Una carrera por la Uptc – Primera entrega – Bernardo Umbarila #ColumnistaInvitado

Columnistas 7 días BErnardo Umbarila

La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc) es una de las 32 universidades públicas que existen en Colombia; cuenta con seccionales en Duitama, Sogamoso, Chiquinquirá y Yopal, y ha sido por tradición la Universidad de los boyacenses, pero también por casi 70 años ha sido una institución que les ha abierto las puertas a miles de colombianos que han venido de otras regiones del país a formarse como profesionales en sus 73 programas de pregrado y 65 de posgrado y que para el 2021 reportaba más de 27.000 estudiantes. Sin duda, ha sido una de las instituciones de educación superior que le ha aportado grandemente a la ciencia y la tecnología de nuestro país.

Pero esta emblemática y querida institución no solamente ha sido un escenario de pensamiento, ciencia y conocimiento, sino que también, por décadas, ha sido todo un fortín político y burocrático, escenario de las más intrincadas disputas por tener el poder dentro de la Universidad representado especialmente en el rector y en los miembros del Consejo Superior. Y no es para menos, si tenemos en cuenta que, por ejemplo, para el año 2021 el total del presupuesto de gastos de la Uptc fue de $ 346`476.815.000; estas disputas pasan casi desapercibidas para la mayoría de la gente, ya sea por desconocimiento o por total desinterés, pero para quienes quieren llegar a la Universidad no como la alma mater de los boyacenses, sino como a un fortín político y burocrático es todo un juego de poderes digno de series como los Borgia, ‘Juego de tronos’ o ‘House of cards’.

Vale la pena intentar explicar cómo funciona este juego de poderes: lo primero que hay que decir es que el artículo 64 de la Ley 30 de 1992 estableció que el Consejo Superior es el máximo órgano de dirección y gobierno de la Universidad. Está compuesto por 10 miembros: un delegado del Ministerio de Educación, un designado del presidente de la República,  el gobernador de Boyacá o su delegado, el rector de la Uptc (con voz, pero sin voto), un representante de los docentes, un representante de los graduados, un representante de las directivas académicas, un representante del sector productivo, un representante de los estudiantes y un representante de los exrectores. Entre las funciones del Consejo Superior está la de designar y remover al rector en la forma que prevean sus estatutos, que para el caso de la Uptc es por un periodo de 4 años.

Si bien la composición del Consejo Superior pretende representar a todos los estamentos que componen la universidad, en la práctica son muchos actores externos quienes resultan interfiriendo de manera definitiva en la elección del rector, que a la postre es quien determina el presente y futuro de la alma mater. Esos agentes externos están representados en el designado del presidente de la República y el delegado del ministro de Educación, quienes son nombrados a dedo por el Gobierno nacional y dependen del clima político nacional, en donde entran a interferir en su escogencia los senadores, representantes y últimamente hasta el gobernador de Boyacá, otro agente externo quien también tiene un asiento en este estamento por derecho propio. 

A esta lista se suma el delegado del sector productivo, que resulta de un proceso ‘democrático’ entre las diferentes cámaras de comercio del departamento y que también suscita muchas intrigas y juegos de poder. Así las cosas, en una elección de nueve votos hay ya cuatro que son indudablemente externos y que su designación no necesariamente busca de manera desinteresada el bien de la Uptc.

Hay un quinto voto que es un híbrido entre actores internos y externos, y es el representante de los graduados, comúnmente llamado el de los exalumnos, para el cual en los últimos años desde las altas directivas de la universidad se han desarrollado complejos mecanismos de inscripción, tanto de los votantes como de los candidatos que posteriormente terminan en una elección con muy baja participación y quienes votan mayoritariamente están vinculados a la universidad.

Finalmente, hay cuatro votos que son indiscutiblemente internos de la universidad: el de los estudiantes, el de los profesores, el de las directivas académicas y el de los exrectores que se elige entre sus pares. Sin duda, estos cuatro asientos tienen un vínculo profundo y fuerte con la universidad y deben constantemente rendir cuentas a quienes los eligen, pero no están exentos de tomar decisiones que favorezcan ese juego de poderes al que nos referíamos al comienzo de este escrito.

Este es un año de elección de rector en la Uptc, nuestra universidad, que atraviesa una grave crisis financiera, sumada al grave problema de los profesores ocasionales y al beligerante inconformismo del movimiento estudiantil. Hay muchos intereses en juego, pero era necesario entender este complejo mecanismo de elección para que en una siguiente columna podamos analizar la coyuntura de la elección que se avecina y que promete ser toda una sangrienta batalla política de alto nivel.

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