El gerente del Instituto de Fomento y Desarrollo de Boyacá (Ideboy), Gabriel Alejandro Álvarez Sierra, cuenta cómo avanza el proyecto para comercializar el paquete accionario que tiene el departamento en la siderúrgica Paz del Río. También explica por qué renunció a la entidad, cómo entrega el Instituto y cuáles son sus proyectos a corto plazo.
¿Cómo avanza el proyecto de la venta de las acciones que tiene el departamento de Boyacá en Acerías Paz del Río?
Ese es otro proyecto que nosotros dejamos avanzado. Nosotros radicamos el proyecto de ordenanza en la Asamblea departamental y los diputados están haciendo reuniones, porque para ellos es un tema inquietante, no es un capricho del departamento querer venderlas. Cuando el Sindicato Antioqueño hizo la donación al departamento de Boyacá, en las escrituras dejó un condicionamiento muy tácito y es que una vez recibidas las acciones de Acerías Paz del Río, el departamento haría todas las gestiones pertinentes para venderlas y de esa manera generar proyectos de desarrollo para microempresarios en Boyacá y proyectos que impacten regionalmente al departamento. A esa condición le estamos dando cumplimiento.
Recordemos, ¿por qué estas acciones no se vendieron en el momento en que los trabajadores de Acerías comercializaron las suyas?
Porque cuando entregaron las acciones al departamento de Boyacá, iniciaron un litigio y ese litigio se vino a solucionar en el 2016, cuando el Consejo de Estado dio su fallo definitivo diciendo que esas acciones ya le pertenecían al departamento de Boyacá. De ahí en adelante se inició el proceso, desde la administración del exgobernador Carlos Andrés Amaya. Ellos hicieron el intento de venta, pero no lograron un resultado positivo.
¿Usted cree que ahora sí se logrará llevar a cabo la enajenación de esas acciones?
Ahorita, con la OPA (oferta pública de acciones) que se acaba de generar por parte de Votorantim (accionista mayoritario de Acerías) para poder vender su participación accionaria, que es del 82,42 por ciento, eso nos conlleva a nosotros a poder incluirnos en esa OPA y de esa manera poder venderlas. Es una situación que muy difícilmente se volverá a presentar, y entonces estamos esperando que la Asamblea departamental genere las facultades al gobernador de Boyacá y al gerente del Ideboy para iniciar el proceso de enajenación y desde ese ámbito nosotros poder iniciar con la contratación de las empresas asesoras que se encargan de este tipo de enajenaciones públicas.
¿Esa oferta pública conjunta con Votorantim podría mejorar las condiciones de precio de las acciones?
Exactamente, y ¿eso qué conlleva?, que como ya no se vendería solamente la parte del Ideboy, sino como Votorantim está generando la venta de sus acciones, nosotros, como dice el argot popular, nos pegaríamos ahí, y Votorantim, lógicamente, podría hacer una solicitud del valor intrínseco de la acción más elevado, lo que podría ayudarnos mucho a que el valor que le vayan a pagar al departamento sea un poco más elevado.
¿Qué ganancias ha obtenido el departamento de Boyacá por tener 3.299 millones 905.002 acciones en Acerías Paz del Río?
El departamento de Boyacá no ha recibido un solo centavo por esas acciones. Hay personas que dicen que es una empresa del departamento y que no hay que venderla, pero yo pensaría que la empresa va a seguir ahí, nadie está diciendo que la trasteen para otro lado, pero realmente es mucho más importante recibir el valor de unas acciones, que no nos generan ninguna rentabilidad ni utilidad, y con esa plata generar más bien un proyecto de impacto que pueda beneficiar a esas provincias que se han visto afectadas ambientalmente, como son Sugamuxi y Tundama.
¿Por qué usted renunció a la gerencia del Ideboy?
Es una decisión personal y me voy a dedicar en estos tiempos a impulsar la campaña de Carolina Espitia al Senado, las cámaras del Partido Alianza Verde y, lógicamente, el tema de presidencia con Carlos Andrés Amaya, por eso como servidor público renuncié para poder hacer política y ayudarles a mis amigos de muchos años en los proyectos que tienen ahorita planteados.
¿Qué balance de gestión deja en el Instituto de Fomento y Desarrollo de Boyacá?
Fueron dos años supremamente difíciles, no solamente por el tema de la pandemia, sino por todo lo que repercutió, como la baja de las tasas de interés por parte del Banco de la República, el cierre de los hoteles que en gran medida le generan muy buenos ingresos a la entidad para los gastos de funcionamiento, la cancelación de los contratos de arrendamiento y muchas cosas que afectaron financieramente a la entidad. Sin embargo, nos dejó unas enseñanzas muy grandes, como, por ejemplo, a tomar buenas decisiones, a entender que el erario público hay que cuidarlo en cada uno de los centavos que administramos los funcionarios públicos. Con la modificación de la Ordenanza 026 de este año logramos un proyecto muy ambicioso, que es convertir al Instituto en los próximos años en la entidad descentralizada más importante del departamento.
Como banco de segundo piso, ¿el Ideboy cómo pudo colaborarles a algunos municipios de Boyacá?
Fue muy complicado, porque estuvimos muy saturados para el tema de algunas solicitudes que nos hicieron. Por el tema de pandemia, los municipios redujeron sus recaudos y no fueron sus mejores estados financieros para lograr créditos para empréstitos y demás. Sin embargo, nosotros lo que pudimos hacer fue renegociar algunas tasas con alcaldías y con el departamento, para poder de esta manera favorecerles en estos momentos difíciles que atravesamos, no solamente el Ideboy sino todas las entidades territoriales del país.
¿Financieramente cómo entrega el Instituto?
El Ideboy tiene una particularidad y es que depende mucho de los negocios que haga. Nosotros, con todas las situaciones que nos pasaron, entregamos una entidad financieramente nivelada, haciendo algunos negocios y con el apoyo de otras entidades del departamento, como Corpoboyacá. Esto se logró también gracias a unas políticas de austeridad, de no gastar lo que no teníamos, porque el instituto es una entidad muy frágil financieramente, ya que todo lo que le ingresaba por hoteles, arrendamientos y demás alcanzaba exactamente para sus gastos de funcionamiento y pare de contar. Nosotros logramos convertir una entidad, que para el próximo año va a empezar a ejercer la gestión del Catastro Multipropósito.
Con esa restructuración del Ideboy, ¿qué otros servicios y funciones podrá empezar a prestar la entidad?
Estamos intentando generar convenio con la Lotería de Boyacá para poder administrar el Hotel Hunza. Estamos enajenando un poco de lotes que no le generaban a la entidad sino gastos por impuesto predial, casi 270 millones de pesos se pagaban. Lo que estamos haciendo es venderlos y de esa manera hacer una bolsa común para hacer un proyecto importante, como la construcción de otro hotel o algo que le genere ingresos para el bien de futuros proyectos en adelante. Con la modificación que yo le hice a sus funciones, el Ideboy ya puede ejecutar todos los planes, programas y proyectos del Plan de Desarrollo, por ejemplo, ya tenemos pensado que el próximo año el Ideboy pueda ejecutar el Festival Internacional de la Cultura, junto con el Fondo Mixto de Cultura y la Secretaría de Cultura del departamento. El Ideboy, si quisiese, ya puede construir vías, porque lo convertimos en una entidad que puede cubrir muchos objetos en adelante.
¿Además de apoyar las candidaturas del Partido Alianza Verde para las próximas elecciones, qué proyectos personales tiene a futuro?
Lo que Dios depare. Me pica el bichito de la política, pero prefiero dejárselo a Dios, que él sea el que tome los rumbos de mi vida, porque siempre me ha puesto en grandes lugares. Él se encarga de su trabajo y yo del mío: el mío es orar, y él se encarga del resto.
¿En política qué cargo le llama la atención?
Me han hecho varios guiños para el tema de la Asamblea departamental, me han hecho guiños para iniciar un proceso por la Alcaldía de Duitama y también han pensado a futuro el tema de la Alcaldía de Tunja, pero esas son cosas que hay que pensarlas con nuestros jefes, porque ya tenemos una línea trazada en política y simplemente hay que esperar nuestro turno.