Felipe Andrés Velasco, director de la Fundación Montecito, se pronunció sobre el comunicado de Corpoboyacá acerca de actividades del manejo de ‘maleza acuática’ sobre el canal de salida del río Upía.
“Lo que la autoridad denomina ‘maleza acuática’, no es maleza. Es realmente vegetación que cumple varias funciones dentro del humedal, entre ellas, servir de filtro al agua, ser refugio para la avifauna, servir de ecosistema y hábitat para aves y muchas otras especies de nuestra biodiversidad, representar depósitos naturales de carbono acumulado con los años, y servir de escenario llamativo para la observación y turismo de aves, además de espacios propicios para la investigación”, afirmó Velasco.
Dijo que, ninguna de esas funciones puede ser considerada ‘maleza’, y que las causas de esa vegetación no se citan y han sido desatendidas por la autoridad ambiental.
“Siendo un principio elemental de entendimiento al tema, la comprensión de lo que representa esa vegetación y el ecosistema que conforma, como elemento constitutivo intrínseco del humedal donde se localiza (espacios litorales), retirarla o arrancarla es nada menos que destruir y desaparecer las funciones que cumple. Y lo que hizo Corpoboyacá mediante contrato, fue justamente eso: destruir ese ecosistema de humedal litoral, en una longitud cercana a los 1.000 metros, a un costado del canal donde ingresan aguas del lago de Tota camino al nacimiento del río Upía, e incluso aguas debajo de este, creando cambios súbitos de caudal”, aseguró el director de Montecito.
Agregó que, el acompañamiento que de manera independiente hizo la Fundación Montecito este domingo fue con el objeto de colaborar en atenuar un poquito al menos las consecuencias de ese desastre causado días atrás por Corpoboyacá, concretamente opinando para ayudar a salvar una familia de aves de la especie Cistothorus apolinari, especie endémica y en peligro de extinción, que sobrevivía en un islote del río impactado.
¿Qué responderá Corpoboyacá?