El Mono Núñez, bella y larga historia de escasos cuatro días

Todo pasó como levitan los suspiros en el fugaz espacio de la noche. Fueron cuatro cortos días donde Funmúsica propicio el recuentro de los abrazos y un momento insospechado para saldar cuentas con el corazón, hacer las paces con el alma y estrechar en el regazo al amigo, al contertulio y a los cómplices de tantos sueños.   

En la imagen los ganadores del Gran Premio Mono Núñez en la categoría vocal Spinto del Valle del Cauca, junto a los presentadores de la noche. Fotografía Archivo particular.

Por:   José Ricardo Bautista Pamplona 
Periodista, Gestor Cultural – Cantautor 

Y es que aunque así ha sido siempre, el Mono Núñez en esta ocasión había mil motivos más para celebrar la vida y manifestar, desde lo más profundo del ser, la amistad y la solidaridad por ese “…regalo que aprendimos a valorar…” como lo expresa el genial Leonardo Laverde en una de sus emblemáticas canciones o “Vivir cantando” que anota el gran Lucho Vergara en el bambuco insigne del Festival.  

Al arribo a Ginebra todos queríamos posar frente a la escultura de la bandola ubicada a inmediaciones de ingreso a la ciudad, lugar donde se registra ese primer palpito de felicidad, porque como anotaron muchos en sus redes, “se llegó a tierra santa” utilizando un adjetivo sagrado donde se refrenda respeto y admiración por el evento rector de la música andina colombiana.   

La ruta continua hasta llegar a la sede de Funmúsica, una modesta escuela adaptada para recibir con los brazos y el corazón de par en par a todos los que llegan en busca de su acreditación, los abonos, la programación o cualquier inquietud surgida de esa adrenalina que llevan consigo los participantes y la ansiedad expresada por quienes tienen compromisos en la parrilla de contenido del Festival.   

La ubicación en las casas y las fincas de Ginebra se hizo de inmediato para situar allí a las delegaciones; unas en pequeños grupos y otras como Boyacá y Caldas en grandes cifras que sobrepasan los 260 aforados. El departamento de la Libertad rompió el récord de los años anteriores.   

Vino luego la magia y como si fuera una varita que da vida a lo insospechado, el telón del Coliseo Gerardo Arellano Becerra abrió sus alas para dejarnos disfrutar de una hermosa y minimalista escenografía matizada por tenues luces de color azul, verde y rojo que sirvieron de compañía a las agrupaciones llegadas de todos los rincones de geografía nacional e internacional.  

Nuevo look lucía los atriles, las pantallas y esos retornos que antes seguramente molestaban la visibilidad de los aforados en primera fila, en esta oportunidad despejó el horizonte con unos amplificadores de sofisticada tecnología gestionados por Funmúsica ante organismos internacionales. El escenario fue impecable y el revestimiento en madera le dio, no solo una sobria presentación, sino que fue el elemento fundamental para lograr una acústica que opacó el particular rever de los coliseos, eso sí, gracias al extraordinario sonido manipulado por expertos y conocedores.   

De pie y con una gran ovación, el público de del Coliseo Gerardo Arellano Becerra, reconoció el trabajo del gran ensamble que presentó la Orquesta Sinfónica Integrada de la E.M.T con grandes invitados. Lucas Emanuel BR Boyacá Sie7e Días.
Uno de los momentos más emotivos, lo protagonizó Boyacá con un novedoso ensamble de la Escuela de Música de Tunja sus grandes invitados. Fotografía Lucas Emanuel BR.

Como de costumbre, la prensa se instaló en palco de honor y allí se hicieron las conexiones de las emisoras y las páginas web de las estaciones radiales de Pereira, Nariño, Caldas, Boyacá, Quindío y Santander con Folclor Radio, la emisora online donde se congregan varias zonas del país y Latinoamérica con Martin Parra a la cabeza. R.C.N. televisión con el presentador Juan Eduardo Jaramillo se sobró con un impecable cubrimiento que dio cuenta al mundo de lo sucedido en cada escenario de la edición 48 del Festival Mono Núñez, una alianza muy propicia adelantada por Funmúsica, como la que se hace también cada año con RTVC y sus diferentes espacios culturales.   

Por su parte, la sala de prensa de la organización, bajo la coordinación de Viviana Villalobos brilló haciendo transmisiones por Facebook Live todos los días, y qué decir de Tele Pacífico que en esta ocasión no perdió detalle de la programación y deleitó a sus audiencias en Colombia y el exterior con los sonidos e imágenes emitidas desde todos los rincones de Ginebra.   

Las audiciones privadas comenzaron y hasta allí, bajo la moderación de Martha Lucia Roldan y su esposo Raúl, llegaron las agrupaciones que al ver las atenciones y la ternura que inspira el rostro de Martica se tranquilizan para ingresar al salón donde una mesa conformada por tres jurados y un sonido que registra el momento les espera en uno de los, quizá, más tensionantes instantes para los concursantes.

El viernes el concierto de cantautores convocó a los arquitectos de versos: José Ricardo Bautista Pamplona, Lucho Vergara, Leonardo Laverde, Fernando Salazar, Armando Lenis y Carlos Alfonso Velásquez en un enternecedor concierto donde las lágrimas se ahogaron en medio de sonidos altivos protagonizados por los compositores. Allí y sin sonido, los cantautores demostraron de qué están hechos y compartieron sus creaciones con el público asistente, quienes de pie les entregaron su cariño y respetuoso aplauso.   

En la segunda noche de eliminatoria los artistas ratificaron el alto nivel competitivo que tuvo el Festival este año, especialmente en la modalidad instrumental, que puso a prueba la creatividad de los arreglistas para fundir en geniales amalgamas los trinos de los instrumentos tradicionales con los de corte clásico.  

El concierto dialogado de ganadores entregó un exquisito banquete con la presencia del Dueto del Huila Camino Real, Iskay del Tolima, el Dueto Alma del Sur de Nariño, los Hermanos Cely Triana de Tunja, quienes en esta oportunidad representaban a Cundinamarca y el Dueto Nocturnal, Gran Premio Mono Núñez 2014; al mismo tiempo en el colegio la Salle, Francisco Rivera de Santander, Katerin Muñoz y Vanessa González de Nariño, el Trío Juventud y Margarita Dueto de Boyacá con AD LIBITUM hicieron las delicias de los asistentes en la interpretación de sentidos repertorios, siendo ovacionadas de pie por los asistentes.   

La reunión de delegados y directivos de Funmúsica en una de las fincas cercanas a Ginebra. Fotografía Boyacá7dias

En la tarde del sábado el Coliseo Gerardo Arellano Becerra abrió nuevamente sus puertas para disfrutar del Concierto Nacional ofrecido por Borda y San Juan Sinfónico en sus 40 Años de vida artística, el “Grupo Bandola”, Terzetto Trío, Francisco Rivera, Katerin Muñoz y la Rondalla de Caldas. Otra emotiva tarde que se prolongó hasta la noche y solo dio tiempo de tomar aire para regresar de inmediato al recinto y seguir disfrutando de la extenuante pero bella jornada.   

El esperado domingo hizo su arribo y Laura Kalop, Claudia Ávila, María Isabel Mejía, María Olga Piñeros y Katie James enamoraron con sus cadencias a los cientos de concurrentes de la Inmaculada, en tanto que en la Salle, otro ramillete de importantes artistas se tomaron el corazón de los melómanos como el caso de Oriana Medina de Bogotá, el Dueto Luar de Tolima, Mateo Moreno de Quindío, Sebastián Herrera “Baco” de Risaralda, Itinerante Trío de Bogotá y Fernando Rojas con su Salterio y la enigmática organología no convencional con la que se hace una particular ejecución de los aires nacionales.   

La tarde del domingo trajo consigo el Gran Concierto Internacional, aperturado por un novedoso ensamble de 80 músicos entre niños, jóvenes y docentes de la Escuela de Música de Tunja, dirigida por los maestros Fredy Fonseca y Jhovani Villamil; todo el repertorio con arreglos del productor Germán Moreno Sánchez para acompañar a los Duetos: Margarita, Tierra Viva y Nocturnal, al trio Terzetto Vocal y al cantautor José Ricardo. Un emocionante concierto que tocó hasta las fibras más profundas del alma, haciendo poner de pie al público del coliseo para ratificar que con la interpretación de los aires por parte de los niños, se tiene ya asegurada larga vida para el folclor colombiano.   

El Concierto Internacional culminó con la imponente presencia de Mariana Sinaí Echeverría intérprete de la Trova Yucateca de México y las “Mujeres de caña dulce” con la genial Saavedra de Colombia, Maricarmen Pérez de México y Carmen Prieto de Chile. Las 3 finalizaron en un inolvidable instante al que se unió al unísono el coro del Gerardo Arellano.   

Mientras todo esto ocurría en el “Templo de la música” y en los escenarios alternos, las expresiones autóctonas asesoradas por los expertos Luis Carlos Ochoa, Paloma Muñoz y Mauricio Lozano Riveros, refrendaron con voces, aires e instrumentos el motivo y la razón de nuestros repertorios, por ser ellos los precursores de esos raizales amarrados a la entraña de donde nacen los frutos que dan prolongada existencia al pentagrama.   

Descendencia Campesina de Boyacá, Vientos de mi Pueblo del Valle, Son de mi Tierra de Caldas, la Chirimía Guasayaco del Cauca, la Fundación Parranderos de Oriente y Sol Nacer, fueron los encargados de protagonizar conmovedores intervalos con la interpretación de los aires vernáculos amasados en las veredas campesinas de la cordillera andina colombiana.   

A reventar estuvo el Coliseo Gerardo Arellano Becerra, la noche de la gran final. Fotografía Archivo particular.

La Fundación Canto por la Vida sumó sus esfuerzos a los de Funmúsica y desarrolló una hermosa programación que hizo parte de la parrilla general del Encuentro y allí, tanto en la tarima alterna como en el auditorio de la emblemática casona, se presentaron grandes figuras como John Jairo Torres de la Pava quien hizo el lanzamiento de dos de sus acertadas investigaciones y Martha Elena Hoyos en la celebración de los 30 años de vida artística. 

Cantoría Infantil, la Orquesta de Cuerdas Típicas de Canto por la Vida, el Quinteto Canto Iris, la Orquesta Infantil de Cuerdas, el Trío Inherente de Univalle  y Buga, los Grupos de Cámara de Canto por la Vida, el lanzamiento de la producción de Bambuqueando con Sai Conde, los Violines de Bellas Artes, Canto Rodado, la Orquesta Municipal de Cuerdas de Ginebra, la Rondalla Ginebrina, el Cielo del Guacahayo y el Río Magdalena, Pentandra  de Cali, Cantalito y la Estudiantina Instituto Popular de Cultura, entre otros, fueron los encargados de dar vida a este escenario ubicado en una de las calles de Ginebra.   

Funmúsica realizó el Festival de la Plaza por todo lo alto, ubicado estratégicamente en pleno corazón del poblado, coordinado por Clara Eugenia Collazos y Juan Carlos Muñoz y donde, en esta oportunidad, la distancia de la tarima fue muy propicia y permitió, tanto la presencia como la movilidad de miles de personas congregadas allí para regocijarse con la música que llevaron cual encomiendas ancestrales: el Grupo de Danzas de la Corporación Cultural, los Parranderos de Oriente de Samaná, el Trío Juventud de Boyacá, Florecer Andino de Caldas, Entreverao  Ensamble de Risaralda, Fernando Rojas y El Salterio, el Ensamble de Docentes de la Escuela Departamental de Música de Caldas, Bárbara Santana y su Fusión Pacífico de Cali, María Antonia Rioja de Quilichao, el Dueto Nocturnal  de Bogotá, la Chirimía Guasayaco de Cauca, la Agrupación R5 de Boyacá, Sol Nacer de Cauca, la Banda Fiestera de Neira  Caldas, Descendencia Campesina de Boyacá, la Banda de la Base Aérea de Cali, Martha Elena Hoyos de Armenia y la carismática y talentosa  Katie James.   

También hizo parte de la programación de la Plaza: la Estudiantina Univalle de Buga, Trémolo Trío de Boyacá, la Rondalla Ginebrina, Bambú Ensamble de Huila, Mariana Sinaí Echeverría de México, Vientos de mi pueblo del Valle, Canto del Galeras de Nariño, el Grupo Bandola de Sevilla, el Dueto Nocturnal, Cantalito de Ginebra, Sol Nacer de Cauca, la Banda departamental del Valle, el Dueto Margarita de Boyacá, Cordillera Ensamble  CESI de Cali, la Estudiantina del IPC de Cali, el cantautor Eugenio Arellano Becerra, Borda y San Juan Sinfónico de Bogotá, Dayane Fagua de Boyacá y su repertorio de Julio Jaramillo, Las Alcahuetas de Boyacá, el Quinteto Canto Iris de Ginebra, la Rondalla de Caldas, la Banda Fiestera de Neira  Caldas, y Juvenilia de Cali.   

Todo esto se hizo con un propósito que desde hace años asiste a Funmúsica y es la búsqueda afanosa de ese relevo generacional que garantice a todos, el seguir disfrutando de los aires del folclor de la zona andina colombiana, labor en la que están empeñados también los delegados regionales quienes hacen todos los esfuerzos necesarios para trasladar a numerosas delegaciones y ponerlas en el escenario del Encuentro Infantil Mateo Ibarra, coordinado por la lutier y gestora Natalia Bastidas, a donde este año llegaron los párvulos con un mensaje de paz atravesado en su corazón y la ternura enredada en sus dulces gargantas.  

Canto Rodao del Valle, Valentina Galvis Londoño de Caldas, Sara Rodríguez del Valle, Kamila  Isabela Tobar Rosero de Putumayo, el Trio Andante Sonoro de Canto por la vida del Valle, María Alejandra Peña de Boyacá, Gerónimo Hincapié de Antioquia, José Miguel Martínez de Quindío, Melissa Murillo del Valle, Mayra Sofía Henao de Risaralda, la Orquesta Sueños del Colegio Colombo Francés de Cauca, Gabriel Peñaranda Pedraza de Bogotá, Gabriela Salazar de Boyacá, la Fundación Cristian Combita Monroy de Boyacá.   

Las tertulias siguen siendo esos emotivos instantes para el recuentro con los amigos y los «Ángeles» protectores que custodian la faena. Fotografía Archivo particular

Asimismo el Dueto Encantados de Cundinamarca, Francisco Daniel Muñoz de Cauca, Valeria Valencia Alcalde de Caldas, Bibiana Isabela Pardo de Boyacá, Etianne Julieta Leal Morales de Boyacá, la Fundación Colombia Somos Música de Boyacá, la Orquesta Sinfónica Integrada dela de Tunja, Alana y Santana Toro de Risaralda, Semillas de Paz de Quindío, la Agrupación Artística Infantil Francisco Benavides de Santander, Melissa Murillo y Mayra Sofía Henao fueron los emblemas de la esperanza que llegaron a Ginebra para entonar los aires del país.  

No podía faltar la Santa Misa Criolla entonada esta vez por la Cantoría Infantil de Canto por la Vida, donde al son de bambucos y rajaleñas se elevaron las oraciones al Dios de la cultura para pedir por la paz y la reconciliación de los pueblos.   

Siempre hace parte del Festival Mono Núñez el componente académico, por cuando allí no solo se disfruta de la música en su más alto nivel, sino de las disertaciones hechas por estudiosos y expertos que en el 2022 permitió importantes momentos para escuchar a Julián Salcedo y la investigación de la “Vida y obra de Gentil Montaña”, “Vida y obra de Arnulfo Briceño y Muestra Musical de la Familia Briceño”, Paloma Muñoz presentó “Pedagogías Musicales en los Saberes culturales”, el Foro sobre entidades de gestión colectiva fue ofrecido por Sayco y Acinpro, en tanto que Saavedra nos habló de cómo se monetiza el talento.   

Los resultados del concurso, analizados juiciosamente por Jesica Jaramillo, Juan Pablo Hernández Gómez y Carlos Alfonso Velásquez García, dieron como ganadores de la jornada, en cuanto a las codiciadas bandolas esculpidas e inmortalizadas por el artista Cesar Correa y los premios especiales se refiere a Mateo Moreno Vargas de Quindío con el premio “Pacho Benavidez ”, Mejor Bandolista premio “Diego Estrada Montoya” para Boyacá y la intérprete del Convite Benigno Núñez de la Escuela de Música de Tunja, Sofía Fonseca Ortiz. 

Mejor requintista premio “Jorge Ariza” para Andrés Felipe Cely de Tunja quien iba representando a Cundinamarca, Mejor guitarrista con Fredy Fabian Ortiz de Huila, Mejor Tiplista acompañante para la pequeña Juliana Fonseca Ortiz del Convite Benigno Núñez de la Escuela de Música de Tunja, Mejor Solista Vocal para Ánderson Fabian España, Mejor Solista Instrumental con Mateo Moreno de Quindío, premio «Briceño y Áñez” al Mejor Dueto Vocal con Luar de Tolima, Mejor grupo instrumental para Pentandra Ensamble, mejor Grupo Vocal Spinto del Valle del Cauca y Mejor Trio Instrumental con Ciprés del Cauca.   

Las bandolas a los galardones de Obra Inédita fueron este año para Germán Darío Pérez y su creación «Simple» en instrumental y al bambuco compartido de Fernando Salazar y Armando Lenis «Alma de mi patria» en la modalidad vocal.

De este cuadro de ganadores y los nominados de la noche salieron los dos Gran Premio Mono Núñez otorgados por parte del jurado calificador a Spinto del Valle del Cauca, en la modalidad vocal y al Trio Ciprés del Cauca, en la modalidad instrumental.   

Los homenajes que hizo Funmúsica a grandes juglares marcaron instantes memorables y al escenario pasaron a recibir el cariño del público los que aún y para fortuna del folclor nos acompañan, como el caso de los maestros Héctor Ochoa Cárdenas y el Negro Parra, en tanto que la familia del maestro Gentil Montaña subió a la escena para recibir la ovación y la esposa e hijos del recordado Arnulfo Briceño, sorprendieron al auditorio y a los cibernautas en el mundo con una impecable ejecución a capella de la obra “Ay mi llanura” con la que arrancaron lágrimas a los asistentes.   

Desde el jueves en la primera eliminatoria, el sitio web de Funmúsica y las demás plataformas de transmisión registraron miles de visitantes provenientes de más de 25 países como: Colombia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Federación Rusa, Argentina, Vietnam, Jamaica, Tailandia, India, China, Holanda, Alemania, Canadá, Francia, Turquía, Australia, Venezuela, Japón, Italia, Perú, Nueva Zelandia, Brasil, España, Ucrania, Bulgaria, Chile y Uruguay y se dice que más de 100.000 audiencias disfrutaron este año del retorno al Festival más importante de la zona andina colombiana entre público presente y cibernautas.   

Aunque el hecho de ver a tantos niños y jóvenes interpretando los aires del país fue la nota predominante del Festival, como el caso de la emoción que causó el Convite Benigno Núñez de la Escuela de Música de Tunja y muchos otros menores integrantes de agrupaciones, se pudiera decir sin titubeos que lo que marcó la agenda del 2022, fue la alegría, la emoción y el cariño que deambulaban por las calles de Ginebra donde se repetía en cada instante ¡ESTAMOS VIVOS! y más cuando en las noches del Coliseo María Isabel Saavedra y Juan Consuegra, como presentadores del certamen, pidieron un minuto de aplausos para quienes desaparecieron en medio de la cruel e inédita pandemia que sin piedad se llevó a muchos de los nuestros.  

Los integrantes e intérpretes del Cuarteto de Saxofones AMV, Anyela Julieth Vivas Leyton, David López Sanabria, Camino Real, Trémolo Trío, Entreverao Ensamble, Diana Sofía Riascos, Álvaro Fabián Zapata, Florecer Andino, Presto Ensamble, Lina María Ibarra, Vanessa González, Ciprés Trío, Bambú Ensamble, Laura Sofía Díaz y Mateo Moreno, así como Sebastián Herrera, Pentandra Ensamble, Canto del Galeras, el Convite Instrumental José Benigno Núñez, Dueto Luar, Giovanni Rodríguez, Anderson España, Trío Cely Triana, Dueto Alma del Sur, Iskay, ¾ de mi Tierra, Spinto y los compositores Víctor Hugo Reina, Armando Lenis, Fernando Salazar, María Mónica Mondragón, Julián Andrés Olarte Mondragón, Giovanni Rodríguez, Germán Darío Pérez, Sofía Pérez Manrique, Carlos Andrés Marcillo, jamás olvidaran el haber hecho parte de la nómina de artistas y aspirantes a la Gran bandola en la histórica edición 48 del Festival Mono Núñez. 

Jorge Humberto Escobar Sinisterra y Bernardo Mejía Tascón acompañados por los miembros de la junta directiva, María Teresa Peñaranda, Luis Fernando Borda, María Mercedes Otoya entre otros, la dinámica Claudia Conde, Luz Dary Ballesteros, Angie Johana Conde, Duleyma Lenis, los creativos, Daniel Eleuterio Gómez, María Andrea Cruz, Luis del Cristo Llanos, Claudia Viviana Zamora, Kike Toledo, Eliceo Mendoza y los coordinadores de las diferentes áreas y comités se anotaron un hit por la organización que como todos los eventos de esta magnitud, requieren de un mayúsculo esfuerzo porque allí se pone a prueba la gestión, la resiliencia, el aplomo y la experiencia de los quijotes del país para sortear las avalanchas que llegan en medio de un estrés insospechado de sorpresivos acontecimientos. 

Merecen una exaltación muy importante los delegados regionales por su titánica labor: Alberto Borda y Álvaro San Juan de Bogotá y Cundinamarca, José Ricardo Bautista Pamplona de Boyacá, Luz Helena Castaño de Caldas, José Iván Hurtado de Caquetá, María Ruth Arboleda de Huila, María Eugenia Gavilanes de Nariño y Putumayo, Margarita Leonor Camacho de Norte de Santander, Luz Estella Orozco de Quindío, Cesar Augusto Mejía de Risaralda, la Fundación Armonía con Roberto y Luis Carlos Villamizar de Santander, Ricardo López de Tolima y Silvio Ortega Pabón del Valle del Cauca. Mención especial para Maricarmen Pérez delegada de Funmúsica en México y gran parte de Latinoamérica. 

Los patrocinadores nacionales y los de cada región exaltados en la revista de lujo del certamen y en las pantallas gigantes del Festival deben sentirse muy satisfechos, por haber hecho la mejor inversión en este evento, porque con ello no solo se sumaron a la encomiable tarea de reconstrucción del tejido social, la valoración y permanencia del folclor y la promoción de los nóveles talentos, sino que siguen contribuyendo de manera cierta a la transformación de vidas a través de la música, el arte y la cultura.  

Así fue a grandes rasgos este retorno a la presencialidad del Mono Núñez, y digo a grandes rasgos porque en estas cuartillas no fue posible anotar con el detalle que merece cada nombre de tantos protagonistas y colaboradores y menos los momentos vividos en aquel rinconcito del Valle del Cauca convertido en vientre y cuna de los más bellos recuerdos que hoy atesora el alma en la memoria del corazón.   

! Gracias Ginebra, Gracias Funmúsica !…

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