Y el Creador permita que así sea y se compruebe para que no sigamos en manos de mensajes virulentos, acaba todo, y es asumiendo responsabilidades individuales y de grupos por aquellos que pidieron más presencia y competencias en las altas decisiones pero que creyeron que eso era una rumba de fin de semana, y se quedaron con el pecado por no cumplir a cabalidad, y ahora nos escandalizamos por estar en riesgo nuestra fuerte democracia. Esto también es de todos y, para nuestra seguridad moral y transparencia institucional, de ser necesario, el reconteo general YA.
Esto no es de levantar el dedo inquisidor para generar titulares, de buscar trincheras o de agazaparse en el estrés que todos llevamos para decirnos las verdades y reconocer que hay que hacer muchos, cambios, erradicar mañas y hasta adoptar tecnologías para garantizarnos que el sagrado voto cuente en los momentos de escoger, decidir y hasta entregarles el país y su futuro.
Comprometernos a exigir, cumplir y lograr transparencia en los procesos electorales, de todos los tiempos, es una consigna que nos debe poner en primera línea, no con sacrilegios soterrados o directos, bien libreteados y con protagonistas de cartel. Acá no es el bien o mal para un solo movimiento o personaje, que no vuelva a suceder, que paguen los responsables y que asumamos que un tal fraude no existe, como se pregona, sino que las fallas humanas, técnicas, veladas, acomodadas, pagadas y hasta ideologizadas son parte de una nación que debe enrutarse y es YA.
Para usted y el vecino, para yo o el paisano, para ustedes y todos nos indigna el lenguaje que se utiliza por parte de los “opcionados a dirigirnos” y es que da vergüenza que se tengan que sacar sus trapos al sol -incluso rayando en la vida íntima y personal- para ganar aplausos, tal cual voto, o ubicación en las agendas mediáticas, que tenemos una culpa inmensa por no haber asumido la tarea de realizar pedagogía en nuestros espacios, sino dedicarnos a los debates, foros, publirreportajes o entrevistas y dejar de lado el compromiso social, ético, de cumplirle a la sociedad que nos ha delegado tamaña tarea para que con nuestra información cada uno en su fuero decida, vote, escoja.
Esos términos desobligantes nos sonrojan, dan rabia y polarizan, desde sus mensajes de bocas enfermizas y violentas, pero demuestran que sus aduladores los venden como de mentes abiertas, que de seguro lo serán, pero no para arrastrar masas, comunidades, votantes, sino instigados por miedos, odios, revanchas y hasta pasando cuentas de cobro de un no sé qué, pero “si así lo hace Vicente…” Y también de los que salen a pacificar y son jefes de grupos, sectas y conglomerados…
Vamos a encarrilarnos por el buen camino, por dejar de sentirnos malos en todo, de ser los que cual aves de mal agüero caen en las desgracias y hasta anuncias desabastecimientos, en vez de ponernos a la tarea de generar alternativas, gestionar espacios y oportunidades, de generar noticias infundadas, acomodadas, a punta de rumores y para que nos den espacios y hasta ser influenciadores sin contexto. Apostemos por lo nuestro, por lo de la tierrita, con o sin ruana.
Dejemos las descalificaciones por que sí, por sospechas, por hablar de los recuperados de las salas de quemados, por hacer eco a los que son de buenas, bendecidos, salidos de los cubiletes y luego tener que ultrajarlos, aborrecerles y hasta indignarnos por haberles a acompañado. Así no es.
Como en todo quejémonos, es parte sagrada de la democracia, pero busquemos y demos soluciones. No nos acabemos entre nosotros, al fin y al cabo, somos garantes de nuestras actuaciones, en todo.
*Recordar que hace 29 años se conmemora el día del agua, son bodas del precioso granate, para pensar en temas para esta tierra bendecida por el Creador que con unos sorbos nos darán fuerza para recomponer las cargas, hidratarnos y es dando pasos firmes, hacia próximos exigentes retos.