La jornada de este viernes 2 de julio recorrerá 249 kilómetros entre las localidades de Vierzon y Le Creusot.

Desde hace 21 años no se corre una etapa tan larga en el Tour de Francia como la de hoy, en la que los ciclistas tienen que transitar 249 kilómetros para llegar a la meta.

La fracción, que va desde Vierzon a Le Creusot, tiene cinco premios de montaña y casi 3.000 metros de desnivel.

Es la etapa más larga del Tour de Francia, y se disputará bajo un agradable clima veraniego. Esto significa que, en el momento de empezar a subir el primer puerto del día, los corredores llevarán unas cuatro horas pedaleando expuestos al sol; habrán bebido unos ocho bidones y tenido tiempo de pasar por varios estados de ánimo y estancias del pelotón.

Los puertos no son especialmente largos ni duros, puesto que todavía no hemos llegado a los Alpes, pero habrá una trampa empinada en Signal d’Uchon (2ª, km 231) y la fatiga acumulada hará de las suyas para marcar la diferencia entre los más fuertes y preparados para la contienda.

“El pronóstico es reservado. Controlar la carrera desde el pelotón siete horas se antoja una quimera, lo cual confiere ventaja teórica a la fuga. Sin embargo, las dinámicas que puede adoptar la carrera son tan sumamente diversas que es muy difícil anticipar con seguridad qué sucederá. Solo podemos saber que será sufrido de competir y divertido de ver”, señala la organización del Tour de Francia.