Manuel Ricardo Mesa Trujillo
Este abogado sogamoseño, de 39 años de edad, se convirtió en otra de las víctimas del COVID-19. Después de permanecer algunos días en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica El Laguito de Sogamoso, su estado de salud iba mejorando, por lo que incluso fue extubado.
Sin embargo, tuvo una recaída y fue trasladado a la Clínica María Josefa Canelones de Tunja, donde falleció en la mañana del primero de mayo.
Le sobreviven su esposa, la jefe de enfermería Carmen Luz Martínez Barraza, gerente de la ESE Salud Nobsa, y su pequeña hija. Había crecido en el barrio San Antonio de Sogamoso. Era muy aficionado al fútbol, deporte que practicaba con frecuencia y, además, patrocinaba a equipos en torneos locales. Estudió Derecho y Ciencias Sociales en la Uptc de Tunja y tenía especializaciones en Derecho Administrativo y en Gerencia y Desarrollo Comunitario en Salud.
Se desempeñaba como asesor jurídico de la Subdirección de Red Terciaria y Férrea del Invías.
Doña Balvina Niño de Parra
Falleció en el municipio de Sutamarchán, donde adelantaba su recuperación luego de quebrantos de salud que le aquejaban desde hace varios meses.
Doña Balvina, como era conocida, dedicó la mayoría de sus 78 años de vida al cuidado de su familia, a labores del campo, como la ganadería y la agricultura, oficios estos que alternaba con la elaboración de los quesos más ricos del valle de Samacá, como muchos reconocían.
Además de sus dolencias, dicen sus familiares que nunca pudo superar la partida de su esposo, Ángel María Parra Larrota, un importante líder del municipio de Samacá, quien murió por COVID el 20 de diciembre del 2020.
Era la mamá de María Ema, María Lía, Miryam, Claudia, Ángela y Sandra Parra Niño, quien es la jefe de prensa de Corpoboyacá.
El periodista Pedro Esaú Mendieta
Había nacido en Tinjacá hacía 61 años, estudió su bachillerato en ese municipio y luego se empezó a inclinar por el periodismo, motivación que lo llevó a estudiar comunicación social y periodismo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá, donde obtuvo su título en 1997. Era padre de dos hijas: Emma y Camila.
Comenzó haciendo un programa en Radio Súper, que se llamaba ‘El campo’ y luego hizo parte del equipo de ‘Cómo amaneció Boyacá’, de Caracol Radio.
Sus temas preferidos eran los hidrocarburos y el sector minero energético. Creó el periódico El Diario con Jorge Arturo Moreno, gerente de la Caja Popular Cooperativa, hace 25 años. Un cáncer de estómago, bastante agresivo, lo afectó en los últimos meses y no soportó las quimioterapias.
Martha Mercedes Mejía Archila
Nacida en Paz de Río, pero sogamoseña de corazón, esta economista resistió hasta que pudo las afectaciones provocadas por el COVID-19.
En abril pasado ingresó a la Clínica de Especialistas de Sogamoso para realizarse un procedimiento quirúrgico, el cual generó complicaciones, por lo que tuvo que permanecer en observación durante varias semanas. Durante su recuperación empezó a presentar síntomas, que dieron positivo para coronavirus, lo cual desencadenó en que se complicara su estado de salud, al punto de tener que ser trasladada a la unidad de cuidados intensivos, donde estuvo los últimos 12 días de su existencia.
Le había dedicado gran parte de su vida al CTI en Sogamoso, donde trabajó incansablemente para esclarecer muchos hechos delictivos.
Enith Sierra Ospina
Era la menor de tres hermanos y madre de dos hijos, Juan David y Camilo, quienes hoy extrañan su presencia, pero la recuerdan como la alegría de la casa, una mujer responsable, humilde, carismática y la que velaba por el bienestar no solo de sus hijos, sino de sus padres: la señora Carmenza Ospina y Milcíades Sierra.
Egresada del Colegio de Boyacá, terminó sus estudios como técnico de análisis de cuentas medicas; inició su vida laboral en Saludcoop y luego en el Hospital San Rafael de Tunja, donde trabajo los últimos años; como decía ella, era su segundo hogar.
El primero de mayo, Sandra manifestó malestar y dio positivo para COVID-19. Con el paso de los días los síntomas eran más fuertes y su estado de salud se iba deteriorando hasta el punto de ser internada y llevada a una unidad de cuidados intensivos, donde luego de ocho días falleció.
Lina Tatiana Arcila Torres
Una de las muertes más sentidas en lo corrido de la pandemia en Sogamoso y Socha ha sido la de Lina Tatiana Arcila Torres, una joven de apenas 26 años de edad, quien, pese a su juventud, no pudo superar el COVID-19, dejando huérfana a su pequeña María Paz, de 6 añitos.
Estudió la mayoría de su bachillerato en el colegio Gustavo Jiménez de Sogamoso, pero su último grado lo cursó en el Pedro José Sarmiento, de Socha. Era administradora de empresas y desde hace un año y medio se desempeñaba como asistente de la Dirección Administrativa y del Talento Humano de la Cámara de Comercio de Sogamoso.
Luego de presentar varios síntomas, tuvo que ser llevada el 28 de abril de urgencia a la Clínica de Especialistas de Sogamoso, pero su organismo no respondió al tratamiento, su salud empeoró y tuvo que ser ingresada a la unidad de cuidados intensivos donde fue intubada. Allí permaneció desde el día 3 de mayo hasta su fallecimiento.
La profesora Cecilia Valbuena de Cocunubo
Desde el municipio de Güicán había llegado hace 42 años a Garagoa, siendo una joven licenciada en preescolar, con su esposo Marcelino Cocunubo y sus dos hijos, Ana y John Fredy.
La profesora Cecilia había dado positivo para coronavirus sin presentar algún síntoma de gravedad, pero su estado de salud empeoró y tuvo que ser remitida de urgencias a la Clínica María Josefa Canelones de Tunja, donde debido a un paro cardiorrespiratorio falleció.
Muchos fueron los mensajes de cariño y condolencia por el inesperado fallecimiento de la profesora Cecilia, entre ellos el del alcalde de Garagoa, Fabio Arévalo, quién expresó: “su gran calidad humana y entrega a la educación de los garagoenses son un gran ejemplo para todos y dejan un gran vacío en su familia y en cada una de las personas con las que se relacionó como docente y habitante ejemplar de nuestro municipio”.
El médico Iván Guillermo Gómez Aranguren
Otro profesional de la salud que entregó su vida en medio de esta pandemia con las ‘botas puestas’ y dedicado a atender a sus pacientes. El COVID-19 acabó con un hombre que se había consagrado a ayudar a los demás y que se destacó no solo como médico, sino como un gran ser humano.
“Gracias Dr. Gómez. Mientras siguen lloviendo lágrimas del cielo, aparece Nazareth, ciudad donde Jesús pasó su vida oculta, y con ella aparece el nombre de nuestro gran amigo y filántropo Dr. Iván Gómez A., quien ha partido dejando un gran vacío en todos nosotros y sobre todo en aquel otro Nazareth, el barrio pobre de
Nobsa cuya comunidad nunca olvidará su protección, pues muchos de sus días de descanso los dedicó a gentes de escasos recursos”, escribió el pintor sogamoseño radicado en España Efraín Pérez Ballesteros.
Agregó que queda una inmensa gratitud de todos aquellos que tuvieron el honor de conocerlo. “En mi caso, mi familia y yo jamás olvidaremos que si nuestra madre Ana Julia Ballesteros llegó a centenaria fue gracias a sus atenciones médicas, mezcladas con el respeto y cariño que él sabía prodigar a los mayores. Dios lo acoja, y goce de un descanso merecido”, dijo el maestro Efraín.