa la temperatura adecuada para que este calientito y no sufra hipotermia, también una alarma para que la persona que este de turno, sea en una estación de bomberos o un establecimiento de salud, tenga conocimiento que fue depositado un bebé y de esta forma acuda para proceder a su atención.

Los mentados buzones no cuentan con cámaras para garantizar el anonimato del depositante. Por tanto, quien deje allí al pequeño, no tendrá consecuencias legales o de tipo penal por abandono. Estos son impulsados por los conservadores, activistas antiabortistas y la derecha religiosa.

Ahora bien, luego de traer en letras lo que ocurre en el norte de América, mi opinión al respecto se resume en los siguientes aspectos:

Hay un retroceso importante del derecho a la libre decisión de la mujer de su maternidad, lo que implica su instrumentalización al ser usada como un medio de reproducción. Quizá para quienes son partidarios de la limitación de este derecho de las mujeres, los buzones son una “salida” para no interrumpir el embarazo y garantizar la vida del que está por nacer. A mi juicio, los buzones conllevan a que se desconozca a la mujer, su salud física y mental, su situación económica y social, si está rodeada o no de un ambiente violento, desconociendo de tajo las causas que la llevaron a tomar la decisión de dejar a su hijo en la caja que garantiza su anonimato.

El aborto vuelve a ser exclusivo de las élites. Mi amiga, Diana Basto, durante un café me expresaba que en New York se vendían paquetes por una plataforma de turismo para rentar un apartamento y hacer el procedimiento abortivo. Vuelve a ser el aborto un privilegio para aquellas clientes que pueden adquirir el “paquete turístico”. Lamentable que el que otrora fue un derecho federal constitucional quede convertido en un privilegio para aquellas que tengan el poder adquisitivo. Por lo tanto, la “caja salvadora” solo será un recurso para aquellas mujeres que no gozan de suficiente capacidad económica.

Injerencia de la política en la justicia. Es lamentable cómo un presidente misógino, como lo fue Trump, termine extendiendo sus tentáculos en un tema tan trascendente como son los derechos de la mujer. Durante su mandato incidió en el nombramiento de magistrados cercanos a su ideología política en el Tribunal Supremo, es decir, se inmiscuyó en la justicia constitucional de un país. Sin embargo, queda el consuelo de que la reciente decisión fue votada 5 contra 4, en cambio, la de ‘Roe vs. Wade’ tuvo mayor aceptación al ser votada 7 contra 2.

La interrupción del embarazo es un tema del ámbito meramente personal, no le incumbe al derecho. En Estados Unidos, en Colombia y en cualquier democracia, la interrupción del embarazo debería ser un asunto de resorte personal. Que sea la conciencia de cada cual la que dictamine su actuar, y no el Código Penal. Por el contrario, al derecho sí le incumbe garantizar la libre elección de la mujer sobre su maternidad y disposición de su cuerpo.

Poner el énfasis en la prevención. Se debe fortalecer la política pública encaminada a la prevención del embarazo no deseado con formación en las instituciones educativas de todo orden, desde la básica hasta la universidad. Además, en el sector salud, encaminar esfuerzos en métodos de planificación familiar.

En conclusión, mientras Estados Unidos vive un período de retroceso frente al derecho fundamental de la mujer de decidir sobre su cuerpo y, específicamente, sobre su maternidad, en Colombia, así como en otros países latinoamericanos, vivimos una transición hacia la garantía de este derecho fundamental. La Corte Constitucional así lo reconoció en la sentencia C-055 de 2022.

[1]https://www.nytimes.com/es/2022/08/08/espanol/buzones-refugio-seguro- bebes.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20220812&instance_id=69073&nl=el times&regi_id=92319401&segment_id=101149&te=1&user_id=d74ced093e9dc141133639068b3ad0c0