Un día como hoy se presentó un choque entre dos culturas y se impuso la fuerza a la sabiduría. La ‘Roma de los chibchas’ fue vulnerada por la violencia del invasor.
Hoy se conmemoran 484 años del incendio del Templo del Sol, máximo centro de culto de los chibchas. La deflagración la provocaron los soldados españoles Miguel Sánchez y Juan Rodríguez Parra.
Los investigadores de la cultura muisca señalan que Gonzalo Jiménez de Quesada y sus hombres llegaron a territorio sogamoseño el 4 de septiembre de 1537, cuando ya empezaba a oscurecer.
“Las órdenes que da a sus soldados es que acampen en un lugar prudente, para al otro día hacer la incursión. Parece ser que dos soldados desobedecen las órdenes, movidos por el afán de la riqueza, y logran ubicar el templo”, cuenta la historia.
Los soldados Miguel Sánchez y Juan Rodríguez Parra entraron al templo con unas teas y, se cree que accidentalmente, le prendieron fuego al lugar.
“Algunos cronistas dicen que el Templo del Sol duró ardiendo tres años y otros señalan que fueron cinco años”, señalan los textos.
Como el templo estaba construido con grandes maderos de guayacán polvillo, que es muy resistente, parece ser que la consistencia de las vigas mantuvo el fuego vivo durante mucho tiempo.
El antropólogo boyacense Eliécer Silva Celis, fallecido en el 2007, dedicó 15 años de su vida a reconstruir el Templo del Sol.
El investigador, quien en 1942 fundó en Sogamoso el Parque Indígena del Sol (hoy Museo Arqueológico Eliécer Silva Celis), empezó en 1991 la labor titánica de construir una réplica del lugar donde los chibchas rendían culto al Sol.
Para adelantar esta obra utilizó los mismos elementos con los que los muiscas construyeron hace más de 500 años su centro de adoración: grandes vigas de guayacán polvillo, esterilla, caña, carrizo y paja.
Silva Celis viajó hasta España a consultar los Archivos de Indias. Después realizó diversas investigaciones que lo llevaron a descubrir el sitio exacto donde estaba erigido el Templo del Sol.
Los estudios del investigador le revelaron las dimensiones del templo y los materiales de la estructura.
El antropólogo usó esos datos para construir una réplica lo más exacta posible al original.
Lo que opinan algunos sogamoseños sobre el incendio del Templo del Sol
– El abogado David Felipe Castillo Cárdenas, expresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Sogamoso, manifiesta:
“Fue un hecho lamentable en la historia de nuestra ciudad, primó la ambición al respeto por un templo sagrado para la espiritualidad de los ancestros indígenas. Ese templo era parte fundamental de la ‘Roma de los chibchas’, como lo dijo el historiador Gabriel Camargo Pérez”.
– El economista Juan Camilo Ostos Romero, ex viceministro de Transporte, indica:
“Para nosotros los sogamoseños, la conmemoración del incendio del Templo del Sol, hace 484 años, tiene un significado especial. No se trata solamente de lamentar que se haya quemado el que era el centro ceremonial más importante de los muiscas, sino de recordar que fuimos el epicentro de una lucha heroica contra la tiranía. Hace casi 5 siglos nuestros antepasados supieron levantarse del suelo y esa es una lección que todos los colombianos debemos recordar”.
– El abogado Luis Carlos Bernal Mesa, diputado a la Asamblea de Boyacá, dice:
“Septiembre 4, 1537: ‘Un recuerdo doloroso que fortalece el espíritu’.
Son varios los textos que resumen la narrativa del lastimoso hecho que dividió en dos la historia de nuestra ‘Roma de los chibchas’. El incendio del Templo del Sol a manos de incautos españoles, movidos por la avaricia y el afán de riqueza, sin lugar a dudas ha sido un fenómeno cultural que, a pesar de ser un mal recuerdo, nos permite fijarnos con entereza frente a la esencia y el valor de nuestra cultura, pasado y el valioso legado de nuestras raíces.
“El avance del pueblo muisca para tal época es, entre otras cosas, la más viva manifestación de cómo el trabajo en comunidad es herramienta fundamental para consolidar futuro. Mucho tenemos por aprender aún de nuestros ancestros, de su valentía y capacidad para afrontar las vicisitudes, pero lo más importante poder rescatar el espíritu, y como bien lo hacían con mantas y arcilla ‘unirnos para tejer y moldear el mañana’”.
– El economista Alejandro Calderón Chatet, exgerente general de EPM, afirma:
“Conmemorar, exaltar o conminar estas fechas en estricto sentido no es algo que nos devuelva lo perdido. En efecto, el 4 de septiembre del año de 1537 entraron en territorio que hoy conocemos como Sogamoso, tropas españolas al mando del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada. Dos de sus soldados le prendieron fuego al Templo del Sol, que era el lugar sagrado de los chibchas.
“En poco o en nada nos consuela pensar en si fue un hecho accidental, como algunos historiadores lo han afirmado o si actuaron por desprecio o imbuidos de codicia. ¡Lo cierto es que quemaron el templo!
“Llamo a todos mis conciudadanos a que respetemos y cuidemos con el máximo sentido de civilidad todo lo que consideramos entrañable en la cultura, bien se trate de templos o edificios, pero hagámoslo también con nuestros bienes públicos que con mucho esfuerzo hemos construido. Cuidemos nuestro medio ambiente, cada vez más frágil y vulnerable. Cuidemos los recursos públicos que son limitados y asegurémonos que sean empleados de manera eficiente y que puedan beneficiar particularmente a los más desfavorecidos.
“Quiero terminar enviando un mensaje a todos los sogamoseños por ser esta una fecha especial, pero también a todos los boyacenses por ser todos de esta misma tierra. Nuestra cultura y nuestra esencia nos debe enorgullecer. Lo que somos hoy en día es el resultado de toda nuestra historia incluyendo hechos como aquel incendio en el Templo del Sol”.