A propósito del día del periodista, ¿en qué consiste la libre expresión? – David Sáenz #ColumnistaInvitado

El tiempo (cronos) y su organización es una invención humana. Los seres humanos hemos logrado clasificar el tiempo en milenios, siglos, semanas, días, horas, minutos y segundos… Esa tipificación del cronos ha tenido distintos fines, algunos relacionados con las estaciones, con la siembra y la cosecha; otros con la organización del trabajo y del ocio, así como con los rituales y con la memoria.

 La memoria tiene una ligación especial con el recuerdo, por tanto, recurrimos a los calendarios para rememorar el legado de un ancestro, el impacto de una coyuntura, la magnitud de una festividad, etc. Agustín de Hipona decía, “el espíritu es la memoria”, es decir, eternizamos el pasado cuando lo traemos al presente. 

Precisamente por ello el día 9 de febrero se recuerda en Colombia el día del periodista. Sin embargo, para que no se quede solamente en una felicitación insulsa y carente de sentido, se hace necesario pensar en qué consiste el trabajo del periodista en tiempos de pos verdad, de influencers, de redes sociales y de libertad de expresión. 

Para pensar en ello, recurrimos a Emilio Lledó, quien habla de la libertad de expresión, pilar fundamental del periodismo. Lledó nos dice que la libertad de expresión no consiste en decir lo que se nos ocurra, al contrario, dado que es un derecho conquistado, por el que ha habido muertos y sigue habiéndolos, se hace más que necesario pensar lo que decimos. En otras palabras, expresarse libremente implica un proceso de la vida del espíritu: pensar. 

El verbo pensar proviene del latín, pensāre, o sea, ‘pesar’, ‘calcular’. En vista de ello, antes de comunicar algo primero se necesita rumiar, deliberar, contrastar, ponderar, digerir y estudiar. Tal vez algunas preguntas orientadoras le puedan ayudar al periodista a lograr este cometido: ¿qué tanto peso tiene el argumento?, ¿cuáles son las fuentes que lo sustentan?, ¿qué se pretende visibilizar?, ¿cuál es la postura?, ¿qué implicaciones políticas plantea lo comunicado?

 El escritor inglés, George Orwell, en su ensayo Why I write, se articula con lo postulado por Emilio Lledó al dar razón a priori de su libertad de expresión y en efecto, por qué era periodista. En el texto dice que se escribe por tres razones (podríamos decir que se ejerce el periodismo por los mismos fines): 

Por política, dicho de otro modo, el periodismo es transformativo.Por vanidad, esto es que, lo pensado para ser comunicado es relevante y se hace necesario expresarlo.Por estética, a saber, que tiene que ver con la sensibilidad. 

Orwell se planteó estas razones. Por consiguiente, en esta semana que se recuerda el oficio del periodista, vital para la democracia, se hace necesario que quien practica este oficio escriba su propio ensayo del por qué ejerce el periodismo. Todo lo anterior ha surgido de una reflexión, fruto de una experiencia propia de hace un par de días. Recientemente tuve que pasar una noche en una sala de espera de urgencias de un hospital. El televisor se encontraba encendido. El aparato sintonizaba un canal nacional. Se transmitía un programa sobre los campamentos de la “primera línea” en Bogotá. Hacía mucho que no veía televisión, sin embargo, le presté atención a las preguntas de los periodistas a los entrevistados y del contenido que trabajaron. 

En las preguntas no se mostraba lo expuesto por Lledó, al contrario, había prejuicios clasistas, vacíos académicos en la definición del concepto político, primera línea. También había una apuesta por exacerbar el odio a quienes participaron de las protestas del año 2021 en el país. Tampoco se evidenciaba un tratamiento claro de fuentes, no estaban contrastadas ni confirmadas. En otras palabras, las horas del programa se utilizaron con fines propagandísticos. Por un momento me sentí viviendo en una distopía orwelliana. 

Tal situación me llevó a pensar que, el periodismo colombiano necesita renovarse, preguntarse de nuevo por su vocación de incentivar el pensamiento crítico, de su compromiso con la democracia y con la construcción de la verdad. También hay que recordar que el derecho a la libre expresión conlleva una gran responsabilidad, aquella que nos plantea Emilio Lledó: “expresarse libremente no consiste en decir lo que se nos ocurra, consiste en pensar lo que tenemos el derecho a decir”.

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