Momento de todos, sin hipocresías – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

En cualquier momento y espacio, por estos aciagos días, las preguntas obligadas son ¿y qué nos pasará el segundo semestre? ¿y qué será para el 2022?, y las respuestas parecen una piñata, arbolito de navidad o la retahíla de pastores o culebreros que en conclusión no dan soluciones sino promesas, anhelos y nada de concreto, así sea en conversación de dos, 3, 5 o 10.

Y debe preocuparnos porque no estamos encontrando soluciones, alternativas o caminos para dar pasos firmes hacia consolidar nuestras necesidades sin antes atacarnos, responder con 2 piedras en la mano y hasta prevenidos, presentando excusas que al no ser aceptadas reciben sarta de improperios y dejando explotar resentimientos y tantas “venganzas” que no salen en su debido momento, ni se dicen, sino que las guardamos, o atesoramos, para una buen día sacarlas como armas, que en un duelo no deja ganadores sino percepciones de impotencia.

Luego de 45 días de bloqueos, degenerados en muertes, sangre, daños y polarización, desabastecimientos, pérdidas de cultivos y en productos del consumo diarios, no pasó nada para quienes ya convocan al concierto del 20 de julio… y de lo fundamental nada que se conocen de asignación de dolientes, recursos, y aunque hace pocas horas se anunciaron soluciones para las crisis que estaremos padeciendo en los próximos meses, de pronto 2 o 3 años, mientras se vuelve rutinaria la pandemia que nos marcó en la historia de la humanidad, y que ya es hora de que se formalice por los expertos, investigadores y autoridades del mundo. Prepararnos para lo que viene.

Y lo peor es que la sensación –o realidad en algunos lugares- sigue siendo la que nos carcome las entrañas porque aunque se intenta recomponer las cargas, no hay seguridad de nada. De empujar para otro jalón en los sectores y solo aparecen las eliminatorias al mundial de Qatar, la copa américa, los triunfos de nuestras ciclistas, las cávalas para quién llega y quién se va, las movidas politiqueras, las clasificaciones a los juegos olímpicos, los ganadores en festivales y concursos de música, proyectos de ley aprobados a pupitrazo, un próximo encuentro de duetos, un FIC y una semana Bolivariana en vilo… para ver que la cultura, el deporte, y otras altruistas actividades, nos “alimentan” para impulsarnos a proponer acciones que para los de siempre no satisfacen sino es el ponqué  completo, no se sacian… y así seguirán. Es el momento de y para todos.

Todos soportamos procesiones en silencio, o por dentro, pero en nuestra región resurgen los “mesías” que ya no arrastran sino que se les ve picando cual coliflores, revoloteando desde trincheras oficiales, desde cómodas habitaciones de infraestructuras históricas, con juegos de mesa que ya tiene a su disposición y con aduladores que son utilizados por oportunidad, necesidad o pan.

Miremos para los próximos 6 meses el no descuidar el retorno a clases de forma presencial, que aprovechen estos días para de verdad preparar instalaciones, aulas, elementos, equipos, protocolos.

Hace 4 años el Papa Francisco, desde tierras colombianas, despertó en las agendas el tema y termino de la mezquindad y hace 6 años lo hizo para que nos “guardemos de ser hipócritas” en todo, entre todos, y soportarnos mutuamente, con respeto de las diferencias, sin altanería y pasando por encima y salir a celebrar el triunfo que ahonda la doble moral, jugar con las dobles caras de las monedas, o cartas marcadas, y presentarlas como milagros salvadores cuando se busca es la canonización a la fuerza… aduciendo que es su estilo y así se les conoce. Que daño hacen.

El Creador me disculpará –y le agradezco su deferencia- por recurrir a su representante en la tierra para que este pregón quede con su sello, pero es que si no atendemos las voces de los líderes de verdad, de los mayores, de los jóvenes en ideas y propuestas, de los que dirigen el mundo, hacer hoy un respetuoso eco a que de autorreflexiones, autoanálisis, sin triples suspicacias, nos demos el lugar que a cada uno se nos asignó en el gran compromiso por hacer vida, en sociedad.

Asumamos este y los que vienen como retos y consigna entre quienes pregonamos por el mundo…