Respetados / Apreciados lectores: Esta columna tiene como propósito hacernos reflexionar sobre el balance de nuestra realidad política que no cumple con nuestros objetivos o necesidades, para lo cual quiero compartir con ustedes el análisis que viene a continuación, para el bien de cada uno y el futuro de toda la comunidad boyacense.
Estamos a menos de seis meses de los próximos comicios en los que elegiremos el nuevo Congreso de la República y poco después al próximo Presidente. Como es natural todo tipo de aspirantes, de todos los bordos, multicolores, aparecieron e iniciaron su campaña política. Unos más o menos sinceros, comprometidos, combativos, conscientes y honestos. Muchos con discursos veintejulieros llenos de promesas que se olvidarán al otro día de las elecciones. Incluso algunos piensan que después de las elecciones su responsabilidad ha terminado, ya que alcanzaron su objetivo y sus cuatro años de poder están garantizados.
¡Vale la pena reflexionar! ¿No les parece que es fundamental destronar esa lamentable práctica política? Para ello, se requiere de un trabajo mancomunado con un propósito y una proyección común de largo plazo. Un trabajo que debe ser liderado por gobernantes que entiendan que una vez electos representan a todas las personas y no solo a sus partidos. Por ello es necesario elegir candidatos más comprometidos, conocedores de estrategias de desarrollo con voluntad de llevarlas a cabo y no candidatos puramente políticos. Necesitamos hombres y mujeres profesionales de amplio conocimiento de terreno donde lo más importante sea la vocación de servicio, que se sientan identificados con su gente, que entienden sus necesidades, sus deseos, y su historia, pues solo así podrán ser mejores administradores.
Debemos votar con visión de largo plazo y elegir candidatos con ideas y propuestas consistentes, con un plan de desarrollo y medios de ejecución de proyectos precisos y no esos hábiles manipuladores que impresionan por sus discursos y promesas de futuras ayudas que quedan en letra muerta. Esta situación es visible en periodos electorales, pero particularmente en Boyacá. ¿Por qué, si en Boyacá donde abunda el talento humano y los recursos naturales, vivimos en una situación económica y social que brilla por sus altos niveles de pobreza y de desempleo, de trabajo informal, de corrupción, altamente dependiente del sector público y por lo tanto del gobernante de turno?
En esta transformación todos debemos participar, ya que todos tenemos nuestro espacio. Los adultos con su experiencia y los jóvenes con su energía ante las injusticias y su capacidad de levantar la voz en favor de un cambio. Hombres y mujeres tienen ambos su espacio por igual. Hemos sido gobernados principalmente por hombres y esta sociedad requiere paridad de género e igualdad a todo nivel, es decir integrar más mujeres en las decisiones públicas pues ellas pueden influir muy positivamente por sus competencias y las cualidades que todos conocemos.
Tenemos la responsabilidad de escoger nuevos líderes que rechacen la dañina práctica de la politiquería clientelista. Líderes que comuniquen y tomen decisiones colegiadas y no redentores inamovibles a los que no se les puede hablar ni contradecir. Líderes que consulten a sus conciudadanos, que incluyan divergencias, que promuevan la unión de todos los boyacenses, siempre con proyección al futuro en beneficio de las mayorías.
Vale la pena concluir con el tema de la formación de los líderes que necesitamos, aquellos líderes conscientes de formar parte de una comunidad, que conocen sus problemas estructurales o puntuales y sus soluciones viables. Tal formación requiere la voluntad y la acción concertada entre el Empresariado- que genere las oportunidades-, la Administración -que establezca las condiciones- y la Academia que ofrezca una educación moderna, de calidad y con perspectiva internacional. Aquella formación proveerá los profesionales que esperamos encontrar en las organizaciones públicas y privadas, unos profesionales con visión global, competitivos y con cualidades humanas que nos representarán y defenderán nuestros intereses más allá de nuestra fronteras regionales y nacionales. ¡Cada vez necesitamos mas boyacenses que lleguen a ser ministros, presidentes de multinacionales o directores de entidades públicas!
Los boyacenses sí podemos ¡El cambio nos pertenece si lo decidimos, está en nuestra mente, en nuestra voluntad! ¡No dejemos nuestro futuro en manos de quienes no nos representan, de quienes no quieren cambios! Participemos todos del cambio en las futuras contiendas electorales, eligiendo bien a nuestros gobernantes. De esta manera contribuiremos colectivamente a un mejor porvenir – El Nuestro – y al desarrollo de este bello trozo de tierra que llamamos Boyacá.
@CalderonChatet
FB: Alejandro Calderón Chatet
PS: Albert Einstein dijo -con razón-: «No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo». ¡El cambio está en nosotros!