La última escena que presenciaron tres menores que habitaban una humilde vivienda de Ventaquemada fue la del homicidio de su madre y otro hombre que vivía en la misma casa, lo que habría motivado a los agresores a ultimar sus vidas para no dejar testigos.

Luego de perpetrar el crimen los homicidas huyeron sin dejar testigos, pero sí muchas pruebas que llevaron a los investigadores a resolver el asesinato en el que dos adultos y los tres niños fueron ultimados a cuchillo y machete la noche del sábado 12 de septiembre de 2009 en ese municipio.
Con tecnología de punta y labores de inteligencia, los expertos reconstruyeron paso a paso la escena, propia de una película de terror, que tuvo como sede una humilde casa de la vereda El Boquerón de esa localidad.
El rastro dejado por los zapatos ensangrentados de los asesinos en su huida, su ropa sepultada, armas blancas incineradas y testimonios de vecinos del sector, les permitieron a los uniformados dar con el paradero de dos hombres que fueron sindicados como los autores materiales del homicidio de Clara Zulay Díaz Escobar y sus hijos, al igual que de Pedro Martín Isaza Figueredo, de 33 años de edad.
Luis Antonio Romero y Javier Hernando Carrillo, dos jóvenes mineros oriundos de Muzo y Caldas (Boyacá), habrían llegado el sábado a las 10:00 de la noche a la residencia donde dormían las cinco personas para resolver un altercado que días antes se había suscitado entre el primero de estos y la mujer de 30 años que fue asesinada.
Entonces, lo que habría empezado como una simple discusión se convirtió en una mutua agresión física que terminó en tragedia.
La reconstrucción de los hechos por parte de los técnicos judiciales relata que Romero desenfundó su machete y atacó a la mujer, quien en el forcejeo recibió múltiples cortadas en sus extremidades antes de ser degollada.
El escándalo habría despertado a Pedro Isaza, quien 15 días atrás cohabitaba la misma vivienda, y quien intervino para defender a la mujer, por lo que fue atacado por el otro asesino.
Al percatarse que los niños habían presenciado el homicidio, los agresores también procedieron a asesinarlos brutalmente.
Clara fue hallada boca abajo, degollada, con varias cortadas y puñaladas. La niña de 10 años tenía tres heridas de arma cortopunzante y fue degollada; el niño de dos fue encontrado con dos heridas en la espalda; el de cuatro años, presentaba cuatro heridas cerca del corazón. Pedro también fue degollado.

“Los homicidas se marcharon hacia su residencia ubicada a un kilómetro del lugar del crimen, en donde mientras ingerían bebidas alcohólicas hablaron del ataque, sin percatarse de la presencia de vecinos del sector”, señaló uno de los investigadores.
En el allanamiento a la vivienda que los dos hombres habían arrendado dos meses antes fueron encontrados sus zapatos con rastros de sangre, el cuchillo y el machete incinerados y a uno de ellos con una herida de arma blanca en la cabeza.
Romero y Carrillo finalmente y luego de las pruebas presentadas por la Fiscalía se declararon culpables de haber acabado con la vida de Pedro Martín Isaza, Clara Zoley Díaz y sus hijos de dos, tres y 10 años de edad.
La Juez les impuso la pena más alta que se hubiera sentenciado hasta el momento en Boyacá: un total de 58 años y tres meses de prisión para Luis Antonio Romero, de Caldas, y Javier Hernando Carrillo Bustos, de Muzo, autores del múltiple homicidio cometido en la vereda Boquerón, de Ventaquemada.