Los familiares, amigos y demás habitantes de Soatá temen que el asesinato de la profesora y líder de esa localidad Luz María Valderrama Barrera, se vaya a quedar impune, pues hasta el momento las autoridades no les dan pista alguna de lo que pudo haber ocurrido.
Precisamente en una eucaristía concelebrada con siete sacerdotes, a la que llegaron cientos de personas de las provincias Norte y Gutiérrez, especialmente, pero también de otras partes del departamento y el país, sus asistentes reclamaron justicia frente al extraño hecho que se registró la tarde del domingo pasado.
A las honras fúnebres de la docente y líder regional acudieron autoridades civiles y militares, profesores de toda la provincia y comunidad en general. Precisamente el comandante del batallón de Alta Montaña y el comandante del Noveno Distrito de la Policía estuvieron junto al alcalde de Soatá y otros mandatarios, personeros y rectores de planteles educativos.
El féretro fue recibido tras la necroscopia adelantada en el municipio de Málaga (Santander), con una caravana desde el sector el Jeque liderada por el sindicato de maestros y de docentes a lo largo de casi un kilómetro.
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La mujer al parecer había asistido a la celebración del cumpleaños de su hija menor en el municipio de Capitanejo el domingo de donde regresó sobre las 5:00 de la tarde y se fue para su casa, porque tenía otro compromiso sobre las 6:00 de la tarde, pero como no respondía su teléfono, otro de sus hijos fue a casa para recogerla y cuando ingresó la halló muerta.
La profe María como era conocida, había nacido en Tipacoque, tenía unos 70 años, era separada del señor Oscar Vargas Rincón con quien tuvieron tres hijos: Edwin Yezid, Carlos Jefferson y Heidy Lorena Vargas Valderrama. Se había hecho muy conocida por el liderazgo que lograba en cuanta actividad se hacía presente.