Uno de los momentos más simbólicos de la historia de los Juegos Olímpicos fue la proeza del estadounidense Jesse Owens, quien acaparó toda la atención en Berlín 1936, unos Juegos que Adolf Hitler pretendía usar como elemento de propaganda nazi y exaltación de la raza aria. El canciller alemán no tuvo más remedio que rendirse ante la habilidad deportiva del atleta negro.
Con información de la Agencia EFE y otros
Antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, por la cual se cancelaron dos veces los Juegos Olímpicos, quien fungió de anfitrión de los juegos de 1936 fue la Alemania Nazi de Adolf Hitler.
Su partido llevaba tres años en el poder, y para realizar los juegos de Berlín exigió discriminar a los deportistas de origen judío, africano y de otros grupos étnicos. Pero la presión internacional, que amenazaba con boicotear los juegos, lo obligó a permitirles la participación. Pese a que Alemania fue la ganadora del medallero olímpico, el afroestadounidense Jesse Owens hizo historia al colgarse cuatro oros de atletismo ante la mirada del führer.
A igual que Owens, otros atletas hicieron historia en los Juegos Olímpicos. Uno de ellos, el denominado por la ‘BBC’ de Londres y la revista ‘Sports Illustrated’ como el mejor deportista del siglo XX: Mohammed Ali.
Con apenas 18 años, este boxeador estadounidense pisó suelo italiano para consagrarse con la medalla de oro en los Olímpicos de Roma de 1960. Le bastaron cuatro peleas en el cuadrilátero para alzarse con el podio.
Fueron los mismos Olímpicos en que el etíope Abebe Bikila, se convirtió en el primer africano en ganar la maratón: 42 kilómetros en 2 horas y 15 minutos con la particularidad que los corrió descalzo.
En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, una gimnasta rumana de apenas 14 años, Nadia Comăneci, se apuntó en los anaqueles de la historia como la primera en conseguir la máxima puntuación de 10 en esta disciplina.
La revista Time la calificó de ‘perfecta’ en una disciplina que actualmente tiene un nuevo ícono histórico: Simone Biles, la estadounidense campeona olímpica en Río 2016, cuyos movimientos de alta complejidad la ubican como la mejor de todos los tiempos.
Las más recientes ediciones, Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016, han acogido turistas del mundo entero que abarrotaron estadios, bares y playas para festejar a deportistas míticos como Usain Bolt, el hombre más rápido que ha conocido el ser humano.
La hazaña del jamaiquino ocurrió en el Mundial de Atletismo en Berlín, en el 2009, donde consiguió la marca de 9,58 segundos en los 100 metros planos. Pero su récord olímpico fue el conseguido en Londres 2012, con 9, 63 segundos en la misma prueba reina del atletismo. Tras su retiro, Bolt sumó un total de ocho preseas doradas en el marco de los olímpicos.
Pero fue un nadador quien se convertiría en el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos: Michael Phelps.
El estadounidense ostenta el récord de 28 medallas, de las cuales 23 han sido de oro. Su mejor actuación fue en Beijing 2008, donde obtuvo ocho preseas doradas, convirtiéndose en el máximo medallista de oro en una sola edición de los Olímpicos, y también en el mejor nadador de la historia. Su palmarés lo consiguió en Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.