[Galería] – Así fueron los dos conciertos de Vicente Fernández en Boyacá

En dos oportunidades el Charro de Huentitán se presentó en tierras boyacenses: la primera fue en la llamada Ciudad Cívica en el año 2001, cuando tenía 61 años de vida, y la segunda en la capital boyacense en el 2012.

El ídolo mexicano interpretó varias de sus canciones con una ruana tejida en el municipio de Nobsa, la tierra del entonces gobernador, Juan Carlos Granados, la cual le fue obsequiada en medio del show. Foto: Archivo/Boyacá Sie7e Días.

El viernes 30 de noviembre de 2001, fue la primera vez que Vicente Fernández cantó en Boyacá. Aquella vez, lo hizo en el Estadio de Duitama, gracias a la gestión de Fanny Mickey y Ricardo Leiva, pero en un espectáculo que no tuvo el respaldo que esta estrella lograba en cada una de sus presentaciones en el mundo entero.

“Fue poca gente porque llovió, porque al parecer se equivocaron de sitio y porque además las entradas estuvieron muy costosas. La boleta más barata costaba 30.000 pesos, pero lo más complicado es que había dificultad hasta para conseguirlas”, dijo Armando Reyes, un líder ciudadano y fotógrafo de Duitama, a propósito del recordado concierto que es uno de los muy pocos eventos que se ha perdido en los últimos 30 años y de los que no tiene una sola foto, entre los miles de imágenes que tiene en su archivo captadas por su cámara.

Sin embargo, otros los factores que terminaron ahuyentando a los fanáticos de don Vicente esa noche y que aún se recuerdan en voz baja fueron por ejemplo dos rumores: el primero de que era imposible que trajeran a Vicente a Duitama (ya se había anunciado para el 27 de mayo del 2000 en un intento fallido de un empresario de apellido Barleta), y el segundo: que iban a estar varios de los cabecillas de las Farc y del ELN en el concierto y que incluso podría haber un enfrentamiento con la fuerza pública, pues por aquellos días se vivía una complicada situación de orden público en varios municipios del departamento. A todo esto, se sumó la grave situación económica que se vivía por la época.

Según recuerdan en Duitama, fueron unos carroceros de apellido Galindo, los que arriesgaron prácticamente su patrimonio para cumplir el sueño de tener al ídolo de la música ranchera en esa ciudad en un concierto en el que cantó por cerca de dos horas y que había sido abierto por la entonces figura dominicana de la balada, Ángela Carrasco.

Vicente Fernández llegó a Boyacá hace 20 años en un vuelo chárter al aeropuerto de Paipa y desde allí fue llevado en una camioneta blindada y custodiado por varios motorizados y patrullas de la Policía; incluso se ubicó Ejército del batallón Silva Plazas en la vía. Terminado el concierto, el famoso cantante salió directo a Bogotá en una custodiada caravana que incluyó a efectivos que fueron enviados desde Bogotá a Duitama.

La historia de su segunda visita a Boyacá se daría 11 años después, en una gira que se tituló Tour ‘La Despedida’ en la que además de Tunja, también estuvieron Valledupar, Medellín, Bucaramanga y Bogotá.

En el concierto en Tunja la noche del 31 de agosto de 2012, hasta lloró en un espectáculo sin precedentes en el que cantó durante dos horas y 48 minutos sin descansar.

“Curiosamente recuerdo que en esa oportunidad se hizo coincidencialmente en el marco del Festival Internacional de la Cultura y fue traído por un empresario privado de nombre Harrison González, en una gira por cinco ciudades de Colombia en algo que se llamó ‘La Despedida’. Pues a este empresario, el cantante Silvestre Dangond le debía una presentación y le dijo que tenía agenda para pagársela ese fin de semana”, aseguró Bernardo Umbarila, secretario de Planeación del gobierno de Juan Carlos Granados.

Y continúa su relato el entonces funcionario, quien fue el enlace del gobierno departamental para el inolvidable espectáculo: “Pues el empresario me consultó si me parecía y yo no tuve objeción. Ese día el telonero que estaba programado era la agrupación Ansiedad, que hizo su presentación normal y Silvestre terminó subiendo al escenario a las 8:20 de la noche, pero la logística de Vicente Fernández era muy estricta y a las 9:00 tenía que estar totalmente lista la tarima para el show del artista mexicano y por eso el vallenato apenas alcanzó a cantar como tres o cuatro canciones y lo bajaron, porque el horario era muy estricto para el artista”.

El ídolo mexicano había llegado desde las 10:00 de la mañana al Hotel Hunza y allí descansó y compartió con diferentes autoridades locales y regionales, al igual que artistas, entre otras figuras del departamento, y desde luego con varios de sus fans que no solo habían llegado de diferentes municipios de Boyacá, sino desde varias regiones del país.

A las 9:00 de la noche salió Vicente Fernández y desde que subió al escenario, una y otra vez repitió su conocida frase de “Mientras mi público no deje de aplaudir, su Chente no deja de cantar”.

Y así lo cumplió. Cantó varios de sus éxitos, se puso la ruana boyacense, lloró, presentó a su hijo Vicente a quien le heredó sus letras y público que por cerca de 50 años había construido y hasta probó el aguardiente Líder, el aguardiente boyacense.

El show del ídolo ranchero en Tunja la noche de aquel viernes fue tan completo, que incluso tocó el piano y dirigió a los 14 integrantes de su mariachi Azteca de México.

El frío no fue impedimento para que don Vicente se despidiera de los más de 25.000 espectadores que llegaron al estadio La Independencia y que no pararon de corear sus canciones, de aplaudirlo y ovacionarlo.

De esta manera, se recordará aquel viernes 31 de agosto como la última vez en la que el charro mexicano, que falleció este 12 de diciembre, visitó a Boyacá como parte de su tour, con el que le dijo adiós a Colombia hace nueve años y para nunca más volver, volver, volver.

 

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