Con restricciones se desarrolló el sepelio del joven que fue linchado en Coper

Con varias restricciones, además de la pandemia, por temor a que se pudiera presentar alguna alteración del orden público y con vigilancia de Policía y Ejército, se desarrollaron las honras fúnebres de Edwin Avendaño, el joven de 28 años que fue linchado por una multitud, según dicen, tras protagonizar una riña con otro joven de esa localidad.

En medio de lo que se denomina, una ‘calma chicha’, se desarrollaron las honras fúnebres de Edwin Avendaño, en Coper. Foto: Archivo Particular

“No se permitió una concentración amplia ni en la iglesia, ni en el cementerio, para evitar situaciones no solo de contagio de la COVID-19, sino de alteración del orden público, pues en el municipio a pesar del silencio hay un fuerte dolor por lo ocurrido”, dijo Carlos Fajardo, el Personero de Coper.

Fue un acto muy triste y de llamado a la reflexión, así se reflejó en el sermón del sacerdote quien lo calificó como un hecho bochornoso pues se trató de un episodio repudiable de parte y parte, originado entre dos jóvenes de esta localidad que dejó a uno en un hospital y a otro en el cementerio, tras ser asesinado por sus mismos paisanos.

“Y es que, aunque muchos en el municipio quieran hacer creer que no pasó nada, la verdad es que se trató de un hecho gravísimo, que se debe investigar por parte de las autoridades, pues independientemente de lo ocurrido, se terminó haciendo justicia por parte de un grupo de personas”, dijo uno de los concejales de este municipio, quien pidió la reserva de su nombre.

Del templo parroquial el féretro fue llevado en compañía de su familia, amigos y algunos de los residentes en el municipio, al cementerio que está a las afueras del pueblo, donde fue sepultado en medio del dolor de sus cuatro hijos y demás integrantes de la familia de este joven que trabajaba en Bogotá como comerciante informal, y viajaba periódicamente a Coper, aunque realmente era oriundo de Muzo.

Según el dictamen conocido por el Personero, Edwin Avendaño, falleció por un trauma craneoencefálico y por la cantidad de hematomas ocasionados por los golpes recibidos, sin presentar heridas de arma de fuego o cortopunzante, como se alcanzó a decir.

Los golpes según afirmaron en ese mismo municipio, ubicado en la provincia de Occidente, a un poco más de cuatro horas de la capital boyacense, le fueron propinados por un nutrido grupo de personas luego de que la madrugada de Año Nuevo, el joven en medio de una riña disparara una pistola en contra de otro joven muy querido en esa localidad y echara algunos tiros al aire. Solo hasta transcurridas horas después, se supo que el arma era de fogueo.

En total se registraron cinco heridos, incluido el joven que, supuestamente le cobró 300 mil pesos a Avendaño en el hecho que terminó dando origen a una verdadera batalla campal en pleno parque principal, donde se encontraba la camioneta del hoy fallecido y donde quedó su cuerpo sin vida tras la brutal golpiza. Los otros cuatro heridos, entre los que al parecer estaban dos de los hijos de Avendaño que estaban entre el carro, ya fueron dados de alta.

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