El año pasado marcó el inicio de una reñida competencia por la conquista de los vuelos comerciales hacia el espacio exterior, liderada por algunos de los hombres más ricos del mundo: Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson. Contiene detalles sobre las misiones espaciales de SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic.
Con información de la Agencia EFE
La carrera espacial ya no es exclusiva de las agencias gubernamentales, ni siquiera de los astronautas que han recibido riguroso entrenamiento.
Hombres y mujeres apenas preparados para la microgravedad ya se subieron a naves que inauguraron el negocio del turismo galáctico.
El año pasado Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson iniciaron el despliegue del turismo espacial. Analistas estiman que esta actividad en ciernes podría convertirse en una industria de 3.000 millones de dólares en los próximos diez años.
Eso sí: los primeros vuelos tuvieron mucho de marketinero, las tripulaciones incluyeron a pasajeros que apelaron más a la inspiración que a las billeteras abultadas, y también volaron dueños de las empresas, decididos a ser parte de una locura que procuran racionalizar.
Si bien el turismo espacial viene rumeándose hace años (se habló, incluso, de la construcción de hoteles más allá de nuestra órbita), Virgin Galactic de Branson tuvo el honor de dar el puntapié inicial.
En julio del 2021 el empresario de origen británico paso unos minutos en el espacio a bordo de la VSS Unity, una nave fabricada por su compañía.
El multimillonario voló junto a dos pilotos y tres pasajeros, alcanzando una altitud de 86 kilómetros.
A pocos días del hito conseguido por Branson, Jeff Bezos concretó su propia aventura espacial.
Junto a su hermano y a un ecléctico grupo viajó en la nave New Shepard hasta cruzar los límites de la Tierra.
El viaje se extendió durante 11 minutos, superando por poco los 100 kilómetros de altitud. Allí, el fundador de Amazon y sus compañeros experimentaron la ingravidez.
“Se sentía tan sereno, en paz”, dijo el empresario al regresar.
El vuelo de Blue Origin conquistó algunos récords. Por caso concretó, la llegada al espacio de la mujer más longeva (Wally Funk, una mujer de 82 años que décadas atrás se entrenó en la NASA pero no formó parte de ninguna misión), y el del astronauta más joven de la historia (Oliver Daemen, de 18 años, hijo de un empresario neerlandés que se sumó a la aventura a última hora).
El vuelo de Elon Musk llegó más tarde el año pasado: a mediados de septiembre.
No obstante, fue el más ambicioso: mientras Branson supero los 80 kilómetros de altitud y Bezos los 100, la nave de SpaceX se ubicó a 575 kilómetros de distancia de la superficie terrestre.
Esa cifra es incluso superior a la ubicación de la Estación Espacial Internacional, que está a unos 400 kilómetros.