La contaminación por plásticos en el océano se cuadruplicará al 2050

Una nueva revisión de más de 2.590 estudios, comisionada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), proporciona el análisis más completo hasta la fecha del alarmante impacto y la escala de la contaminación plástica en las especies y ecosistemas oceánicos.

El 88 % de las especies marinas estudiadas se vieron afectadas negativamente por el plástico. Foto: archivo particular

Una nueva revisión de más de 2.590 estudios, comisionado por WWF, proporciona el análisis más completo hasta la fecha del alarmante impacto y la escala de la contaminación plástica en las especies y ecosistemas oceánicos.

La revisión revela que es probable que el crecimiento proyectado de la contaminación por plásticos conlleve a que muchas áreas sufran riesgos ecológicos significativos que perjudiquen los esfuerzos actuales para proteger y aumentar la biodiversidad si no se toman medidas ahora para reducir la producción y el uso mundial de plástico.

La revisión advierte que, para fines de siglo, áreas marinas de más de dos veces y medio el tamaño de Groenlandia podrían exceder los umbrales ecológicamente peligrosos de concentración de microplásticos, ya que la cantidad de microplásticos marinos podría aumentar 50 veces para entonces.

Esto se basa en las proyecciones de que se espera que la producción de plástico se duplique con creces para el 2040, lo que provocará que los desechos plásticos en el océano se cuadrupliquen para el 2050.

Comisionado por WWF y realizado por el Alfred Wegener Institute Helmholtz Centre for Polar and Marine Research, el informe ‘Impactos de la contaminación por plásticos en los océanos, sobre las especies marinas, la biodiversidad y los ecosistemas’ señala que las concentraciones de microplásticos por encima de un nivel umbral de 1,21 x 105 por metro cúbico se han estimado en varias regiones de todo el mundo. Este umbral, por encima del cual es probable que se produzcan riesgos ecológicos significativos, ya se ha alcanzado en ciertos puntos críticos de contaminación como el Mediterráneo, el este de China y el mar amarillo y el hielo marino del Ártico.

En el peor de los casos, exceder los umbrales ecológicamente peligrosos de contaminación por microplásticos podría provocar efectos adversos en las especies y los ecosistemas, incluida la reducción de las poblaciones. “Toda la evidencia sugiere que la contaminación por plásticos del océano es irreversible. Una vez distribuidos en el océano, los desechos plásticos son casi imposibles de recuperar. Se degrada constantemente y, por lo tanto, la concentración de micro y nanoplásticos continuará aumentando durante décadas», indica Heike Vesper, director del Programa Marino de WWF Alemania.

Agrega que, atacar las causas de la contaminación por plásticos es mucho más efectivo que limpiar después, y que si los gobiernos, la industria y la sociedad actúan unánimemente ahora, todavía pueden detener la crisis del plástico. Dada la omnipresencia de la contaminación plástica, es probable que casi todas las especies se hayan encontrado con plástico. Los impactos negativos de la contaminación plástica ya son detectables en la mayoría de los grupos de especies, mientras que la productividad de varios de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, como los arrecifes de coral y los manglares, están bajo un riesgo significativo.

Donde otras amenazas como la sobrepesca, el calentamiento global, la eutroficación o el transporte marítimo se superponen con los puntos críticos de contaminación por plásticos, los impactos negativos se amplifican. Para las especies ya amenazadas, algunas de las cuales viven en estos puntos críticos, como las focas monje o los cachalotes en el Mediterráneo, la contaminación por plásticos es un factor de estrés adicional que empuja a estas poblaciones hacia la extinción.

“La investigación actúa como una linterna con la que lanzamos rayos de luz a la oscuridad de los océanos. Solo una fracción de los efectos se han registrado e investigado, pero los efectos documentados causados por el plástico son preocupantes y deben entenderse como una señal de advertencia para una escala mucho mayor, especialmente con el crecimiento actual y proyectado en la producción de plástico», señaló la Dra. Melanie Bergmann, bióloga marina del Alfred Wegener Institute Helmholtz Centre for Polar and Marine Research.

La naturaleza duradera del plástico también significa que la absorción de microplásticos y nanoplásticos en la cadena alimentaria marina solo continuará acumulándose y alcanzando niveles peligrosos, si no reducimos nuestra producción y uso de plástico ahora. Esta amenaza generalizada y creciente para la vida oceánica solo puede abordarse con una solución global y sistémica eficiente, que los países pueden establecer mediante la adopción de un tratado global en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 5.2, que se llevará a cabo del 28 de febrero al 2 de marzo.

La presión sobre la comunidad internacional para la creación de un tratado jurídicamente vinculante va en aumento. Más de 2 millones de personas en todo el mundo han firmado la petición de WWF, mientras que más de 100 empresas globales, más de 700 organizaciones de la sociedad civil y 156 países, que conforman más de 3/4 de los estados miembros de la ONU, también han respaldado los llamados para un tratado. “Sin lugar a duda, la contaminación plástica sin control se convertirá en un factor que contribuirá a la sexta extinción masiva en curso, lo que conducirá al colapso generalizado de los ecosistemas y a la transgresión de los límites planetarios seguros.

Sabemos cómo detener la contaminación por plásticos y sabemos que el costo de la inacción se produce a expensas de nuestros ecosistemas oceánicos: no hay excusa para retrasar un tratado global sobre la contaminación por plásticos. La salida de nuestra crisis del plástico es que los países acuerden un tratado vinculante a nivel mundial que aborde todas las etapas del ciclo de vida del plástico y que nos ponga en el camino para poner fin a la contaminación marina por plásticos para 2030”, dijo Ghislaine Llewellyn, Líder Adjunta de Océanos, WWF.

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