Pareciera que por unos días vamos a descansar o por lo menos a relajar nuestra mente… fueron seis meses de presiones y exhaustivos momentos de tensión, que no se compadecen para que aparezcan unos personajes que estos “vientos de cambio” los lleve a dedicarse a sus profesiones y no ha seguir haciendo daño, con sus maquiavélicas actuaciones, con trincheras desde los erarios regionales.
Todos se reclaman los triunfos, las estrategias y hasta las gerencias de bodegas, pero los que están en silencio deberán en su momento pronunciarse y dejar de asumir a escondidas sus aspiraciones, con o sin avales de los que se atacaron, para robarse una votación que no les pertenece, sino que es la expresión de sectores -que nada tiene que ver sus biches ínfulas de gamonales- de un departamento y que se llevan por entre sus “cachos” hasta la cultura y necesidades que no dan espera, pues ya será a partir del 7 de agosto que se conozcan las soluciones y prioridades.
Ya hay elegida, con más de 11 millones de votos, una fórmula que deberá cumplirle a estos y otros 11 -o para ser exactos a 50 millones- que somos los que producimos, aportamos y generamos acciones de progreso, defendemos las instituciones y hasta recibimos los ataques -unos contra otros- pero que es así como las naciones se fortalecen, dinamizan y crecen. No es con bajezas o mentiras que las próximas campañas van a triunfar. Es con verdades, de verdad, y para todos, YA.
Decepción al celebrar una retahíla o discurso en el que imponen condiciones a otros poderes, tratar de interpretar o acomodar lo que se quiso decir -porque nada esta claro-, sino lo que quedo escrito, para que sepamos a qué atenernos y más en Boyacá que vuelve a perder, ante las instancias nacionales, pues no se ve por dónde es que se le llegará a los ministerios, institutos o entidades que deben recibir los proyectos, voces de las comunidades y recibir os recursos para inversiones y obras.
Ya el centralismo deberá contar con las periferias, con las fronteras, con los mares y con las trochas que llevan y traen productos del día a día y que son el sustento básico de generaciones, insumos para educarnos, ingredientes para superarnos y trascender y así lleguen a crear ministerio de la “igualdad”, esa la necesitamos es en todos los niveles y con lenguajes y políticas incluyentes que con el concurso de los ya existentes, sin impartir perdones, sino motivando a dejar el abstencionismo, participar de los procesos ciudadanos e integrase con soluciones y no problemas.
“Desarrollar el capitalismo” debe incluir el cumplimiento de las trasferencias a municipios, potenciar ser pensionados como derecho ganado con la edad y trabajos, acceso a garantizar servicios públicos y los de salud, respetar los espacios para las “diferencias”, y como dice Egan Bernal “demostrarnos que estábamos equivocados”, y es con aciertos para “vivir sabroso” y con buenas intenciones, sin demagogia o medidas populistas que pueden llevar a ser el búmeran, de un ejercicio de gobernar.
Que la vida y el amor se vean, sientan y estimulen con cambios reclamados en todos los niveles, empezando por nuestras manoseadas alcaldías, sus concejos, las asambleas e ir definiendo el futuro de la reducción del congreso… no podemos continuar con epicentros de corrupción, malquerencias, divisiones o señalamientos.
Desde los medios de comunicación autorreflexión y no activismos, “incomodando a las cabezas de los poderes” con profundidad en investigaciones, esos serán parte de volver a retomar la credibilidad en la sociedad. Esto no se hace de la noche a la mañana, ni solos.
Vamos dando pasos firmes, veeduría y confrontando promesas con medidas. Ya no dependemos de ocho aspiraciones, movimientos o alianzas, o dos finalistas, es de un equipo de responsables con el país.
* Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago