El 97° presidente de Colombia

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El 97° presidente de Colombia 1

En diversas democracias consolidadas, como la norteamericana, el número de primeros mandatarios está claramente determinado, por tanto, los POTUS, acrónimo en inglés de President of the United States, son 46; sin embargo, el día anterior se eligió en Colombia el Presidente # 97.

Se preguntarán la razón de ese número y, desde cuando se cuentan. Primero tuvimos, desde 1564 presidentes de la Real Audiencia, comenzando por Andrés Díaz Venero de Leyva, luego, desde 1717 el Primer Virreinato, con los Virreyes.

Con la Constitución de Cádiz de 1812, el título de virrey cambió por el de Jefe Político Superior; vendría en 1724 la Segunda Presidencia y, desde 1739 el Segundo Virreinato; después Presidentes de las Repúblicas de la <<Patria Boba>> como la denominó Nariño y, desde 1819, Presidentes de la República, comenzando por Simón Bolívar.

A través de un famoso verso, se recuerda a los virreyes neogranadinos:

«Eslava, Pizarro,

Solís, De La Cerda,

Guirior a quien Flórez

muy bien reemplazó.

Y Góngora, ilustre,

con Gil y Ezpeleta.

Después Mendinueta

y Amar y Borbón».

Sin embargo, falta allí, entre Flórez y Góngora, don Juan de Torrezal Díaz Pimienta, que se posesionó el 30 de marzo de 1782 y murió el 7 de julio. También don Antonio de la Pedrosa y Guerrero y don Jorge Villalonga, que protagonizaron un primero y efímero virreinato entre 1718 y 1723. Finalmente, después de la huida de Amar y Borbón y gracias a la reconquista, hubo tres virreyes más: Benito Pérez, Francisco de Montalvo y Juan Sámano.

De los virreyes de la Nueva Granada, tenemos alguna noticia de sus dignidades, por ejemplo, Manuel Flórez Maldonado y Martínez fue Comendador de Lopera en la Orden de Calatrava; Manuel de Guirior y Portal, Marqués de Guirior, fue Caballero de la Orden de San Juan; Pedro Mesía de la Zerda, Marqués de la Vega de Armijo, fue Caballero Gran Cruz de Justicia de la Orden de San Juan y Bailío de las Nueve Villas de Campos; José Solís Folch de Cardona, Comendador de Ademus y Castelfavi en la Real Orden de Montesa; José Alfonso Pizarro, Marqués del Villar fue Caballero de la Orden de San Juan y, el Arzobispo-Virrey Antonio Caballero y Góngora, Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos IIIº.

En el grupo de Presidentes de la Independencia, hubo doce, muchos de ellos sacrificados a manos de Pablo Morillo, salvo José Miguel Pey, que también sería Presidente con posterioridad a 1819, año desde el cual se cuenta al Libertador como primer presidente.

Cabe advertir que Bolívar, quien no había reconocido a su descendencia extramatrimonial, no contaba con herederos forzosos, aunque, “hombre de carne y hueso”, como lo definiera Antonio Cacua Prada (Cfr. Textos en: CACUA PARADA, Antonio. Los hijos secretos de Bolívar. Plaza y Janés Editores, quinta edición, Bogotá, D.C., 2000.), pues no era “ni infecundo, ni estéril”, tuvo cerca de una docena de hijos, entre ellos con Teresa Lisney tuvo a Flora Tristán (quien fuera madre del pintor Paul Gaugin y estaba casada con Mariano Tristán, un coronel del ejército español de sesenta años, quien era estéril ); con Lucía León al sacerdote Secundino Jácome; con Margarita Camacho de Benalcázar, de Piedecuesta, Santander, tuvo un hijo y, sus nietos, Antonio y Manuel Camacho, reconocieron la descendencia de Bolívar en una carta fechada en Quito, el 11 de mayo de 1828 y que enviaron a don Rafael María de Guzmán; con Ana Rosa Mantilla tuvo a Miguel Simón Camacho; con la boliviana María Costas tuvo en Potosí a José Antonio Costas; con Juana Eduarda de la Cruz tuvo al niño Socorro Bolívar; con una campesina de Trujillo, Perú, tuvo a Inés Berbesí; con otra campesina tuvo una niña en Túquerres, Nariño; de mujer desconocida, también nacería en Mulaló, Valle, su hija María Josefa Cuero; con una “atractiva moza”, engendró luego de la batalla de Bomboná a su hijo Ángel Bolaños; y, en Otavalo, con Trinidad Zambrano procreó a Dolores Casimira Zambrano.

Se suman a estos hijos del Padre de la Patria, Engracia Salinas, hija de Jerónima Salinas; Rudecindo Caycedo y Mosquera, hijo de Pancha de Mosquera; otro niño cuya madre fue Paula Vallejo Guerrero; de una muchacha de apellido Jarrín tuvo otro hijo en Ecuador; de Joaquina Garaycoa tuvo un hijo con problemas de retardo infantil; con una morena de apellido Orlaca, tuvo a Manuel Ortega; con otra joven apodada “la libertadora” tuvo en Cuenca a Juan Antonio Fernández; con otra campesina de Ecuador engendró a un niño llamado Rodas Ayacaba; en Quito nació su hija María; en Guayaquil engendró con María Magdalena Arrieta y Chatar a José Manuel Perú Arrieta, quien nació en Pisco y, en Samborondón nació tal vez su última hija, llamada Simona.

Los demás Presidentes, es decir, los otros 96 hasta el elegido ayer, lo fueron por períodos que pasaron de cuatro años, dos años, seis años y, algunos días o meses con la denominada figura del “Designado a la Presidencia de la República”.

Igualmente, según datos del genealogista Julio César García Vásquez, todos los presidentes han tenido algún grado de parentesco entre sí. Los ha habido padres e hijos, como los Ospina, los Pastrana y los López; sobrino como Mariano Ospina de Pedro Nel Ospina; hermanos, como los Mosquera; yerno y suegro como Herrán y Mosquera; cuñados como Reyes y Angulo; etc.

El caso es que arrancan otros cuatro años de alianzas políticas y familiares.

* Hernán Alejandro Olano García

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