La envidia en la actividad del servicio público – Arturo José Montejo Niño

Columnista Arturo Montejo

Una característica infaltable como la hipocresía, la falsedad, la traición, la ingratitud, la mentira y por supuesto la envidia, es lo que rodea en todo momento la actividad en el servicio público y sobre todo en la clase política y todos los elementos que la rodean.

Unos dicen que fue por temas políticos pero la gran mayoría coincidió que fue por física envidia lo que pasó hace más de 30 años en el Congreso de la República, cuando el doctor Jaime Castro estuvo a punto de ser elegido Contralor General de la República, pero un voto decisivo lo impidió: una fogosa Congresista de la época, irónicamente también boyacense voto a favor del Contrincante del doctor Castro.

Ese voto fue factor definitivo para que Castro perdiera la elección en la Plenaria de Senado y Cámara en el Capitolio Nacional. Fue por envidia, dijo la mayoría de la clase política, al referirse a la decisión que acabó con esa aspiración cuándo en esa época, ser Contralor General, era tener más poder burocrático que el mismo Presidente de la República.

En otra ocasión, cuándo me desempeñé como Alcalde Mayor de Tunja, un Concejal se empeñó en oponerse a todas las obras de desarrollo que se aprobaron y se adjudicaron, como la Avenida que uniría la Plazoleta de Las Nieves hasta el sector de la Universidad Juan de Castellanos a lo largo del  parque Santander y la Carrera 14, llamada Avenida Colón, en el pasado.

¿Qué ganó el señor concejal? De pronto saciar su envidia, porque lo que hizo fue un daño a toda la capital pues dicha Avenida hoy evidentemente le hace mucha falta a la movilidad del Centro de la Ciudad. Por pura envidia, mediante Acciones Populares, este personaje se atravesó al desarrollo de la Ciudad.

La envidia florece en seres llenos de complejos de inferioridad, de sentimientos carentes de personalidad y firmeza y, sobre todo, en sujetos absolutamente detestables.

En fin, tenemos que estar siempre preparados para asimilar estas actitudes de envidia porque día a día están presentes en nuestras vidas.

*Arquitecto Arturo Montejo Niño, Exalcalde de Tunja.

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