Unas ocho personas han muerto por las lluvias y la crecida de algunos ríos que tienen en alerta a siete de las nueve regiones de Bolivia, 1.667 familias han resultado damnificadas y unas 1.050 hectáreas de cultivos han quedado afectadas.
Siete de los nueve departamentos de Bolivia han declarado «alerta naranja» por las lluvias y la crecida de los ríos, mientras que al menos 18 municipios de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija han sufrido daños, informó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
El viceministro estuvo a la cabeza de un operativo de rescate de tres trabajadores en Santa Cruz que primero fueron rodeados por la crecida repentina del río Piraí y luego arrastrados por la corriente varios kilómetros y finalmente rescatados.
«Son tres personas de sexo masculino, mayores de edad, son trabajadores de una empresa que hace extracción de áridos en la zona», señaló.
Calvimontes también informó sobre el rescate de otras cinco personas que «estaban haciendo turismo» del otro lado del mismo río en el que hay abundante vegetación y que quedaron atrapados hasta que finalmente lograron ser evacuados con helicópteros, igual que en el caso anterior.
«En todo el departamento nos encontramos en emergencia, estamos en alerta roja», manifestó por su parte el coordinador del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi) de la Gobernación Cruceña, José Antonio Rivero.
Según Searpi, algunos puntos del río Piraí, que pasa cerca de Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia, el caudal «registró una crecida extraordinaria de hasta cinco metros de altura».
Por esa razón se ha desarrollado una coordinación con los municipios afectados y se han hecho «trabajos preventivos y dando las alertas antes de que el turbión les llegué», explicó Rivero.
Defensa Civil identificó las regiones del trópico de Cochabamba y el norte de Santa Cruz como las más propensas a sufrir inundaciones.
En tanto que en ciudades como La Paz, las lluvias han producido desbordes de cuencas urbanas y el riesgo de que se produzcan deslizamientos o el colapso de algunas viviendas construidas en zonas de riesgo sobre los cerros.
A partir de noviembre inicia en Bolivia la época de lluvias tanto en zonas altas como la cordillera y el altiplano como en las bajas, lo que hace que el caudal de los ríos crezca progresivamente y se presenten emergencias por el desborde de sus cauces en varias regiones. EFE