Lo que ocurrió el 20 de julio de 1810 y los sucesos que se desencadenaron posteriormente

Después del llamado Grito de Independencia, los dirigentes se enfrascaron en una lucha por el poder que dividió el país en Centralistas y Federalistas. Pugnas internas.

portada 20 de julioEl 20 de julio de 1810, cuando se dio el llamado Grito de Independencia, un grupo de destacados criollos lideró al pueblo para que exigiera un cabildo abierto.

Hasta entonces el gobierno de la Nueva Granada recaía en la Real Audiencia, pero con la firma del Acta de Independencia se constituyó una Junta Suprema del ‘Reyno’, que tomó el poder.

El 23 de julio de 1810 se creó el Batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional, primer contingente militar que se estableció con el propósito de defender el orden político que estaba naciendo. Como comandante asumió el teniente coronel Antonio Baraya.

El 29 de julio fue convocado un Congreso Constituyente con participación de delegados regionales para formalizar la autonomía de España.

El 22 de diciembre de 1810 se desarrolló dicho Congreso, al que solamente asistieron seis de las 15 provincias que hacían parte del Virreinato.

“Las causas de esta ausencia fueron las diferencias regionales y el recelo general a las intenciones de Santa Fe, principal provincia del virreinato, que aspiraría a ser una vez más la cabeza de gobierno”, escribió Mauricio Flórez para Notas Obreras.

Las pugnas entre unos y otros llevó a la Junta Suprema a crear un Colegio Constituyente, que se encargó de redactar una Constitución que declaraba a Cundinamarca como Estado independiente, aunque custodio de los derechos del rey, en el mes de abril de 1811.
“Esta Constitución se integraba al plan que tenía Jorge Tadeo Lozano, primer presidente de Cundinamarca, quien pensaba crear una confederación de grandes provincias (Cundinamarca, Cartagena, Popayán y Quito). No obstante, sus ideas fueron combatidas con vehemencia por Antonio Nariño, quien pensaba que la única salida para la posible nueva patria era la unión de fuerzas sociales y económicas y la centralización política”, agregó Flórez.

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Precisamente fue Antonio Nariño quien propuso un sistema de gobierno con las ramas del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial independientes.

Nariño buscaba la unión de las provincias más débiles para hacer contrapeso a las más fuertes, en una forma de división departamental.

“Los años de la ‘Patria Boba’ transcurrieron en medio de un clima de diarias preocupaciones que se reflejaban en un nuevo problema cada vez y que como secuela de los fenómenos políticos, sociales y económicos del momento, profundizaba más la crisis e impedía el establecimiento de un gobierno lo suficientemente capaz de enfrentar los retos que exigía la defensa de los principios de libertad política recientemente logrados”, explicó el profesor Juan Manuel Robayo en su investigación ‘Reflexiones en torno al impacto de la Patria Boba, la independencia de Tunja y su provincia’.

Según Robayo, la situación hacia 1815 no podía ser más grave y las preocupaciones de la administración criolla, que desde 1810 quería con muy buena voluntad, pero sin capacidad administrativa suficiente, organizar una patria libre, se circunscribieron a sus propios intereses, dejando por fuera a la gran mayoría de la población indiferente al cambio político, cuando se presumía debería cobijar a todos por igual bajo el emblema de la libertad, pero desafortunadamente significó mayor opresión.

Su investigación concluye que, el mayor aporte a la guerra por parte de líderes políticos y clero, fue obtenido de las donaciones y de los recursos de las corporaciones religiosas, privándolas incluso de los ingresos destinados al sostenimiento del culto, como eran los provenientes del diezmo.

“La ‘Patria Boba’ fue un término acuñado por Antonio Nariño en 1813. Básicamente se refiere a un período de la historia de Colombia en el cual se enfrentaron los defensores del Centralismo, con la provincia de Cundinamarca y las orientaciones de Antonio Nariño a la cabeza, contra los defensores del Federalismo, en el que destacan las Provincias Unidas de la Nueva Granada bajo la dirección de Camilo Torres”, afirmó en Notas Obreras Mauricio Flórez.

De esta forma, con el pie izquierdo, empezó la clase política del país a ocasionar divisiones que han afectado el desarrollo de la Nación. La que pudo ser la oportunidad para consolidar la independencia de la patria, terminó siendo el foco de la primera guerra civil del país con consecuencias nefastas para la consolidación de la libertad y de una república independiente.

Una época de Constituciones y de divisiones

En su investigación, el profesor Juan Manuel Robayo señaló que, con el fin de acrecentar el poder de Cundinamarca y disminuir el de las Provincias Unidas, Nariño apoyará las insurrecciones provinciales de El Girón, San Gil y Vélez.

“Las Provincias (Tunja, Antioquia, Cartagena, Pamplona, Casanare y Popayán) reaccionarán en un congreso hecho en Villa de Leyva el 4 de octubre de 1812, donde le declararán la guerra a Nariño, acusándolo de dictador”, escribió.

Agregó que en estos años aparecerán las Constituciones de Cundinamarca, Cartagena, Tunja, Antioquia, Pamplona, Popayán, Neiva, etc., que en realidad tuvieron poco efecto en el diario vivir, pues iban en contra de las costumbres populares e introducían ideas muy nuevas que no correspondían con el desarrollo social de la época, por lo que los gobernantes debían ejercer su dominio de una forma más personalista.

“También se adoptó la Constitución liberal de Cádiz en las provincias leales a España. Desde el primero de agosto de 1812, esta última llegó al Virrey residente en Panamá y se propagó a Portobelo, Santa Marta, Riohacha, y por Cuenca hasta Quito, Pasto y Popayán”.

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