A palabras necias oídos sordos dicen por ahí, pero cuando de la honra y la integridad la respuesta debe ser clara y contundente.
Es un hecho que se logró el acuerdo interinstitucional entre las alcaldías de Medellín y de Sogamoso, para operar el aeropuerto de nuestra ciudad, por los expertos medellinenses.
Tener nuestro propio aeropuerto, el ‘Alberto Lleras Camargo’, en funcionamiento debería ser motivo de orgullo y de unidad ciudadana para que con la ayuda de dicha infraestructura los sogamoseños podamos desarrollar nuevas actividades que contribuyan al desarrollo de nuestra ciudad. Este aeropuerto podría impactar positivamente la competitividad, el comercio, el turismo y por ende favorecer el empleo, sin dejar de mencionar otra serie de beneficios como el intercambio cultural entre las regiones.
Promover por todos los medios legales el desarrollo de nuestra ciudad debe ser una motivación que todos los sogamoseños apoyemos. Y si uno de esos medios es poner a funcionar el citado aeropuerto, pues bienvenido sea el acuerdo firmado por los alcaldes de Medellín y Sogamoso.
Mas allá de toda suspicacia y en vez de utilizar máscaras para lanzar injurias y acusaciones falsas en mi contra, a falta de prueba alguna, por la sencilla razón de que no existe, lo que debemos preguntarnos es cómo hacemos para construir sobre este acuerdo, de tal forma que la operación del aeropuerto Lleras Camargo sea viable a corto y largo plazo, sea un motor de desarrollo y prosperidad para la ciudad y no termine convertido en un elefante blanco como muchas obras en nuestro país.
La falta de mercancías que salen de la provincia de Sugamuxi o la cercanía de Sogamoso a la capital de la República, genera dudas sobre la vocación de nuestro aeropuerto, respecto a si será un aeropuerto de carga o de pasajeros. Sin embargo, esto debe verse, no como un impedimento para avanzar en el desarrollo de este proyecto, sino como una oportunidad de definir lo que queremos de nuestra ciudad a futuro. Mas allá de colores políticos, espero que este proyecto, como cualquier otro que se plantee para nuestra ciudad sea un éxito.
PD: Es hora de entender que el progreso no llega de manera individual. El progreso es colectivo o no existe. Mientras no destronemos la envidia como idiosincrasia y la calumnia como comportamiento, ese progreso que tanto anhelamos nunca llegará.