El exprecandidato presidencial Carlos Amaya le respondió a Boyacá Sie7e Días algunos de los interrogantes frente a las afirmaciones, posturas y hasta promesas hechas por el precandidato presidencial Gustavo Petro en torno al tema de la minería del carbón, primero por la comparación que hizo en uno de sus discursos de campaña y más recientemente en su visita a este departamento.
¿Le sacó la piedra Petro hace unos días cuando comparó la cocaína con el carbón, ese del que viven miles de boyacenses?
Por supuesto. Es que decir que más de 50.000 familias colombianas que viven directamente de la producción de carbón son comparables con el narcotráfico es ofensivo y descabellado. Los mineros merecen todo el respeto.
¿Qué tan importante es la minería para el departamento de Boyacá?
Puede que muchos no lo sepan, incluido el candidato Petro, pero solo en Boyacá, la minería de carbón aporta casi el 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) departamental y casi 30 municipios basan su economía en la explotación de este mineral.
¡Desde luego que los habitantes de esos municipios no son comparables con los traficantes de cocaína!
Por supuesto que no. El senador Petro, en lugar de aparentar que le interesan y hacerles promesas incumplibles como comprarles el carbón para almacenarlo, les debe una sincera disculpa a los mineros de Boyacá y de Colombia. Y al país le debe seriedad y estudiar el tema. No se puede ser tan irrespetuoso con tantas familias y con este sector productivo.
¿Pero luego usted no era ambientalista? ¿Y ahora defendiendo la minería?
Yo soy un defensor de la vida. Esa no es solo una premisa política, sino una causa de mi propia existencia. Y por eso soy ambientalista y tengo muy claro que es obligatorio que en Colombia hagamos una transición energética.
¿Eso es lo que dice Petro, que se necesita hacer una transición energética no?
Claro que se necesita una transición; sin embargo, porque conozco el tema a fondo es que siempre hablo desde la responsabilidad de lo que se puede hacer y en los tiempos en los que es realmente posible de realizar. Decir que se va a acabar con la minería en el corto plazo es una irresponsabilidad tremenda que, de realizarse, causará problemas irreparables hacia el futuro y a miles de familias que viven de su explotación.
¿Qué opina de la promesa que hizo Petro en Boyacá de que como presidente va a comprar todo el carbón para almacenarlo?
Es una tremenda irresponsabilidad. Le voy a decir una sola cosa: una eventual compra por parte del Estado podría ascender anualmente cinco veces el presupuesto anual del departamento de Boyacá, o sea más de 5 billones de pesos. ¿De dónde va salir ese presupuesto? ¿Qué gasto del Estado va a recortar simplemente para tener guardadas millones de toneladas de carbón sin usarlas? ¿En dónde las almacenaría? ¿A qué precio?
¿Y qué haría el Gobierno con ese carbón?
Es que la propuesta o mejor la promesa es absurda. Si nosotros dejamos el carbón guardado, el mundo lo comprará a otros países y no estaremos contribuyendo en nada a la disminución de emisiones y sí estaremos empobreciendo a nuestra gente en departamentos como Boyacá y Cundinamarca.
¿Cuánto dejaría de recibir Boyacá si se acabara en el corto plazo la minería de carbón?
No es fácil calcular por la fluctuación de precios, sobre todo si tenemos en cuenta el panorama convulsionado en el mundo entero, el precio del dólar, la demanda internacional… Algunos expertos calculan que las reservas de carbón coquizable y térmico de Boyacá ascienden aproximadamente a 500 millones de toneladas, lo que equivale a miles y miles y miles de millones de pesos para los próximos años para el departamento.
¡Y frente a la generación de energía!
Un solo ejemplo: el 30 % de la energía en Colombia es generada por termoeléctricas, especialmente en la Costa Caribe y La Guajira. ¿Qué pasará con estas regiones que no tienen la posibilidad e hidroeléctricas o de energías alternativas inmediatas si se deja de utilizar carbón en el corto plazo? Repito, la transición energética debe ser una realidad, pero no debe hacerse con promesas irrealizables. Debe ser aterrizada.
¡Pero ya otros países han implementado esa transición de manera forzosa!
Así es y mire lo que pasa en Alemania y otros países que incluso están replanteando dejar el carbón. Algunos trataron de acelerar la transición y, debido a la guerra en Ucrania, están frenando la eliminación, que tenían planeada para 2030. Hoy en día no podemos pensar en depender de otro país o pensar que las energías alternativas van a reemplazar las tradicionales en el corto plazo.
¿Usted cree que en un futuro próximo se podrá dejar de usar carbón?
Sin duda. La ciencia está trabajando en ello. Pero hoy, por ejemplo, el carbón coquizable es necesario para la fundición de acero y en el corto plazo no se ve cómo dejar de usarlo. Nosotros como boyacenses no tenemos la culpa de que esta región sea rica en este mineral, así que esta característica se debe manejar de manera muy responsable como una oportunidad, más que como un problema.
¿Dejar de extraer este mineral, no encarecería además otros productos?
Efectivamente. A propósito, Juan, un gran amigo, me contaba con mucha tristeza que le tocó parar la casa que estaba construyendo con mucho esfuerzo. Le tocó dejar sin terminar el segundo piso. Dejó la plancha tirada porque resulta que está incomprable el acero y el cemento también está costosísimo. Y claro, el carbón es fundamental tanto para la industria del acero como para la del cemento. ¿Cómo vamos a seguir construyendo casas y proyectos de infraestructura si todos los implementos que necesitemos los vamos a traer de otro país? ¿Cuántos Juan va a haber en Boyacá y en el país que no puedan construir su casa?
¿Es decir que el precio del acero podría subir aún más con una política equivocada en el tema minero?
Eso es inevitable en la actualidad mundial, es que no es tan fácil como borrar de un plumazo un renglón de la producción y la economía. Si se deja de producir carbón coquizable, si Acerías Paz del Río empieza a comprar carbón en otras partes del mundo o si el acero todo tiene que venir de afuera, pues va a subir de precio y va a dejar a miles de familias desempleadas. El tema es mucho más complejo que salir a decir frases que algunos sectores quieren escuchar. Acá lo responsable es decirle a la gente lo que debe saber: para Boyacá, Cundinamarca y las regiones productoras de carbón, las propuestas de Petro son absolutamente equivocadas, desproporcionadas y demagogas.
A Rodolfo Hernández lo critican por ser demasiado directo y decir las cosas con demasiada franqueza, pero yo creo que en este caso es mejor tener a alguien que sea responsable y que diga las cosas que la gente debe saber y no lo que algunos sectores quieren escuchar.