La empresa sostiene que tal iniciativa carece de sustento técnico y que pone en riesgo a más de 14.000 familias que, de manera directa o indirecta, derivan su sustento de Acerías.
Con la reducción de los aranceles del acero corrugado del 10 % al 5 % se pone en riesgo la sostenibilidad de la industria siderúrgica nacional.
Así lo afirma la empresa PazdelRío, en un pronunciamiento frente a la recomendación que al respecto emitió el Comité Triple A.
Según la compañía, con esa medida se atentaría contra el sostenimiento de los más de 40.000 empleos que genera el sector, así como las inversiones en modernización y tecnología que, para el caso de PazdelRío, tienen un crecimiento previsto del 22 % para el año 2022.
“Es una decisión que a juicio de la Empresa carece de sustento técnico. Hablar de desabastecimiento de acero resulta paradójico ante el crecimiento de la producción de acero nacional, que durante el 2021 ha sido del 48 %. Sumado a esto, las importaciones han tenido un incremento del 91 % frente al 2020, hecho sin el cual no habría sido posible que el sector de la construcción hoy tenga unos indicadores positivos, como el aumento del 51 % en las iniciaciones de vivienda”, recalca la empresa.
Desde la compañía aclaran que, si bien ha habido un incremento en el precio del acero nacional, este no se sustenta en el desabastecimiento, ya que obedece principalmente a la dinámica del mercado internacional, soportado en una creciente demanda mundial y en un aumento en los costos de las principales materias primas, como mineral de hierro, carbón y chatarra.
“Adicional a lo anterior, hay que tener en cuenta que la subida en los precios del acero no pone en riesgo la viabilidad de los proyectos de construcción debido a su baja participación en los costos de la vivienda”, explican en PazdelRío.
Agregan que, estas variaciones de precios son normales en economías de mercado abierto como la colombiana. De hecho, entre el año 2017 y el 2020, los precios del acero tuvieron una caída importante, que los productores nacionales asumieron sin dejar de cumplirle a las distintas obras del país y manteniendo los miles de empleos que la industria genera.
“PazdelRío, específicamente, favorece a por lo menos 14.000 familias que derivan su sustento del proceso siderúrgico, a través de empleos directos y contratación de bienes y servicios locales. Hoy no solo es el principal empleador del departamento de Boyacá, sino también un actor que dinamiza la economía de la región que, sin duda, sentirá el impacto de la decisión de reducir el arancel”, sostienen en la empresa.
El presidente de la compañía, Vicente Noero, dice que en PazdelRío les gustan los desafíos y que, de hecho, en los 73 años de historia que tiene esta siderúrgica han demostrado que son una empresa resiliente, pues siempre salen fortalecidos de los distintos altos y bajos por los que han atravesado.
“Pero, la reducción del arancel va más allá de retar nuestras capacidades, es un hecho que preocupa porque distorsiona el mercado con medidas de corto plazo, en una industria que solo subsiste si invierte para largos términos, más aún cuando se ha demostrado que no hay abuso de precios ni desabastecimiento de acero”, afirma Noero.
Manifiesta que, en lugar de incentivar a la industria local que le apuesta a la reactivación del país, con esta recomendación se premia a países como Turquía, China, Rusia y Ucrania, a los que se les han impuesto múltiples medidas de defensa comercial por prácticas de competencia desleal.
“Es una decisión que genera desconfianza frente a las reglas de juego en el mercado colombiano y pone en riesgo la estabilidad de empresas que, como PazdelRío, le apuestan a la generación de empleo formal, a la producción de la más alta calidad y por supuesto, a la generación de valor para las comunidades que más nos necesitan”, señala el presidente de Acerías.