La resistencia a los antimicrobianos incrementa la mortalidad y morbilidad de los pacientes. Existe evidencia que infecciones por bacterias con múltiples resistencias a los fármacos empeoran el pronóstico de vida de los pacientes.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, ONU, “si bien se ha logrado un progreso sustancial en el aumento del acceso al agua potable y al saneamiento, miles de millones de personas, en su mayoría en áreas rurales, aún carecen de estos servicios básicos. En todo el mundo, uno de cada tres personas no tiene acceso a agua potable segura, dos de cada cinco personas no tienen instalaciones básicas para lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún practican la defecación al aire libre”.
Un déficit del 40 por ciento en los recursos de agua dulce para 2030, junto con una población mundial en aumento, según las estimaciones actuales, hace que el mundo se dirija hacia una crisis global del agua. Reconociendo el creciente desafío, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, lanzó hace unos años la “Década Internacional (2018-2028) para la Acción – Agua para el Desarrollo Sostenible” con el objetivo de movilizar acciones que ayuden a transformar la manera en que gestionamos el agua y a ayudar a poner un mayor enfoque de este recurso durante diez años.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante señalar que “la falta de agua limpia y saneamiento, y la prevención y control inadecuados de las infecciones fomentan la propagación de microbios, algunos de los cuales pueden ser resistentes a los tratamientos con antimicrobianos” así lo asegura, la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Para el doctor Carlos Pérez, médico especialista en infectología, jefe de la unidad de infectología de la Clínica de Marly y jefe de la unidad de infectología del Hospital Universitario La Samaritana, “la calidad del agua es fundamental para evitar enfermedades infecciosas, el agua contaminada por desechos orgánicos puede traer bacterias patógenas en los seres humanos. Como es sabido, las bacterias son seres en permanente evolución y se ha documentado con el tiempo la disminución de la susceptibilidad a los antibióticos actuales”.
“La OMS ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos (RAM), es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad”, por tal razón, es urgente implementar medidas de acción entre los diferentes sectores para poder lograr los objetivos de Desarrollo Sostenibles a nivel mundial, advierte María Fernanda Velasco, directora Médica de Pfizer Colombia.
“En Colombia y en el mundo el problema de resistencia bacteriana es un problema de salud pública, que, aunque aún no es cuantificable, en la práctica médica es cada vez más frecuente. La aparición de la resistencia bacteriana es multifactorial, desde el uso inapropiado de antibióticos, medidas higiénicas inadecuadas, falta de educación en la comunidad y prescripción sin control de las terapias antibióticas, son algunos de los factores que contribuyen a esta problemática ambiental”, indica el doctor Carlos Pérez.
La pandemia por COVID-19 ha demostrado la importancia crítica del saneamiento, la higiene y el acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener enfermedades. La ONU, determina que, uno de cada cuatro establecimientos de salud en el mundo carece de servicios básicos de agua, miles de millones de personas aún carecen de saneamiento de agua potable y la financiación es inadecuada.
El especialista en infectología, menciona que, “se ha documentado ampliamente en la literatura que durante la pandemia se usó gran cantidad de terapia antibiótica ante la situación crítica de los pacientes; además, el uso inadecuado de terapias antibióticas orales que al inicio de la pandemia se les atribuyó efecto anti-covid contribuyeron a incrementar el problema. El uso de terapias inmunosupresoras en pacientes críticamente enfermos fue condicionante de la aparición de hongos y bacterias multi-drogo resistentes”.
Pese a lo anterior, el doctor Pérez, agrega que, son varias las estrategias que pueden ayudar a mitigar el problema de la RAM, inicialmente, una educación a la comunidad médica y no médica acerca de esta problemática global. De igual forma, disminuir el uso de los antimicrobianos usados sin prescripción, hacer controles gubernamentales y políticas de uso adecuado de antimicrobianos en el ambiente hospitalario y comunitario.
A estas acciones, se debe sumar, “el agua potable, que permite disminuir la incidencia de infecciones gastrointestinales y, por ende, disminuir la aparición de bacterias resistentes; asimismo, el adecuado y correcto lavado de manos antes y después de preparar los alimentos y servicios sanitarios, si estas prácticas se llevan a cabo como una rutina diaria, disminuirán las infecciones y el uso de los antibióticos”.
Afortunadamente, en los últimos años se ha implementado una mayor concientización sobre la importancia de controlar y hacer un uso adecuado de los antibióticos. A ello se suman, los objetivos de la agenda 2030 de la ONU sobre el desarrollo sostenible, donde se incluye la mejora de la calidad del agua. Pese a esto, todavía es necesaria una mayor sensibilización, no sólo sobre el uso de los antibióticos, sino también sobre cómo se tratan al ser eliminados, para evitar contaminar un bien necesario como lo es el agua.
*Por: Carlos Pérez, médico especialista en infectología