De fiesta sin tapabocas

¿No aprendimos la lección? Esa podría ser la incógnita analizando las reacciones frente a la medida irresponsable y populista, entre otras cosas, de parte del presidente Iván Duque de levantar a partir del 1 de mayo la obligatoriedad de usar el tapabocas en sitios cerrados, para los municipios que ya hayan logrado superar el 70 por ciento de la vacunación y el 40 por ciento del refuerzo.

De esta manera se quita el tapabocas en cualquier sitio público en exteriores o interiores, excepto en los servicios de salud, hogares geriátricos, transporte y espacios dentro de las instituciones educativas.

De igual forma, se derogará la estrategia Prass (Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible), y se eliminará la solicitud de carné a quienes ingresen a eventos presenciales de carácter público o privado que impliquen asistencia masiva, así como bares, restaurantes, cines, discotecas y conciertos, entre otros.

No se acabó de conocer la decisión, cuando ya muchos resultaron haciendo fiesta por el anuncio del mandatario, como si usar el tapabocas fuera el peor castigo al que los hubieran podido condenar. Un reconocido medio de comunicación nacional tituló: ‘Por fin: Gobierno quita el uso del tapabocas…’.

Los expertos coinciden en que el uso del tapabocas es crucial si se tienen síntomas respiratorios, pero ya con el anuncio del señor presidente ¡qué carajos!, echemos no solo el tapabocas, sino todas las medidas sanitarias a la basura, como si la pandemia ya hubiera terminado; no importan las secreciones respiratorias, salivas y sudor que puedan causar enfermedad.

Todo a pesar de que expertos epidemiólogos aseguran que la medida del tapabocas debería mantenerse, incluso superada la pandemia, como parte de la autoprotección, pues el riesgo biológico se mantendrá, es decir, seguiremos expuestos a agentes biológicos que se encuentran en el ambiente.

También coinciden especialistas en que en los espacios cerrados o en los que haya aglomeraciones, debería seguirse usando el tapabocas, teniendo en cuenta que el virus se propaga por el aire e ingresa al sistema respiratorio a través de la mucosa nasal.

Ojalá esos que están tan felices de echar el tapabocas a la basura y que fijo no perdieron a nadie en la pandemia, ni supieron lo que es enfrentar la gravedad del virus, siquiera acaten las recomendaciones de expertos y por lo menos cuando presenten síntomas respiratorios (malestar general, secreción nasal, fiebre, dolor de cabeza, tos, etc.), usen el tapabocas.

Por si acaso, ya hay países en los que después de celebrar y echar las mascarillas a la basura, han tenido que volver no solo a su uso permanente, sino a aislamiento forzoso y obligatorio, para frenar los contagios masivos después de relajar por completo las medidas, dizque para tener contentos a los inconformes. ¡El presidente levantó la obligatoriedad de usar el tapabocas, pero no lo puede obligar a que no lo use, usted verá qué hace!

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