La Ordenanza número 23 de 2009 por parte de la Honorable Asamblea de Boyacá, declaró el 2 de octubre de cada año como el día de la Boyacensidad, pues el 2 de octubre de 1821 el Congreso de Cúcuta, presidido por el ilustre boyacense José Ignacio de Márquez, creó los departamentos republicanos y entre ellos, el departamento de Boyacá; integrado por las antiguas provincias de Tunja, Socorro, Pamplona y Casanare, eligiendo como capital a  Tunja, nuestra Ciudad Heroica y Taller de la Libertad.

Maestro Eduardo Malagón Bravo
Patriota Boyacensista
Secretaria de cultura y Patrimonio
Gobernación de Boyacá

Boyacensidad, es una filosofía, un estado espiritual, una forma  de vida, de quienes tenemos el honor y sentimos orgullo  de haber nacido en esta noble tierra  madre de la libertad de América.

Somos pensamiento y sentimiento, puro, unido a la un alto sentido de espiritualidad y laboriosidad en nuestros campos y ciudades, que engrandecen nuestro prestigio a través  de  los tiempos.

Desde los Caciques y los Zaques, desde nuestros Héroes Libertadores, desde esa marcada  época de Presidentes de Colombia, desde la lírica y el romanticismo,  el devenir de nuestros pueblos se distingue con  la impronta  indeleble de Patriotismo, de Heroísmo, de Honor y Gloria.

Nada más gratificante y reconfortante, que contemplar nuestro pasado glorioso, valorar las hazañas de  nuestros antepasados, recitar uno que otro verso de amor o desamor, o cantar y bailar  un bambuco, un torbellino  o una guabina. Son  el alma de Boyacense – lo escribo con Mayúscula – porque nuestro pasado, presente y futuro, son superlativos. Son  tan grandes e inmensos como la propia majestad de nuestra historia. Decir BOYACA, es exclamar:

Valor y Fortaleza – Amor Maternal – Generosidad –

 Laboriosidad – Honestidad – Lealtad

Valor y Fortaleza: Personificados en  Simona Maya, Heroína de la Libertad, del Municipio de Paya.  Ella se vistió de Sargento: con  Guerrera Granadina, de cotizas y pantalón. Comandó un escuadrón de soldados. En el fragor de una de las batallas, se abrió su guerrera y se le manifestó un seno, y así descubrieron que era una mujer, la que los había comandado, y en lugar de avergonzarse, lucharon con más valor y fortaleza para la victoria.

Amor maternal: Personificado en María Josefa Canelones, Heroína de la Libertad. Esta joven mujer, estaba Embarazada y  acompañaba a su esposo, un soldado del Ejército Libertador. En plena travesía, en las gélidas, cumbres de Pisba y Socotá, en la mitad de la noche,  parió un niño, y al día siguiente, esta misma mujer, iba delante de la tropa con su hijito a cuestas, amarrado con un pañolón.

Generosidad: Personificada en Matilde Anaray, Heroína de la Libertad, del Municipio de Socha, cuando el Cura y el Alcalde del pueblo, pidieron a los feligreses que asistieran con su mejores ropas, a la misa del domingo 4 de julio de 1819. Cuando la capilla Doctrinera estaba  llena, el cura desde el pulpito pidió que se desvistieran para apoyar a los soldados que habían llegado semidesnudos. La Niña  Matilde fue la primera en despojarse de su ropitas. Socha es llamada la Nodriza de la Libertad, por su generosidad.

Laboriosidad: Personificada en Estefanía Parra, Heroína de la Libertad, de Puente de Boyacá. Esta niña cuidaba su rebaño de ovejas cuando pasaba la Vanguardia del Ejército libertador. Ella les indicó por donde atravesar el río Boyacá,  por el Vado del Molino,  y de esta manera envolver al ejército español que combatía en pleno puente de Boyacá, y así obtener la victoria definitiva de la Campaña Libertadora en 7 de agosto de 1819.

Honestidad: Personificada en Pedro Pascasio Martínez, Niño Héroe Libertador, de Belén de Cerinza. Luego de la batalla de Puente de Boyacá Barreiro, Comandante del Ejército Español, le ofreció una bolsa con monedas de oro, para que lo dejara escapar. Pedro Pascasio, acompañado por el Negrito José, ambos niños rechazaron  el soborno y llevaron al prisionero ante la presencia del Libertador Simón Bolívar.  

Lealtad. Personificada en El Negrito José, cuando acompañó a Pedro pascasio Martínez, en el momento de apresar al Comandante del Ejército Español, este niño que no se le conoce origen ni apellido, fue solidario y leal con su compañero y así se logró terminar de forma victoriosa la Campaña Libertadora de 1819, el acontecimiento más importante de nuestra civilización, realizada en gran parte en tierras del actual departamento de Boyacá.