Cinco años sin escuchar las noticias de Gonzalo Jiménez

Homenaje al comunicador social y periodista, cuyo primer lustro de su muerte se cumplió el jueves de esta semana. Se le recuerda por sus informes desde Boyacá para los noticieros de la televisión nacional.

Gonzalo 5
Gonzalo Jiménez ejerció durante más de 20 años el periodismo en Boyacá. Falleció el 17 de junio del 2016. Foto: archivo particular

Luis Gonzalo Jiménez Cuervo falleció al mediodía del viernes 17 de junio del 2016 en la Clínica de Cafesalud de Tunja, hoy Clínica María Josefa Canelones, momentos antes de que pudiera ser remitido a un centro asistencial de cuarto nivel en Bogotá.

El periodista, de 42 años de edad, presentó una infección respiratoria y tres paros cardíacos, entre otras complicaciones que afectaron sus órganos y deterioraron su estado de salud hasta causarle la muerte.

Hoy queremos hacerle un homenaje, recordar su vida, su trayectoria, su amistad y su profesionalismo.

Luis Gonzalo nació un 14 de septiembre en Tunja, convirtiéndose en el consentido de su madre, Blanca Elvira Cuervo, y en el orgullo de su padre, el agente de la Policía Luis Antonio Jiménez. Sus primeros años de vida los disfrutó jugando con sus amigos en el municipio de Guateque, pero luego la familia se radicó en Tunja.

A la edad de 8 años conoció a su alma gemela, su amiga, compinche, su única hermana, Blanca Janeth, quien fue la última persona a la que vio y abrazó antes de morir.

El bachillerato lo estudió en el Colegio de la Policía Nuestra señora de Fátima. Sus notas no eran las mejores, pero fue reconocido por su alegría y la lucha por defender siempre a sus compañeros; desde niño le molestaban las injusticias.

Cuando estaba terminando el bachillerato, la hermana Herminia, rectora del colegio, le dijo: “Gonzalo, a usted que le gusta tanto estar metido en la vida de las personas, llegó esta nueva carrera a la universidad, a usted le debe servir esto de comunicación social y sería un buen periodista”.

Y así fue como, con el apoyo de sus padres, terminó la carrera, siendo egresado de la primera promoción de comunicadores sociales de la Universidad de Boyacá, el 20 de septiembre de 1996.

Su primera cámara de video se la trajo un familiar de Estados Unidos, porque era más económica que en el país, pero reunir el dinero no fue fácil. Para eso, con la ayuda de sus padres y su hermana vendieron tamales y rifas, y así consiguieron todo el dinero para comprar la cámara Panasonic de casete VHS, la cual por mucho tiempo fue su consentida.

Algo que pocos saben es que Gonzalo no siempre tuvo la vocación de periodista: su mayor anhelo era ser policía y vestir el verde oliva, pero por más que lo intentó, cuando salió del colegio y aun después de graduarse como comunicador, no lo aceptaron en la institución, tal vez porque su destino era otro, ser reconocido como un buen periodista en Boyacá.

Su amplia trayectoria en medios nacionales televisivos, donde se desempeñó como corresponsal, le dieron reconocimiento en el departamento. Trabajó en Radio Super, AM-PM, Noticiero 24 horas, Noticias Uno, Noticias RCN, Noticias Caracol, CM& y Blu Radio.

Gonzalo fue condecorado como hijo ilustre de los municipios de Moniquirá, Paipa y Oicatá, dentro de otros reconocimientos que a lo largo de su vida se le dieron, gracias a su labor como periodista y a su aporte social.

Su hermana, Blanca Janeth, manifiesta que la ausencia de ‘Gonzo’ se siente a diario, porque todos los días, así fuera en la noche, Gonzalo tenía que ir a casa a darle un abrazo a su familia y si no podía ir, ellos iban hasta donde él estaba. “Éramos una familia de cuatro, obsesivos en el amor que nos teníamos. Mis papás a veces llegaban a donde Gonzo estuviera haciendo la nota, por ejemplo, cuando le tocaba en El Barne, sin poderse mover, mis papás le llevaban el almuerzo”, recordó con nostalgia.

Su comida favorita era el arroz con pollo y unas buenas empanadas, asimismo disfrutaba de un buen vino escuchando a José Luis Perales o a los Bukis.

Su mayor bendición fue su hija Sarita, pero solo pudo disfrutar de su sonrisa durante cinco años. Fue el mejor papá, el más consentidor y alcahueta.

Su amigo y compañero de trabajo Daniel Barriga mantiene intactos muchos recuerdos: “A Gonzalo lo recuerdo como una persona apasionada por el periodismo de calle, de ir a municipios, de hablar con la gente, sobre todo con las personas del común, por que él siempre decía que venía de abajo y que no iba a olvidar sus orígenes. Le dolía la injusticia social. Le encantaba todo lo antiguo, no le gustaba la tecnología y su sueño era escribir un libro, pero en una máquina de escribir; le encantaba la ‘música protesta’. Un gran coequipero y un gran amigo. Muchas historias y muchas anécdotas detrás de cada noticia”, expresó.

Los últimos días de Gonzalo no fueron los mejores: estaba pasando por uno de los peores momentos de su vida, según cuenta su hermana.

“Los últimos días de Gonzo fueron muy tristes: entró en una depresión horrible, tuvo problemas laborales, decepción de algunos supuestos amigos, roces con colegas, problemas familiares con su separación, todo esto terminó en la enfermedad que acabó con su vida”.

Gonzalo le decía a su familia que quería terminar sus últimos días de vida en la finca familiar en Cite, colocar una emisora, comprar un Renault 4 y escribir su libro.

-Publicidad-