El profesor adicto a los juegos de azar que envenenó a su familia – #HistoriasDeHorrorEnBoyacá

El hecho que escandalizó a la capital boyacense, se registró al interior de una vivienda en la que hallaron sin vida a una familia completa en el barrio El Consuelo, la madrugada del domingo 3 de septiembre de 2020, desde un comienzo dio pistas de que el hombre habría envenenado a su mamá, su esposa y sus dos hijos antes de quitarse la vida.

La familia Núñez González, fue hallada sin vida dentro de la vivienda que tenían arrendada en el barrio El Consuelo. Foto: Archivo Boyacá Sie7e Días

La misma madrugada del domingo, tras lograr ingresar a la vivienda, luego de ser alertados por familiares de estos, las autoridades organizaron cuatro grupos de investigación para lograr establecer lo que pudo haber ocurrido en esa casa, muy cerca del antiguo terminal de Tunja.

Aunque sin conocer aún los resultados de la necropsia practicada a los cuerpos de dos mujeres adultas, una niña y un niño, al igual que al hombre que fue hallado suspendido parcialmente de una cuerda dentro de la vivienda, ya se señalaba a este último de posiblemente haber sido el autor del asesinato de su madre, su esposa y sus dos hijos.

Boyacá Sie7e Días decidió en su momento averiguar detalles sobre la familia Núñez González y encontró información relacionada con el comportamiento de madre e hijo (Ana Paulina y Nelson Fernando) que podría llegar a ser determinante en el curso de la investigación.

Ana Paulina Núñez, era una mujer oriunda del municipio de Güicán de la Sierra, que fue madre soltera de un hijo único y que dictó sus clases en la escuela del municipio de El Cocuy hasta pensionarse hacía un poco más de 20 años.

Pero la historia no tendría nada de raro, de no ser porque en su pueblo, a 10 horas de donde se produjo la tragedia, se conocía que mientras estuvo allí, la profesora padecía trastornos mentales que obligaban a su hijo Nelson Fernando a viajar desde Duitama, donde residía, hasta Güicán para trasladarla frecuentemente a recibir tratamientos psiquiátricos en Tunja, situación ésta que pudo haber sido el motivo de la radicación definitiva de esta familia a la capital boyacense.

En el municipio, ubicado en el norte de Boyacá, se dijo que la mujer estuvo recluida en varias oportunidades en centros de reposo para tratamientos psiquiátricos, de los que terminaba escapándose para finalmente regresar a su tierra natal.

De su hijo, se supo inicialmente que alcanzó a cursar estudios en la Normal Rosarista de Güicán, al parecer hasta grado noveno, cuando su madre lo envió a terminar su bachillerato y pasar a la universidad en el centro del departamento. En Güicán recuerdan al joven Fernando como una persona super extrovertida y con unos comportamientos muy particulares.

Lo cierto es que desde que Nelson Fernando dejó a su mamá en Güicán, cada fin de mes la historia se repetía: doña Paulina iba cobraba su mesada y dicen que se la giraba a su hijo, para los días siguientes salir a vivir de la caridad de los vecinos del pueblo, mientras le volvían a pagar para consignar de nuevo el dinero.

Nelson Fernando, se graduó finalmente como ingeniero electrónico de la Uptc y se venía desempeñando desde hace varios años como docente de matemáticas en dos planteles educativos de la capital boyacense.

Las autoridades adelantaron diferentes pesquisas en la habitación, pero lo que pudo haber ocurrido realmente es un misterio que se llevaron a la tumba los cinco. Foto: Archivo Boyacá Sie7e Días

Se dice que a este hombre de 40 años, en sus tiempos libres le gustaban los juegos de azar hasta el punto de que muchos lo consideraban ludópata.

Lo que pudo haber ocurrido la tarde del sábado al interior de la vivienda en la que pasada la medianoche hallaron los cadáveres de la adulta mayor (Ana Paulina), la niña de 6 años y su hermano de 9 años en sus camas, y el de Angie Johana González, de 39 años en un sofá en la sala, cerca del cadáver de su esposo.

Según los investigadores Nelson se había vuelto adicto a las apuestas hacía varios años. Como era matemático, creía tener destreza. También había sido siempre un dedicado a los videojuegos, e invertía dinero en juegos en línea. Apostaba por internet, no iba a casinos. Pagaba con tarjetas y hacía consignaciones. Jugaba todo el tiempo.

Al parecer, su problema empeoró con el tiempo y se endeudó por lo alto. Hacía dos años la familia había tenido una crisis económica y no se recuperó del todo. Nelson debía más de 100 millones de pesos a una cooperativa. Llevaba varios meses atrasado en el pago. Las hipótesis del caso apuntan a que esos problemas económicos lo condujeron al desespero.

Para los expertos fue claro que los cuerpos de los niños y las dos mujeres no tenían rastro violencia. También notaron que estaban acomodados cuidadosamente. Probablemente murieron en otro sitio pero alguien los cargó hasta cada cama. La puerta y las ventanas de la casa estaban cerradas desde adentro. Estos elementos conducen a una hipótesis clara. Nelson envenenó a su familia y luego se suicidó.