Confianza y pedagogía – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

Con dos puentes festivos seguidos, y a las puertas de un tercero, que nos llevarán a la mitad del año, las audiencias -que son las misma comunidad o sociedad- se expresan con pesimismo para lo que será el segundo semestre, en plena pandemia, con incertidumbre por la falta de comunicación sobre quienes se arrogaron el ser voceros en un supuesto comité que iba a proponer soluciones, alternativas y ejemplos, pero que se les escurrieron como agua por entre los dedos y nada de nada.

No podemos resignarnos a lo que pasó. Debemos levantarnos con seguridad y confianza para, entre mentes lúcidas, educadas, plenas, ambiciosas y sin exclusiones, poder llegar a que, de esos diálogos regionales, que en su momento reclamamos para nuestras provincias, el de Boyacá salga airoso y con propuestas que no tengan tintes de ambiciones, que ya se están trasluciendo…

Y permítanme unir el pregón con el enviado por Juan Guillermo Cuadrado Bello, el diestro y hábil jugador 11 de nuestra selección de fútbol en sus declaraciones a los medios de comunicación y en un mensaje que debemos replicar en nuestras acciones, actividades y trabajos: “…nadie es más que todo el equipo, porque cuando estamos unidos, creo que somos más fuertes. Y si alguien se sale de ese planteamiento del profe Rueda, creo que va a ser mucho más difícil. Cuando estamos unidos somos más fuertes…”, y ese profe Rueda es Colombia, es Boyacá y es cada uno de quienes saben liderar procesos y equipos, dan líneas, dan ideas, proponen y no imponen, o lo saben hacer.

Esos partidos de 90 minutos son los que nos jugamos cada día en nuestras rutinas, a veces solos o en compañía, pero todos asumiendo responsabilidades, que son parte del rompecabezas de la vida, que no podemos eludir, así no tengamos cargos rimbombantes o seamos parte de los que regresarán a clase, a aprender, a recibir conocimientos y adquirir bagaje para esa vida que anhelamos sea positiva, de bien, de grandeza y de aportes a nuestras familias, ciudades y el país.

Pedagogía en todo es lo que se reclama a quienes algún día tuvieron el honor de ondearla como bandera en las aulas, calles, universidades, foros o movimientos, que erigen monumentos para pasar a la historia, dejar un legado, homenaje a quienes nunca debieron morir o ser atacados y hasta para reivindicar necesidades y principios que nos deben llevar por caminos de cuatro carriles, en doble sentido, y con una excelente señalización para evitar equívocos o mentiras, o engaños o alargues de tiempo para volver a cuadrar sus fichas y sin tenernos en cuenta. YA.

Todo se resume en volver o devolver a la confianza, con sus valores y acciones precisas, para que las dos o tres caras de la moneda podamos sentir que no hay cartas marcadas –favor leer ambiciones o intereses personalistas- y que la democracia se mantenga y fortalezca, con ideas de jóvenes, propuestas de colores, amasar de adultos, recursos de pujantes, voces críticas y miradas artísticas, estrategas con sentido de pertenencia y técnicos que con sus títulos nos den las jugadas perfectas, para los sectores productivos de nuestras 123 maravillas naturales y las de toda Colombia.

En el momento de moldear este pregón caen rayos, lluvias, han pasado 2 temblores y es conjugando experiencias, lecturas, voces, ideas, sugerencias, aportes y toda clase de palabras o frases que se expelen buscando un eco, un resonador, un tablero gigante o unas pantallas para hacerlos realidad. Y no faltan las estupideces o contrariedades que en redes se volvieron la rutina de trincheras, bodegas o ‘personajes’ que usufructúan del dolor que hemos padecido por más de 45 días…

No más jugar con nuestros congéneres, nuestro futuro, y hoy convertirnos en el comité alterno de negociación que con pedagogía y confianza se diferencia del agotado por sustracción de materia.

Para algunos es descomposición social, dejémoslo en desbarajuste transitorio y en cuidados intensivos, con especialistas que deberán dar lo mejor de sí para las salidas dignas y honrosas.

Responsables de las soluciones somos todos, como en la llamada de Cuadrado, para nuestra nación.