Desde hace unos días el nuevo Gobierno colombiano anunció que no es posible seguir subsidiando la gasolina. El hueco fiscal que hay en el país debido a este financiamiento es demasiado grande. Esto ha ocasionado preocupaciones de los ciudadanos en lo relativo a la forma en que nos movilizamos y nos transportamos. Pese a ello, esta puede ser una oportunidad para la creatividad y para planear de una manera diferente nuestros sistemas de transporte.

Para el caso de Tunja, los entes gubernamentales, ciudadanos y empresariales, pueden hacer una alianza para planear y llevar a la práctica un sistema de transporte público más libre e independiente de los combustibles fósiles. La flota de buses tiene que ser renovada. Muchos de los buses de la ciudad, de vieja tecnología, no son otra cosa que, un vertedero de humo y de contaminación para la pequeña urbe. Tener buses eléctricos, más grandes, más cómodos, más seguros y con rutas mejor pensadas, puede motivar a una nueva dinámica.

Por otra parte, y como se ha venido insistiendo desde esta columna, se puede construir infraestructura para que más personas puedan hacer uso de la bicicleta. Esta es una ciudad pequeña que puede ser referente en estos términos. Hay que recordar que muchos de los ciclistas de talla internacional, como Nairo Quintana, antes de ser tan famoso, no sólo utilizaba su bicicleta para practicar el deporte de la montaña, sino para movilizarse al colegio.

En otras palabras, la ciudad goza algunas condiciones a su favor para hacer de Tunja una ciudad actualizada en lo referente al transporte: el tamaño, el clima y ser cuna de ciclistas.