El Policía boyacense que tiene el récord de haber sido alcalde en 21 municipios

El sargento viceprimero de la Policía Nacional Celso Parra Camacho, será recordado por ostentar el récord de haber gobernado a 21 municipios.

El sargento viceprimero de la Policía Nacional Celso Parra Camacho, será recordado por ostentar el récord de haber gobernado a 21 municipios. Foto: Archivo Particular

La historia del suboficial boyacense la documentó el periódico EL TIEMPO y luego la resumió el Capítulo de Historia de la Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo ‘Gonzalo Jiménez de Quesada’ y la inmortalizó en el libro Reseña histórica del señor Sargento Viceprimero Celso Parra Camacho: un suboficial visionario y futurista.

El secreto de su éxito como policía y burgomaestre radicaba en la facilidad que tenía para establecer contacto con la gente y su capacidad de liderazgo para ayudarle a resolver sus problemas cotidianos.

“Encontró la fórmula en la construcción de parques, al considerar, de manera más que acertada, que en medio de la violencia, los ciudadanos necesitaban un punto de encuentro para fortalecerse como comunidad. También pavimentaba calles, construía plazas de mercado, escuelas y colegios y hasta diseñaba avenidas”, relata el texto que se recordó ayer precisamente en el marco de la celebración de los 130 años de labores de la Policía Nacional.

En tiempos de La Violencia, desatada el 9 de abril de 1948 tras el asesinato del dirigente político Jorge Eliécer Gaitán y que dejó más de 300 mil muertos, este excelso policía boyacense comenzó a asumir responsabilidades públicas en momentos en que la desesperanza y el terror se apoderaron de Colombia.

Ingresó a la Policía Nacional tras retirarse del Ejército Nacional y, desde entonces y hasta los años 70, donde destituían un alcalde o había problemas de orden público, allí nombraban al sargento Celso.

Fue alcalde de municipios boyacenses como San José de Pare, Muzo, Almeida, Somondoco, Belén, Chinavita, La Uvita, Jenesano, Ramiriquí, Tibaná, Turmequé, Villa de Leyva, Monguí, Pauna, Pesca, La Capilla, Chiquinquirá y Chita, y de La Peña (Cundinamarca).

Durante su paso por las diversas poblaciones tuvo desde echarse bala con los bandoleros hasta construir plazas de mercado, escuelas, acueductos, puestos de salud, trazar carreteras.

Cuando hubo violencia en el norte de Boyacá, hace varios años, la Gobernación respondió dejándole a Celso Parra para que se encargara de pacificar la región. Lo mandaron a La Uvita, foco de la lucha antigobiernista, y al cabo de un año todo estaba en completa normalidad.

Una de las situaciones más difíciles que le tocó manejar fue la de Muzo. Entre 1951 y 1952, siendo alcalde, existía el precedente de que los mandatarios locales habían huido por presión de los violentos. Las matanzas en los campos eran pan de cada día y Parra, con pistola al cinto, emprendió la tarea de pacificar la zona.

Una de sus obras más memorables fue el empedrado de la plaza principal de Villa de Leyva, obra por la cual fue nombraron mejor alcalde de Colombia.

“Su compromiso comunitario y espíritu de trabajo le permitieron hablar con el ejemplo, mediante una rigurosa personalidad y adecuado manejo de la autoridad, que generaban confianza y credibilidad, con base en un servicio incondicional, reflejo de su sentido de pertenencia y vocación”, se lee en uno de los apartes de ‘Capítulo de Historia de la Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo ‘Gonzalo Jiménez de Quesada’’.

Apaciguaba ánimos, perseguía criminales, mediaba en disputas y daba consejos. Por todo lo anterior se hizo merecedor a las máximas condecoraciones: Servicios Distinguidos, por primera y segunda vez, al igual que la Medalla de los Servicios, en las categorías 15 y 20 años, y Felicitación Especial por parte del Comando del Departamento Boyacá. Ha sido uno de los mejores policías de la historia de Colombia.