El 17 de diciembre de 1830, en San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, en medio de persecuciones y amenazas, después de haber dejado la capital del país, rodeado de pocos amigos y con una camisa prestada por un español, parte a la eternidad, el hombre más grande de todos los siglos, de nuestra civilización: el Libertador y Padre de la Patria, el general Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco conocido como Simón Bolívar.

Hoy, 191 años después, conmemoramos ese triste acontecimiento, conscientes del compromiso que nos asiste, en mi caso como Custodio del Fuego Sagrado de la Libertad y Apóstol del Autentico Ideario Bolivariano, reflexionando sobre cómo termina la existencia, un hombre que solo pensó y soñó en ponernos en el escenario mundial como una potencia.
Un hombre que derrochó su vida y sus riquezas para dejarnos el legado más importante: La Libertad. Un hombre que se despojó de toda pretensión de poder absoluto o de regionalismo impropio, para crear un sistema de gobierno, en democracia, y ponernos a la par de civilizaciones de tradición milenaria:
“Mejor sistema de Gobierno produce:
Mejor seguridad social,
Mejor estabilidad política
Y mayor suma de felicidad posible”
Simón Bolívar
Nos corresponde rendir tributo de veneración, frente a la magnífica escultura pedestre del Cantón Militar de Tunja, esta ciudad que se convirtió en epicentro de todas las Gestas que propiciaron la libertad de las 6 Republicas: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá.
Esta Tunja, declarada por Bolívar: Ciudad Heroica y Taller de la Libertad, precisamente por haber coordinado las estrategias y logísticas de sus procesos libertarios. Esta Tunja que se engalanó el 6 de agosto para recibir al Ejército Libertador, en su entrada triunfal, luego de la más cruenta batalla de Pantano de Vargas.
Esta Tunja que se sobrepuso a la sumisión al imperio español y que demostró una vez más, desde la masacre en el Paredón de Los Mártires, que tenemos valor y sangre caciques Muiscas y de Héroes Libertadores.
La Primera Brigada y el Batallón Bolívar tradicionalmente presiden la ceremonia con una ofrenda floral que expresa de la mejor manera la admiración y respeto por el Comandante General del Ejercito Libertador, hoy nuestro Glorioso Ejército de Colombia.
Bolívar no ha Muerto. Él vive el eterno sueño de Libertad, Justicia y Gloria.
*Por: Eduardo Malagón Bravo
Patriota Boyacensista