El nuevo presidente de Colombia se refirió en su discurso a la paz, al fracaso de la guerra contra las drogas, al cambio climático, a la deuda externa, a la búsqueda de la igualdad en el país y a las reformas en lo tributario, en la salud, en las pensiones, en el contrato laboral y en la educación, entre otros puntos.

Después de un receso de algunos minutos, mientras esperaba que llevaran la espada de Bolívar al acto de posesión, el nuevo presidente de los colombianos, Gustavo Francisco Petro Urrego, hizo algunos anuncios sobre lo que va a ser su Gobierno.
El posesionado jefe de Estado saludó al país con esta frase: “Hoy empieza la Colombia de lo posible”, al referirse a que “los colombianos y las colombianas hemos sido muchas veces en nuestra historia enviados a la condena de lo imposible, a la falta de oportunidades, a los NO rotundos”.
Petro dijo que Colombia tiene que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado.
“Cumpliremos el Acuerdo de Paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y trabajaremos de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la paz, y así será recordado”, aseguró.
El primer mandatario del país convocó a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado y a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera, pero legal, que acabe con el atraso de las regiones.
Manifestó que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, vista como una guerra, por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas.
“Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que, ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año. Que la guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados. Que la guerra contra las drogas ha llevado a los Estados a cometer crímenes y ha evaporado el horizonte de la democracia. ¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos por sobredosis en Estados Unidos cada año? O más bien, cambiamos el fracaso por un éxito que permita que Colombia y Latinoamérica puedan vivir en paz”, se preguntó Petro.
Igualdad, economía y reformas
El nuevo presidente de la República indicó que, el 10 % de la población colombiana tiene el 70 % de la riqueza, lo que es un despropósito y una amoralidad, y que no naturalizará la desigualdad y la pobreza.

Pidió no mirar para otro lado, no ser cómplices de esa desigualdad, y anunció que, con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia va a hacer una Colombia más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas.
“La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia. El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirles las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud, no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio, es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna”, recalcó.
Agregó que, no es un asunto solo de caridad, es un asunto de solidaridad humana. Y explicó que la solidaridad es lo que ha permitido que los pueblos sobrevivan y logren las máximas conquistas de la cultura y de la civilización.
“No hemos avanzado como humanidad compitiendo, lo hemos hecho
ayudándonos. Por eso estamos vivos en este planeta. Seremos iguales cuando el que más tiene al pagar sus impuestos lo haga con gusto, con orgullo, sabedor que ayudará a su prójimo niño, niña, bebé, joven, mujer, a crecer sano, a pensar, a vivir con la plenitud que da la nutrición y la educación del cerebro y del alma. La solidaridad está en el impuesto que paga el que puede pagarlo y en el gasto del Estado que va a quienes lo necesitan por su infancia, por su juventud, por su vejez”, sostuvo.
Petro precisó que, por eso ha planteado una reforma tributaria, una reforma de la salud y de las pensiones, una reforma del contrato laboral, una reforma de la educación, y que ha priorizado en el presupuesto la infraestructura de la educación, de la salud, del agua potable, de los distritos de riego y de los caminos vecinales.
“Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz”, aseguró.
Manifestó que la soberanía alimentaria es la garantía que toda sociedad debe tener para consumir sus nutrientes indispensables, y que Colombia es un país que debe y puede gozar de soberanía alimentaria para lograr el hambre cero.
“Una misión del Estado con todo el sector privado que quiera unirse debe garantizar la plena alimentación sana de toda la sociedad colombiana y lograr excedentes de exportación. En la tierra en donde el ser humano descubrió el maíz debemos producir de nuevo maíz. El Estado tendrá que brindar riegos, créditos, técnicas, semillas mejoradas, protección; el campesinado y la empresa privada pueden brindar el trabajo y el empeño cotidiano para lograr que nuestros campos vuelvan a producir los alimentos que necesita nuestro pueblo.
Volveremos a construir distritos de riego con el Ejército y casas campesinas y caminos vecinales con los soldados de la patria”, manifestó.
Dijo que los helicópteros, los aviones y las fragatas no solo sirven para bombardear o disparar, sino que también sirven para crear la primera infraestructura de la salud preventiva del pueblo colombiano.
“Solo si producimos seremos ricos y prósperos como sociedad. La riqueza está en el trabajo y el trabajo es cada vez más de la inteligencia. Por eso, a partir de hoy todos los bienes en extinción de dominio de la SAE (Sociedad de Activos Especiales) pasarán a ser la base de una nueva economía productiva administrada por las organizaciones campesinas, por las cooperativas urbanas de jóvenes productivos, y por las asociaciones populares femeninas”, indicó.
Las mujeres, la igualdad de género y el cambio climático
“No podemos seguir permitiendo que las mujeres tengan menos oportunidades laborales y que ganen menos que los hombres, que tengan que dedicar el triple o cuádruple de horas a las tareas de cuidado, que estén menos representadas en nuestras instituciones. Ya es hora de combatir todas esas desigualdades y equilibrar la balanza”, afirmó el nuevo presidente de Colombia.
Dijo que el cambio climático es una realidad, y que se debe y se puede encontrar un modelo que sea sostenible económica, social y ambientalmente, porque solo habrá un futuro si se equilibran nuestras vidas y la economía de todo el mundo con la naturaleza.
“La ciencia ha anunciado la extinción posible de la especie humana en apenas uno o dos siglos por los efectos en la salud que traería la crisis climática. El virus del COVID le mostró a toda la humanidad la alerta viva y real de esta posibilidad. La ciencia no parece equivocarse, por eso desde esta Colombia le pedimos al mundo acción y no hipocresía. Nosotros estamos dispuestos a transitar a una economía sin carbón y sin petróleo, pero poco ayudamos a la humanidad con ello. No somos nosotros los que emitimos los gases efecto invernadero, son los ricos del mundo quienes lo hacen, acercando al ser humano a su extinción, pero nosotros sí tenemos la mayor esponja de absorción de estos gases después de los océanos: la selva amazónica”, explicó Petro.
Reafirmó que, uno de los pilares del equilibrio climático y de la vida en el planeta es la selva amazónica, y que no se puede permitir que se destruya esa selva para llegar al punto de no retorno en la extinción de la humanidad.
“¿Dónde está el Fondo Mundial para salvar la selva amazónica? Los discursos no la salvarán. Podemos convertir a toda la población que hoy habita la amazonia colombiana en una población cuidadora de la selva, pero necesitamos los fondos del mundo para hacerlo. Si es tan difícil conseguir esos dineros, que las tasas del carbón y los fondos del clima pactados deberían otorgar para salvar algo tan esencial, entonces le propongo a la humanidad cambiar deuda externa por gastos internos para salvar y recuperar nuestras selvas, bosques y humedales. Disminuyan la deuda externa y gastaremos el excedente en salvar la vida humana”, recalcó.
Añadió que, si el FMI (Fondo Monetario Internacional) ayuda a cambiar deuda por acción concreta contra la crisis climática, tendremos una nueva economía próspera y una nueva vida para la humanidad.