El evento de ayer en el capitolio nacional donde la Cámara de Representantes le entregó la condecoración Orden de la Democracia Simón Bolívar en el grado de Gran Cruz al representante a la Cámara Rodrigo Rojas no tiene antecedentes con un congresista boyacense, por lo menos en las últimas décadas.
Aunque otros dos boyacenses recibieron la misma condecoración hace ya unos años a su salida del Congreso no lograron la convocatoria que tuvo ayer el representante a la Cámara oriundo de Duitama. Rafael Romero, por ejemplo, fue condecorado por los ocho años de trabajo en la comisión Séptima y algo similar ocurrió cuando se despidió Héctor Helí Rojas del senado. Sin embargo, ninguno de los dos actos se adelantó en el salón elíptico y menos con el recinto prácticamente lleno como lo tuvo ayer Rodrigo Rojas.
El galardón que le impusieron sus compañeros de la Cámara de Representantes no es otra cosa que un reconocimiento a la dedicación, disciplina, gestión, pero sobre todo al trabajo que Rodrigo Rojas adelantó durante estos cuatro años y que le merecieron incluso ser catalogado como uno de los 10 mejores congresistas de la actual legislatura con seis leyes de la República de autoría propia, 13 leyes en coautoría, un total de 100 proyectos de ley presentados, 40 debates de control político.
Rojas Lara reconoció ayer que era uno de los días más felices de su vida, y no era para menos: logró prácticamente llenar el salón elíptico con algunos compañeros congresistas de la actual legislatura y electos, como Héctor David Chaparro, alcaldes, exalcaldes, diputados, exdiputados, concejales, exconcejales, funcionarios y empresarios boyacenses, en resumidas cuentas líderes que lo ven como una muy buena opción para emprender nuevos proyectos en favor del departamento.
Habrá que esperar cuál va a ser el futuro de Rodrigo Rojas, pueden venir sorpresas, pero por el momento la inercia hacia el duitamense viene en ascenso y literalmente ayer salió por la puerta grande y con honores.
