Dos grupos criminales, dedicados a la extorsión y al narcotráfico en la ciudad colombiana de Quibdó, capital del departamento del Chocó (oeste), anunciaron este viernes un cese al fuego unilateral, uniéndose así a otros grupos de la misma índole de otras zonas y a una decena de grupos armados.
Se trata de las Fuerzas Revolucionarias Mexicanas y las Fuerzas Armadas RPS-Cartel del Norte, que controlan varios barrios de Quibdó donde imponen sus normas, cobran extorsiones y amenazan a quienes alzan la voz, lo que ha hecho que los homicidios se hayan disparado en esta ciudad mayoritariamente afrocolombiana.
En este sentido, según informó este viernes la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP), ambas organizaciones a través de misivas que les han remitido «anuncian cese de fuegos unilaterales en los barrios de la capital chocoana donde, respectivamente, tiene influencia cada grupo».
El Gobierno de Gustavo Petro mostró su disposición «a iniciar un proceso de acercamiento» con dichas bandas «en el marco de la construcción de la paz integral en nuestro país», reiterando que para comenzarlo «el respeto a la vida es la primera determinación que deben tomar los grupos armados irregulares».
«De la mano de los habitantes de los barrios que han padecido las agresiones y violencias de estos grupos armados, estamos prestos a verificar el cumplimiento del compromiso que han asumido desde ahora por medio de su palabra escrita», enunció el Alto Comisionado, que se mostró «listo para un encuentro directo».
En varias ocasiones este año los jóvenes de esta ciudad del Pacífico han salido a las calles a mostrar su hartazgo por la situación ya que también sufren deficiencias en servicios por culpa del abandono estatal, la corrupción y una alta tasa de desempleo juvenil.
En 2021 la Policía registró 138 homicidios y organizaciones sociales reportaron hasta abril de este año 70 asesinatos de jóvenes, es decir, más de la mitad que en todo el año anterior.
LABORATORIO DE PAZ EN BUENAVENTURA
Quibdó sigue de esta forma a Buenaventura, la otra gran ciudad del Pacífico, donde hace tres meses las dos grandes bandas que la controlan, los «Shotas» y los «Espartanos», declararon una tregua y desde entonces no hay homicidios ni las continuas balaceras que se vivían en los barrios e incluso en el malecón (paseo marítimo).
La semana pasada el Gobierno fue a presenciar dicho pacto de no agresión en la que se ha convertido en una de las ciudades más violentas del país y que ahora quiere ser «un faro para alumbrar el camino» del país.
«Es un éxito que se debe a la decisión de las agrupaciones de no matarse entre sí, de dar un espacio, una oportunidad a la paz (…) eso tiene que premiarse, no castigarse», dijo el pasado 7 de diciembre Petro en esta ciudad que es el principal puerto del Pacífico.
En su momento, Petro dijo que estos grupos podrían acogerse, en estas conversaciones con el Gobierno, a un sometimiento a la justicia, pero los acuerdos están aún en fase muy temprana y el Gobierno no ha dado detalles de cómo sería el proceso para la desmovilización de los «Shotas» y los «Espartanos» o los dos nuevos grupos de Quibdó que al parecer se quieren sumar a la paz total. EFE